El 70% de los jóvenes cree que los verdaderos cambios sociales sólo se logran colectivamente

Lo constató un relevamiento en más de 700 jóvenes argentinos que analizó sus preocupaciones y posiciones frente a las tensiones sociales actuales, entre ellas, las problemáticas socioambientales. La opinión de los especialistas a Infobae

(Colin Boyle)

Finalizó el Lollapalooza, el festival de música más importante del país, que reunió a más de 300.000 personas en el Hipódromo de San Isidro y, una vez más, la marca de cosmética Natura se hizo presente. Con su propuesta de Portal Natura, unió la expresión a través del maquillaje, la música y las relaciones como una invitación para construir un mundo más plural, inclusivo y sostenible.

“Los jóvenes alzan la voz, son activos e inquietos, y están eligiendo ser protagonistas de su impacto. Desde Natura, tenemos una enorme responsabilidad como agentes de transformación, de acompañarlos, de amplificar sus voces, generar conversación y sobre todo de proponer acciones que los movilicen. Y es ahí donde entra en juego la música y el Lollapalooza; un espacio donde la cultura y las personas se unen en su máxima expresión”, afirmó Florencia Violini, Gerenta de Marketing de Natura Argentina.

Fue en el contexto de este evento que la marca realizó una encuesta a más de 700 personas para dar a conocer su postura frente a algunas de las tensiones sociales más alarmantes de la época. El relevamiento los interpeló sobre tres ejes: las problemáticas socioambientales más importantes, sus hábitos de consumo consciente para preservar el planeta y de qué manera se pueden obtener cambios significativos ante la situación actual.

Un número creciente de jóvenes está preocupado, deprimido y enojado por el cambio climático (AFP)

Los resultados obtenidos expusieron que casi el 70% de los jóvenes creen que los verdaderos cambios sociales sólo se logran colectivamente. Dentro de sus principales preocupaciones, se destacan la violencia contra las mujeres, niñas/os y el colectivo LGBTIQ+, la discriminación, y el cambio climático; respectivamente.

En cuarto y quinto lugar se ubicaron los incendios, la deforestación y la extinción de especies junto con la contaminación del medio ambiente. Además, se observó un posicionamiento positivo sobre el rol de las expresiones artísticas, como los festivales de música, para generar cambios de hábitos y pensamientos para la sociedad, ya que más del 98% de las personas encuestadas los consideraron relevantes en esta construcción.

“Los jóvenes buscan lo colectivo para salir de situaciones difíciles y creen que estando con sus pares van a tener mejores posibilidades de enfrentar el peligro. Se sienten más empoderados en grupo que en soledad y su objetivo es que las cosas sean diferentes a como son ahora. Buscan un futuro mejor”, explicó a Infobae, Nora Koremblit de Vinacur, licenciada en psicología, especialista en niños y adolescentes, y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

A su vez, los jóvenes fueron indagados por sus hábitos y qué hacen ellos para generar impacto positivo en el planeta. Así fue que la mayoría afirmó tener hábitos sustentables en sus rutinas diarias. Se destacaron: el reciclaje (45,9%); la reducción en el uso de materiales de un sólo uso (12,47%); la separación de residuos (10,7%); el ahorro de energía (6%); el compostaje (3%); y el consumo de productos sustentables (2,3%); entre otros.

El avance de la contaminación ambiental y los fenómenos climáticos cada vez más extremos afectan la salud mental (Getty Images)

En diálogo con este medio, Juan Eduardo Tesone, médico de la Universidad de Buenos Aires, psiquiatra de la Universidad de París XII y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), aseveró: “Es interesante subrayar las diferentes preocupaciones respecto a la edad y al modo de encarar las posibles soluciones”.

En primer lugar, para el experto, “cabe destacar la necesidad de agrupamiento, desde una valoración del lazo social, contrariamente al enfoque individualista del neoliberalismo. La grupalidad, como modo preferencial de asociarse frente a una problemática social. El cambio climático es una de los factores que agrupan a los jóvenes de varios países, dado que el mismo determina el porvenir del planeta como lugar habitable. Pero también toda forma de discriminación, como hacia las mujeres, los niños/as y los movimientos LGTBIG+ que tienden a limitar la posibilidad de elección de cada subjetividad. La violencia hacia los más desplazados, como las mujeres y los niños/as, sensibilidad que no encontramos en los mayores”.

Tras encadenar una ola de calor tras otra y observar los efectos de incendios devastadores, o “que será el verano más cálido de la historia” es humano angustiarse. Por eso, la lista de palabras que empiezan con el prefijo “eco” es cada vez es mayor: “Ecoansiedad”, “Ecocidio”, “Ecoenfado”, “Ecoinsomnes”. Así, la ecoansiedad resurge como un motor capaz de concienciar ante lo que sucede en el planeta, pero al mismo tiempo, se corre el riesgo de infundir miedo y paralizar ante el pánico de que cualquier acción sea inútil.

La mayoría de los encuestados afirmó tener hábitos sustentables en sus rutinas diarias (Getty Images)

La Asociación Americana de Psicología la define como “el temor crónico a sufrir un cataclismo ambiental que se produce al observar el impacto aparentemente irrevocable del cambio climático y la preocupación asociada por el futuro de uno mismo y de las próximas generaciones”. Este temor, según una publicación de 2022 en The Lancet sobre salud mental y cambio climático, llega a causar incluso “pérdida de apetito, insomnio y ataques de pánico”.

Este sentimiento, que no suele ser patológico, pero que sí producir mucho malestar a nivel psicológico, es más común entre los jóvenes. De hecho, según una encuesta publica en The Lancet, la angustia relacionada con el cambio climático está presente en el 84% de jóvenes de entre 16 a 25 años, y un 59% de ellos asegura estar muy preocupado. Esto se traduce en que más de la mitad de los jóvenes siente emociones como tristeza, ansiedad, enojo, frustración, impotencia y culpa, sentimientos que se acrecientan al considerar que los gobiernos no hacen lo suficiente para evitarlo.

“Es interesante subrayar que los grupos etarios son sensibles a problemáticas diferentes, privilegiando aquello que les parece más urgente. ¿Será solamente por una mirada etaria o porque dicha mirada comporta una sensibilidad diferente y quizá más alerta a los aspectos más profundos que socavan a la sociedad?”, finalizó Tesone.

Cambios alimentarios para cuidar el medioambiente

El 60% de los argentinos está dispuesto a cambiar sus hábitos alimentarios para cuidar el medioambiente (Getty Images)

El consumo cambia y se diversifica. En algunos casos, impulsado por las alternativas que el mercado propone y, en otros, por nuevas necesidades del consumidor, muchas de ellas relacionadas con elecciones más responsables y conscientes. Cada vez más personas se preguntan de dónde proviene y de qué forma han sido producidos los alimentos que consumen y, en consecuencia, sus preferencias de compra pueden variar en función de esa información.

Las organizaciones Fundación Vida Silvestre Argentina y WWF Brasil llevaron a cabo un estudio sobre Dietas Sostenibles y Saludables para el Cono Sur con el objetivo de investigar el nivel de conocimiento de los consumidores sobre el impacto de las elecciones de alimentos en el ambiente y cuál es la propensión a incrementar hábitos alimentarios saludables y sostenibles en Argentina y Brasil.

A lo largo del relevamiento se midió, en una escala de Likert de 1 a 7, el nivel de conocimiento de las personas encuestadas en Argentina sobre cómo comprar y comer alimentos sustentables y amigables con el ambiente. El puntaje promedio obtenido fue de 4,08 y destacaron las siguientes categorías de alimentos como las de mayor impacto negativo en el medio ambiente: 1. pescados y mariscos, 2. carne de res, 3. carne de cabra, y 4. aves de corral. Asimismo, según los resultados obtenidos, el 60% de los encuestados argentinos manifestó estar de acuerdo con la posibilidad de adoptar nuevos hábitos alimentarios.

La conciencia alimentaria y ambiental es una tendencia que, sin dudas, está creciendo. El consumidor, visiblemente más consciente, responsable y comprometido, expresa su necesidad y pide respuesta a la demanda de productos sustentables (Getty Images)

Actualmente, el interés por productos que se elaboran teniendo en cuenta los impactos socioambientales está en aumento, y se vuelve imprescindible contar con mayor oferta para responder tanto a las nuevas demandas de los consumidores, como también a las del planeta, en un contexto de crisis climática y de biodiversidad.

“Los resultados del último relevamiento arrojan datos contundentes y opiniones formadas. El cambio se produce en busca de opciones que reduzcan los impactos ambientales, como la transformación de ambientes, la pérdida de biodiversidad, las emisiones de C02, y la contaminación y generación de residuos”, comentó Manuel Jaramillo, Director General de Fundación Vida Silvestre. Y añadió: “Estamos frente al quiebre en el consumo, ante un consumidor ávido por nuevas alternativas más saludables y de menor impacto socioambiental”.

El desafío está planteado: lograr una producción de alimentos sostenible y saludable para la población y el planeta. El consumidor lo reclama y el planeta lo espera. La cuenta regresiva ya comenzó.

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