Hace 100 años se descubrió la insulina, una hormona producida por el páncreas del ser humano que juega un papel clave en el mantenimiento de niveles correctos de glucosa en la sangre. Cuando una persona tiene diabetes, sus niveles de glucosa están alterados. Al no estar controlada, puede ser un factor de riesgo para desarrollar COVID-19 grave si la persona se contagia el coronavirus y por eso es prioritario hoy que reciba el esquema completo de vacunación cuanto antes. En Japón, encontraron un mecanismo que contribuye a que las personas con diabetes sufran esos cuadros más severos.
Lo describieron investigadores de la Universidad de Osaka de Japón: el coronavirus que causa la enfermedad COVID-19 se une a una proteína de la superficie celular cuya expresión se ve favorecida por los altos niveles de insulina en sangre en personas mayores, con obesidad y con diabetes.
Antes de la pandemia, se sabía que mantener los niveles de insulina en sangre dentro parámetros estrictos y saludables debía ser un objetivo diario para las personas con diabetes. Pero ahora, investigadores de Japón han descubierto que regular los niveles de insulina en sangre puede incluso ayudar a reducir el riesgo de padecer COVID-19.
Según informan en a través de su estudio publicado este mes en la revista especializada Diabetes, que publica la Asociación Estadounidense de Diabetes, los investigadores japoneses descubrieron que una proteína denominada GRP78 ayuda al virus que causa el COVID-19 a unirse a las células y a entrar en ellas.
La GRP78 es una proteína que se encuentra en el tejido adiposo (es decir, en la grasa). Las personas mayores, obesas y diabéticas son más vulnerables al COVID-19 y, aunque las razones de ello aún no están del todo claras, el equipo de la Universidad de Osaka aportó luz sobre esta cuestión.
“Recientemente se sugirió que el tejido adiposo podría ser un importante reservorio del coronavirus SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19″, afirmó el autor principal del estudio, Jihoon Shin. “Por eso, quisimos investigar si existe alguna relación entre el exceso de tejido adiposo en pacientes mayores, obesos y diabéticos y su vulnerabilidad al COVID-19″.
Con ese objetivo, los investigadores se fijaron en el GRP78, que recientemente se ha sugerido que está implicado en la interacción del coronavirus con las células humanas. La vía principal por la que el virus entra en las células humanas es mediante una proteína de la Espiga en la superficie viral que se une a una proteína de la superficie celular humana llamada enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2).
Shin y sus colegas descubrieron que la proteína Espiga también puede unirse directamente a GRP78. También encontraron que la presencia de GRP78 aumenta la unión con ACE2. Para hacerse una idea de la implicancia de GRP78 en la vulnerabilidad de COVID-19, investigaron la cantidad de proteína GRP78 presente en los tejidos de pacientes mayores, con obesidad y con diabetes.
“Los resultados fueron muy claros”, explicó el autor principal, Iichiro Shimomura. “La expresión del gen GRP78 estaba muy regulada en el tejido adiposo, y era elevada con el aumento de la edad, la obesidad y la diabetes”.
Se sabe que el envejecimiento, la obesidad y la diabetes están asociados a un aumento de los niveles de insulina en sangre. El grupo se preguntó si la insulina estaba implicada en la expresión de GRP78. Descubrieron que la exposición de las células a la insulina inducía la expresión de la proteína GRP78. Y lo que es más importante, descubrieron que el tratamiento con fármacos antidiabéticos ampliamente prescriptos que reducen los niveles de insulina lograba reducir el nivel de expresión de GRP78. Fueron un paso más allá y demostraron que el ejercicio y la restricción calórica en un modelo de ratón también funcionaban para reducir los niveles de GRP78 en el tejido adiposo.
“Nuestros resultados sugieren que un nivel elevado de insulina en sangre es un importante factor de riesgo que puede predisponer a las personas mayores, obesas y con diabetes a la infección por COVID-19. Por ello, el control de la insulina en sangre con intervenciones farmacológicas o con intervenciones, como la actividad física, podría ayudar a reducir el riesgo de estos pacientes”, afirmó Shin.
Al tener en cuenta la impacto sanitario, social y económico que hay tenido la pandemia en el mundo, los resultados del estudio japonés proporcionan información importante sobre cómo reducir el riesgo de infección en estos pacientes vulnerables”. La reducción de la expresión de GRP78 mediante intervenciones farmacológicas o ambientales podría mejorar los resultados en estos pacientes.
En mayo pasado, otro estudio de investigadores de la Universidad del Sureste de California en los Estados Unidos que fue publicado en la revista Journal of Biological Chemistry había aportado también información sobre esa proteína relacionada con la pandemia del COVID-19. Sugirieron cómo las terapias dirigidas a la proteína GRP78 podrían ofrecer una protección adicional contra el COVID-19 y otros coronavirus que surjan en el futuro.
La GRP78 es un tipo de moléculas que ayudan a regular el correcto plegamiento de las proteínas, especialmente cuando una célula está sometida a estrés. Pero en algunos casos, los virus pueden secuestrar estas chaperonas para infectar las células objetivo, donde se reproducen y se propagan. El GRP78 ha estado implicada en la propagación de otros virus graves, como el Ébola y el Zika. Descubrieron que el GRP78 sirve como correceptor y agente estabilizador entre el ACE2 y el SARS-CoV-2, mejorando el reconocimiento de la proteína de la Espiga del virus y permitiendo una entrada más eficiente del virus en las células del huésped.
Ese estudio brindó la primera evidencia experimental en apoyo de las predicciones de los modelos informáticos, demostrando que GRP78 se une a la proteína Espiga del coronavirus en las células. Además, la modelización informática mostró que las variantes del coronavirus que son más infecciosas se unen más a GRP78.
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