La llamada dieta “MIND” incluye una variedad de alimentos que cuidan al cerebro humano. Esta sigla significa en español “intervención con las dietas mediterránea y DASH para retrasar la degeneración neuronal”, ya que es una combinación que incluye aspectos de la dieta Mediterránea y de la dieta DASH, que se traduce en “enfoques alimentarios para detener la hipertensión”.
Al tener en cuenta que las demencias están aumentando en la población mundial, la dieta “MIND” está siendo estudiada por las ciencias como una estrategia de prevención para reducir el riesgo de deterioro cognitivo, y ya se conocen los resultados de diferentes trabajos. Con el apoyo de una subvención del Instituto Nacional de Envejecimiento de los Estados Unidos, investigadores del Centro Médico de la Universidad Rush de Chicago y otras instituciones realizaron un ensayo clínico controlado y aleatorizado para evaluar este tipo de alimentación.
El ensayo fue realizado en dos centros de salud y participaron adultos mayores sin deterioro cognitivo, pero con antecedentes familiares de demencia, sobrepeso y una dieta que era subóptima. Se buscó probar los efectos cognitivos de la dieta MIND con restricción calórica leve en comparación con el grupo de control que siguió una dieta con restricción calórica leve.
Observaron que la dieta MIND mejoró los cerebros de quienes la siguieron durante tres años. Al final del estudio, las imágenes por resonancia magnética mostraron menos hiperintensidades de sustancia blanca (lesiones diminutas) y un mayor volumen tanto de sustancia gris, que es el centro cognitivo del cerebro, como de sustancia blanca.
Lo que impresionó a los investigadores es que los cerebros del grupo de control que no seguían la dieta MIND también mejoraron en un grado similar. “Realmente esperábamos que la dieta MIND mostrara un efecto superior al grupo de control, así que nos sorprendió bastante el resultado”, afirmó la autora principal del estudio, Lisa Barnes, directora asociada del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer del Centro Médico de la Universidad Rush de Chicago.
Estudios anteriores habían demostrado que tanto la dieta MIND como la dieta mediterránea reducen significativamente el riesgo de deterioro cognitivo y enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, muchos de los estudios tenían una duración mucho más larga, señaló la científica.
“Mi principal preocupación con este ensayo desde el principio ha sido que tres años puede ser un plazo demasiado corto para tener un impacto en un proceso de enfermedad que se desarrolla a lo largo de muchas décadas”, comentó Walter Willett, profesor de epidemiología y nutrición en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard y profesor de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Además, otra posibilidad es que las personas del grupo de control del nuevo estudio, que fue publicado en la revista especializada New England Journal of Medicine (NEJM) podrían haber mejorado su propia dieta en lugar de atenerse a las instrucciones de comer como siempre lo habían hecho, dijo Barnes Los resultados del estudio se presentarán en la Conferencia Internacional de Alzheimer 2023 en Ámsterdam, Países Bajos.
“No es que las personas que estaban en la dieta de control se mantuvieran sin cambios”, dijo. “Todos estaban comiendo más sano, perdiendo peso, y así todos mejoraron. Mi conclusión es que, independientemente del tipo, una dieta sana parece mejorar la función cognitiva”, resaltó.
Otra dificultad es que resulta arduo hacer un ensayo clínico a largo plazo en nutrición porque la gente puede darse cuenta de en qué brazo del estudio está, sostuvo el doctor David Katz, especialista en medicina preventiva y de estilo de vida que fundó la organización sin ánimo de lucro True Health Initiative, que no participó en el estudio.
“La participación en el estudio probablemente aumentó la concientización sobre las prácticas dietéticas prudentes para proteger la cognición entre las personas que ya estaban preocupadas por ello”, dijo Katz. Por eso, el estudio publicado en NEJM simplemente no confirmó la diferencia entre la dieta MIND y la propuesta que se hizo para el grupo de control. Eso no significa que la dieta MIND no tenga beneficios
Esa dieta se centra en el consumo de frutas, verduras, granos enteros, frijoles, semillas, nueces y mucho aceite de oliva extra virgen. La carne roja y los dulces se comen poco, pero el pescado, repleto de ácidos grasos omega-3 beneficiosos para la salud, es un alimento básico.
Al incluir también a la dieta DASH, la persona también intenta reducir la presión arterial y el colesterol, que pueden provocar infartos de miocardio, ataques cerebrovasculares (ACV) y constricción de los vasos sanguíneos pequeños, lo que puede conducir a la demencia. Se limita la sal a 2.300 miligramos al día, menos de una cucharadita de sal de mesa.
Estudios anteriores han descubierto que la dieta mediterránea puede reducir el riesgo de diabetes, colesterol alto, demencia, pérdida de memoria, depresión y cáncer de mama. La dieta, que es más un estilo de alimentación que una dieta restringida, también se ha relacionado con huesos más fuertes, un corazón más sano y una vida más larga. La dieta DASH ha demostrado reducir la presión arterial y es la mejor dieta de la Asociación Americana del Corazón.
En el caso de la dieta MIND, la persona pasa a consumir verduras de hoja oscura todos los días de la semana. Entre ellos, están la rúcula, la berza o kale, las hojas de diente de león, la escarola, las hojas de uva, la col rizada, las hojas de mostaza, la lechuga romana, las espinacas, las acelgas y las hojas de nabo.
Las bayas también destacan sobre otras frutas en la dieta MIND. Las moras, los arándanos, las frambuesas o las fresas deben consumirse al menos cinco días a la semana. Además, deben ingerirse tres raciones diarias de cereales integrales, mientras que las legumbres son en cuatro comidas a la semana, la carne de ave en dos y el pescado al menos una vez a la semana. Hay que comer frutos secos cinco veces por semana y evitar la mantequilla, el queso, la carne roja, los fritos, y los dulces.
En mayo pasado, otro estudio dirigido por la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, había demostrado que la dieta MIND sí puede reducir el riesgo de demencia por cualquier causa entre los adultos de mediana y avanzada edad. Fue publicado en la revista JAMA Psychiatry.
Los investigadores analizaron las dietas y la salud cognitiva de 242.185 adultos de mediana edad y mayores utilizando datos de tres estudios prospectivos de cohortes y un metaanálisis. Entre los 18.136 participantes en los estudios de cohortes, un mayor seguimiento de la dieta MIND se asoció a un menor riesgo de demencia, una relación que se observó en el conjunto de los participantes, así como en subgrupos definidos por sexo, edad, tabaquismo e índice de masa corporal.
Entre los participantes en el meta-análisis -224.049 personas de 11 estudios de cohortes- el tercio superior que seguía más estrictamente la dieta MIND tenía un menor riesgo de demencia en comparación con el tercio inferior que seguía la dieta menos estrictamente.
“La prevención de la demencia por todas las causas es importante, ya que supone una carga considerable para los sistemas sanitarios y amenaza el bienestar de los adultos mayores, y la falta de tratamientos eficaces hace que su prevención sea crucial”, dijo la investigadora de Harvard Changzheng Yuan. “Basándonos en los resultados de este estudio, sugerimos que se necesitan más investigaciones para desarrollar y perfeccionar la dieta MIND específica para diferentes poblaciones”.
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