Investigaciones anteriores se habían centrado en la frecuencia, intensidad y duración de la actividad física. Pero pocos habían hecho foco en el mejor momento del día para entrenar.
Una reciente publicación de la revista Obesity, de la Sociedad de Obesidad (TOS por su sigla en inglés) halló que las primeras horas de la mañana son ideales para mejorar la asociación entre la actividad física y la obesidad.
“La actividad física de moderada a vigorosa (MVPA) protege contra la obesidad. Sin embargo, el momento óptimo del día para realizar MVPA para controlar el peso es controvertido -reconocieron los autores del trabajo en la publicación de sus conclusiones-. Este estudio investigó la influencia del patrón diurno de MVPA en la asociación entre MVPA y la obesidad”.
Es por eso que determinaron que el horario entre las 7 y las 9 de la mañana sería el momento más favorable del día para hacer ejercicio con el objetivo de perder peso, según recientes hallazgos.
Qué hallaron los investigadores
Para el estudio, los investigadores utilizaron datos de los ciclos 2003-2004 y 2005-2006 de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Analizaron transversalmente a un total de 5.285 participantes, y clasificaron el patrón diurno de actividad física moderada a intensa medida objetivamente en tres categorías: mañana, mediodía y noche.
Los datos mostraron que las personas que hacían ejercicio de moderado a vigoroso por la mañana tenían índices de masa corporal más bajos que las personas que hacían ejercicio al mediodía o por la noche.
“Se encontró una fuerte asociación lineal entre MVPA y obesidad en el grupo de la mañana, mientras que se observó una asociación curvilínea más débil entre MVPA y obesidad en los grupos de mediodía y noche, respectivamente”, concluyeron los investigadores, para quienes “el papel prometedor del MVPA matutino para el control del peso justifica una mayor investigación”.
Tongyu Ma es profesor asistente de investigación en la Universidad Politécnica de Hong Kong, y el investigador principal del estudio y sugirió que “las personas que elijan hacer ejercicio temprano en la mañana, antes de comer, potencialmente podrían perder más peso en comparación con el ejercicio en otros momentos del día”.
Para el profesor de fisiología del ejercicio, medicina y nutrición en la Universidad McGill de Montreal Ross Andersen, quien no participó en el estudio, es difícil atribuir los beneficios observados únicamente al ejercicio. “Las personas que hacían ejercicio por la mañana probablemente también practicaron una serie de otros comportamientos saludables que contribuyeron a su menor peso y a una mejor salud”, consideró.
Por qué la mañana sería mejor para entrenar
Andersen dijo que siempre anima a sus pacientes a hacer ejercicio temprano. Si bien existen algunas razones fisiológicas por las que los científicos creen que esto podría ser beneficioso, también hay una lógica. Para él, “si el ejercicio es lo primero que hace una persona por la mañana, es más probable que lo haga todos los días”.
Otro estudio realizado en los EEUU evaluó, por 12 semanas, a 27 mujeres y 20 hombres saludables y activos, quienes participaron en un programa de dieta y entrenamiento.
La rutina semanal implicó cuatro días de ejercicio, incluidos sprints, entrenamiento de resistencia, estiramiento y entrenamiento de resistencia, más tres días de descanso (miércoles, sábado y domingo). La mitad del grupo realizó sus ejercicios diarios de una hora de duración por la mañana antes del desayuno, mientras que el resto completó su rutina antes de la cena, por la noche.
Es decir, que la única diferencia entre los grupos fue en qué momento del día realizaban actividad física. Tras 12 semanas de análisis, los resultados indicaron que, al parecer, factores como las hormonas, los ciclos de sueño y otras diferencias biológicas, pueden afectar los resultados obtenidos por el entrenamiento.
Aunque todos los participantes del estudio mostraron mejoras significativas en su estado físico y salud en general, los resultados entre los ejercicios matutinos y vespertinos fueron diferentes, especialmente en las mujeres.
Las participantes femeninas que hacían ejercicio por la mañana quemaron un 7% más de grasa abdominal y redujeron su presión arterial un 7% más que aquellas que hacían ejercicio por la noche. La rutina matutina resultó, además, en una mayor fuerza en las piernas.
Finalmente, sobre entrenar en ayunas, científicos deportivos de la Universidad de Nottingham Trent hallaron que hacer ejercicio antes de desayunar ayudó a las personas a quemar alrededor de un 70% más de grasa que las que hicieron ejercicio dos horas después de comer. Además, descubrieron que los participantes que realizaron ejercicio en ayunas y alimentados por la noche no compensaron en exceso las calorías que se habían salteado más temprano en el día.