Con la llegada de los días templados y el calor del verano, muchas personas empiezan desesperadamente a buscar productos y dietas restrictivas que ponen en riesgo su salud. Con el objetivo de bajar de peso a cualquier precio, se embarcan en planes de alimentación no personalizados, que suelen prohibir alimentos o plantear muchas horas de ayuno con la promesa de eliminar grasa en tiempo récord.
Algunos puntos importantes para no caer en la trampa:
En primer lugar, todavía existe esa presión por encajar en determinados modelos corporales que no nos representan. Esto tenemos que tenerlo claro. Una cuestión es querer bajar de peso para tener un cuerpo cómodo y sano, y otro es para encajar en un modelo impuesto culturalmente.
Muchos hombres y mujeres tienen en mente, o desean tener, un peso que los acercaría a ese ideal que persiguen sin reflexionar acerca de cuál es camino y qué costo conlleva para la salud dejar de comer o eliminar grupos completos de alimentos como lácteos o carbohidratos.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta las indicaciones específicas de este tipo de dieta. Está demostrado científicamente que una dieta restrictiva que tiene un comienzo y un fin, no funciona.
Es importante destacar que no existe ningún alimento que tenga la capacidad por sí solo de hacerte engordar o adelgazar. Lo que sí tienen los alimentos es diferentes calidades nutricionales. En general este tipo de propuestas mágicas tienen un título o nombre atractivo, original y quecapta nuestra atención muy fácilmente. Suelen prometer un descenso de peso muy rápido. Por ejemplo, “bajá 10 kilos en dos semanas”. Aseguran que la pérdida de peso será rápida y en poco tiempo.
Porque durante todo ese periodo se pasa hambre, no se cambian los hábitos y, encima, al no incluir los alimentos que más te gustan, es muy complejo de sostener en el tiempo y, cuando no lo podés sostener, volvés a comer igual que antes de esa dieta o aún más..
Así. se genera un efecto rebote, no hubo modificaciones de fondo en el estilo de vida y lo único que perdiste fue agua y, muy probablemente, masa muscular, pero el tejido adiposo se sostiene. Esto genera algunos cambios metabólicos que no son buenos, que no son convenientes para la salud.
Entonces, lo que te recomiendo es que te olvides de la idea de pretender encajar en un modelo hegemónico impuesto por los otros. Este es un concepto antiguo que tenemos que dejar atrás.
Por eso, es muy importante que entendamos que las dietas restrictivas solo nos vuelven obsesivos con nuestra alimentación y nuestro cuerpo. Así que borremos de nuestra cabeza ese modelo y empecemos a cambiar hábitos para mejorar nuestra calidad de vida.
Lo fundamental es aprender a comer en forma ordenada y equilibrada y elegir las porciones adecuadas en cada comida. Por ejemplo incluir más cantidades de frutas, verduras, legumbres y todo lo que sea natural. Además acordate siempre de ingerir mucha agua para estar bien hidratado.
* Romina Pereiro es licenciada en nutrición MN 7722
* Producción: Dolores Ferrer Novotný / Realización: Gastón Taylor / Edición: Rocío Klipphan
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