Los estadounidenses de más de 40 años podrían vivir 5,3 años más si fueran tan activos como el 25% de la población más activa, según un estudio que acaba de publicarse en el British Journal of Sports Medicine.
Para calcular la esperanza de vida vinculada a los niveles de actividad física, los investigadores utilizaron un análisis multiparte de los datos existentes. Crearon una herramienta demográfica utilizando datos de mortalidad de 2017 del Centro Nacional de Estadísticas de Salud y trazaron la esperanza de vida vinculada al nivel de actividad.
Después de eso, los investigadores utilizaron estimaciones de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición de 2003 a 2006, una muestra de civiles estadounidenses no institucionalizados, para trazar los niveles de actividad física de la población.
Los investigadores convirtieron las diferencias en todos los niveles de actividad física medidos en horas equivalentes de caminata. Esto les permitió convertir todos los tipos de actividad a una métrica común y determinar cuántas horas de vida podrían ganarse con la media de una hora adicional de caminar a 3 mph. Según los científicos, el grupo más activo realizaba el equivalente a 160 minutos al día de marcha a 5 kilómetros por hora, mientras que el menos activo realizaba el equivalente a 49 minutos al día.
Según los resultados, si todos los estadounidenses de 40 años o más fueran tan activos como el grupo menos activo, la esperanza de vida sería de 73 años, casi seis años menos que la media de 2017. Ascender al segundo y tercer cuartil de actividad aumentaría la esperanza de vida en más de medio año y 3,5 años, respectivamente.
Pasar del grupo menos activo al más activo podría aumentar la esperanza de vida en casi 11 años. Los estadounidenses menos activos eran los que más podían ganar: Según el estudio, con una hora más de marcha, los individuos en el cuartil más bajo de actividad podrían añadir seis horas a sus vidas.
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