Almacenar papas de la manera correcta puede extender su vida útil, según investigaciones recientes que podrían cambiar la forma en que las compramos y conservamos en nuestros hogares. Las papas, habitualmente adquiridas en los pasillos no refrigerados de los supermercados o en cajones de verdulería fuera de la heladera, son comúnmente almacenadas en despensas o lugares frescos y oscuros. Sin embargo, nuevos estudios indican que refrigerarlas podría evitar que se broten y, a su vez, hacer que permanezcan frescas hasta por seis meses.
Los hallazgos recientes, examinados por el Comité de Toxicidad de Sustancias Químicas en Alimentos, Productos de Consumo y Medio Ambiente (COT) y evaluados por la Agencia de Normas Alimentarias (FSA), aseguran que almacenar papas en heladeras no aumenta los niveles de acrilamida, un compuesto potencialmente cancerígeno que se produce en alimentos ricos en almidón. Históricamente, se ha evitado refrigerar las papas debido al temor de generar ácido acrilámido, pero las nuevas investigaciones refutan esta creencia. “Refrigerarlas no incrementa realmente el potencial de acrilamida”, aseguran los científicos.
La organización benéfica WRAP, que impulsa la campaña Love Food Hate Waste, revela datos sorprendentes sobre el desperdicio de alimentos. En el Reino Unido, se desechan anualmente cerca de 500.000 toneladas de vegetales frescos y ensaladas, además de 250.000 toneladas de frutas, lo que representa una pérdida de alimentos por valor de USD 21.000.000. “La mayoría de estos desechos se deben a fechas de caducidad que no se aplican correctamente” indicó la WRAP.
La misma organización benéfica llevó a cabo un estudio sobre la precisión de las fechas de caducidad, encontrando que “las fechas de consumo preferente no son una medida confiable de la comestibilidad”, si los productos se almacenan adecuadamente. En un experimento específico con papas, observaron que, aunque los envases indicaban una duración óptima de diez días en un armario de cocina, estas duraron diez días más sin mostrar signos de deterioro aparente. Al refrigerarse a 4 grados Celsius, las papas se mantuvieron frescas durante 20 días más después de la fecha de consumo preferente.
Cuál es la mejor opción par almacenar las papas
La evidencia sugiere que almacenar papas en la heladera es la mejor opción. Según el estudio, en las condiciones adecuadas, es decir, en un lugar fresco y oscuro, las papas pueden durar varios meses, pero en refrigeración, su vida útil se triplica, llegando a superar los seis meses. “Es el lugar correcto para almacenar papas, asegurando que duren más tiempo”, insistieron los expertos.
Además, se recomienda retirar las papas de cualquier empaque plástico y colocarlas en bolsas de tela para permitir que respiren y evitar la exposición a la luz. Tomarse el tiempo para revisar y ejecutar estos consejos no solo podría reducir en gran medida el desperdicio de alimentos, sino también ahorrarle a las familias una considerable cantidad de dinero, debido a que ya no habría que tirarlas por estar en mal estado.
La conservadora percepción de que guardar las papas en la heladera incrementa niveles de acrilamida está siendo minada por estos hallazgos ya revisados y aprobados por importantes organismos. “La investigación indica que el refrigerado no incrementa realmente el potencial de acrilamida en comparación con almacenarlos en alacenas a temperatura ambiente”, resumió el COT.
WRAP, con su campaña Love Food Hate Waste, insiste en la necesidad de reconsiderar la manera en que las familias almacenan sus alimentos no solo para prolongar su frescura, sino también para reducir el impacto ambiental del desperdicio de alimentos. Con una comprensión actualizada sobre el almacenamiento de papas, los hogares pueden contribuir a un mundo más sostenible y eficiente en términos de consumo.