En la última semana se conoció que, según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2017, publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en América Latina y el Caribe el panorama es inquietante.
Se está dando un proceso preocupante en las Américas donde el número total de personas que pasan hambre aumentó, revirtiendo décadas de progresos. Al mismo tiempo, el sobrepeso y la obesidad afectan a todos los grupos de edad en hombres y mujeres, constituyendo un verdadero problema de salud pública. Argentina puntualmente se encuentra entre los países con índices más elevados de sobrepeso y obesidad.
En este marco, se desarrolla en Buenos Aires en el transcurso de esta semana (entre el 15 y el 20 de septiembre) el XXI Congreso Mundial de Nutrición 2017 de la Unión Internacional de Ciencias Nutricionales (IUNS, según sus siglas en inglés), organizado en esta oportunidad por la Sociedad Argentina de Nutrición.
El congreso, que se realiza cada cuatro años y es de importancia global, tiene como lema "Desde la ciencia hasta la seguridad nutricional" y posee como pilares de investigación los avances en nutrición para el futuro, el manejo de enfermedades, las prácticas de educación alimentaria y nutricional y la seguridad alimentaria en el mundo, entre otros temas.
Infobae estuvo allí y dialogó con la doctora Mónica Katz (MN 60.164), experta en nutrición y vicepresidenta del comité organizador del congreso, quien manifestó su preocupación sobre el panorama de la obesidad y sedentarismo en Argentina. "Creo que lo primero que hay que hacer es considerar a la obesidad una enfermedad", señaló. "Hoy todavía el argentino no tiene consciencia de que estar obeso no es un tema cosmético. Claro que es estético, pero no es cosmético. Tenemos que medicalizar la obesidad".
Según la especialista, todavía la obesidad no está asociada en la sociedad con los riesgos que conlleva. Sin embargo, esta enfermedad abre paso a problemas de diabetes, enfermedades cardiovasculares, mayor riesgo de algunos cánceres y deterioro cognitivo (por ejemplo Alzheimer y Parkinson).
Para Katz, ni siquiera la industria farmacéutica tomó debida nota de este problema. "En el mundo hay aprobados fármacos nuevos para obesidad. Y en la Argentina, con 60 por ciento de personas con sobrepeso y más del 20% con obesidad, para esta enfermedad que es crónica tenemos un sólo fármaco a largo plazo, el Orlistat, que ni siquiera tiene patente", disparó. "Ese es el único fármaco crónico aprobado para largo plazo y no hay ninguno nuevo que se esté probando". Y agregó: "Por eso digo que creo que el problema pasa por la industria de alimentos pero también pasa por empezar todos a colocar a la obesidad donde tiene que estar".
Consultada sobre los alimentos industrializados, recurrentemente acusados como uno de los principales culpables de la obesidad en el mundo, Katz destacó que su postura no es demonizarlos: "Yo creo que hay una gran confusión hoy respecto del alimento industrializado. El alimento industrializado nos permitió suplir el gran problema que teníamos de seguridad alimentaria. Ahora, ¿hay exceso?. Si. Y eso es lo que me preocupa".
"Hay alimentos industrializados con excesos de componentes. Todo exceso se asocia a un perfil de riesgo. Entonces exceso de sodio, exceso de azúcar, exceso de grasas de mala calidad o de grasas trans (como son las que hoy en Argentina no está permitido comercializar)", señaló la especialista. "Yo creo que hay una deuda de la industria de reformular sus alimentos para hacerlos de un perfil mucho más denso en nutrientes".
Por otro lado, otro de los grandes problemas que se relacionan estrechamente con la obesidad es el sedentarismo. La falta de actividad física o ejercicio, aumenta notablemente el riesgo de sobrepeso, enfermedades y, a largo plazo, obesidad. Katz apuntó contra las nuevas tecnologías y su incapacidad de comprender o actuar en pos de este problema: "Yo sueño con un mundo donde la tablet, el celular y la PC se apaguen cuando no te moviste por media hora. Y esto hoy es posible, pero no se está haciendo. Nadie le pide a la industria tecnológica que se adapte a los tiempos de los argentinos gordos o del mundo gordo que se viene. La proyección para 2050 es que viviremos en un mundo de gordos si no hacemos algo. Está bien que parece que falta mucho pero estamos en el 2017". Y agregó: "Hay un enorme potencial de que los multimedios puedan ayudarnos a ser más saludables. Pero no se está usando".
Por otro lado, así como es importante el potencial educativo de los medios, también es importante la educación nutricional en las escuelas. Este es otro de los puntos fuertes del congreso. "Los colegios son los lugares donde se podría enseñar a los chicos a ser consumidores críticos de ideas y productos. Pero no se les enseña eso. Se les enseña solamente grupos de alimentos", dijo la experta.
En la actualidad, donde según numerosas investigaciones las emociones son muchas veces percibidas como hambre, también es esencial el autoconocimiento para prevenir confusiones. "La escuela es el lugar donde se podría entrenar a los chicos a darse cuenta qué es emoción y qué es hambre. Hoy hay en Europa muchos proyectos donde a los chiquitos de cinco años les enseñan qué es estar triste, qué es estar contento así como qué es estar lleno o tener hambre".
"Hay muchísimo para hacer y creo que en este congreso se están planteando muchas opciones, hay muchas mesas, es fantástico, está el mundo entero hablando de la comida, los alimentos, las nuevas reglas y algunas preguntas", resumió Katz. "Porque no tenemos soluciones para todos pero creo que estos encuentros, como el IUNS 2017 (que por suerte se está desarrollando en Argentina) van a permitirnos juntarnos todos y pensar nuevas soluciones".
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