Alrededor del 23% de los padres de adolescentes dijeron que la cafeína es una parte habitual de la vida de sus hijos, según una encuesta representativa a nivel nacional sobre la salud infantil.
Casi 1.100 padres con hijos de 13 a 18 años participaron en la Encuesta Nacional sobre la Salud Infantil del CS Mott Children’s Hospital. Dijeron que las fuentes de cafeína más comunes de sus hijos eran los refrescos, el té, el café y las bebidas energéticas. Los padres informaron que sus hijos adolescentes consumían cafeína con mayor frecuencia en casa (81%), seguido de salir a cenar (43%).
El consumo difirió según el grupo de edad. Más padres de niños de 16 a 18 años que de 13 a 15 años informaron un consumo diario de cafeína: 14% frente a 6%. Y los padres que dijeron que sus hijos bebían bebidas con cafeína de cero a tres días a la semana (74%) lo atribuyeron a que normalmente no tenían bebidas con cafeína en casa o a que su hijo adolescente intentaba estar saludable o no quería que le interrumpieran el sueño. Dos tercios de los padres dijeron que creen saber si su hijo consume demasiada cafeína.
Los expertos sugieren un límite de 100 miligramos por día, o menos, para los adolescentes, que es aproximadamente la cantidad de cafeína en una taza de café de ocho onzas o un poco más de dos refrescos de 12 onzas. Uno de cada tres padres encuestados pensó que el límite era superior.
La cafeína es un estimulante que puede ayudar con el estado de alerta, la concentración y la energía. Sin embargo, el uso prolongado, especialmente entre adolescentes, puede causar problemas. “El consumo excesivo de cafeína en los adolescentes puede afectar su estado de ánimo, su sueño y su rendimiento escolar, junto con efectos secundarios como dolor de cabeza, malestar estomacal o palpitaciones del corazón”, según un comunicado de prensa del CS Mott Children’s Hospital.
También es posible que los adolescentes se vuelvan dependientes de la cafeína. “Los padres pueden pedirle al proveedor de atención médica del adolescente que le explique los riesgos de la cafeína y le sugiera estrategias para reducirla”, escriben los autores. “Además, los padres pueden involucrar a sus hijos adolescentes en la selección de opciones sin cafeína para tener en casa”.