Vamos a hablar de la prevención del ataque de ira, y le cuento que yo cada vez tengo menos. He tenido, pero ahora sé prevenir, ¿cómo? Les paso cuál es el secreto.
En realidad, este proceso que llamamos de manera coloquial ataques de furia o de ira, están vinculados estrechamente a una emoción que se llama enojo.
El enojo va creciendo paulatinamente. Imagine una barra horizontal en la que, cuando uno tiene un pequeño enojo, un pequeño disgusto, ya tiene un color amarillo. Después, por alguna irritación, un enfado o frustración de la vida cotidiana, se va coloreando un poquito más naranja. Y así, cuando está frustrado o aparece un verdadero enojo, llega al rojo y, después, el ataque de ira.
Esto quiere decir que este proceso es una construcción psicológica que va de un grado mínimo y paulatinamente, o a veces rápidamente, va alcanzando un grado máximo. Pero esto puede prevenirse, con estrategias para actuar apenas asoma la primera señal de enojo.
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El tema es que cuando usted se da cuenta que ante una situación se enoja, tiene que combatir ese enojo, ¿cómo? En primer lugar, debe pensar cuando uno todavía puede pensar, porque en el ataque de ira ya no se piensa. Se tiene que aplicar el razonamiento y la cognición. Analizar qué sucede y evaluar la magnitud del hecho racionalmente y pensar qué repercusión tiene en el peso que No vale la pena enojarse por la mayoría de las cosas.
En segundo lugar, le recomiendo medir el costo. Siempre que se enoje, es usted quien la va a pagar más caro, usted será el primero que sufra y pague las consecuencias de un ataque de ira, por eso le recomiendo que mida el costo. Las consecuencias del ataque de ira son personales y también afectan la relación con los demás, es un costo emocional alto para uno y para los vínculos cercanos. Entonces, mida el costo de manera racional y ahí va a decir: “No, mejor no me enojo”.
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El manejo de la ira implica no caer en ella. La ira es una emoción que actúa en modo On / Off, se produce o no. No hay un poquito de ira, hay ira y es una emoción desproporcionada, no es como el enojo. Un evento de ira hace infeliz a la persona y genera una ruptura emocional con los que lo rodean. Por eso, es importante no llegar a esa condición.
En tercer lugar, acuérdese de la cronoterapia, que remite a Cronos, el dios del tiempo. Cuando uno se va a enojar y se da cuenta de que cada vez se enoja más, haga un alto y diga: “Me voy a alejar, voy a esperar y a lo mejor me enojo mañana”, pero no se enoje.
¿Sabe qué? Cuando pasan los minutos u horas, el enojo cae automáticamente. Tome distancia, otra herramienta, aléjese físicamente del lugar donde se está enojando y, si puede, váyase corriendo. Suba escaleras o dé una vuelta a la manzana; va a gastar la adrenalina y el enojo bajará.
Porque en definitiva, para prevenir el ataque de ira la gran herramienta que usted tiene a su disposición es impedir que el enojo escale.
* El doctor Daniel López Rosetti es médico (MN 62540) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Presidente de la Sección de Estrés de la World Federation for Mental Health (WFMH). Y es autor de libros como: “Emoción y sentimientos” (Ed. Planeta, 2017), “Equilibrio. Cómo pensamos, cómo sentimos, cómo decidimos. Manual del usuario.” (Ed. Planeta, 2019), entre otros.
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