“Qué hay que comer para vivir 100 años”. Seguramente, algún lector haya buscado -con estas palabras quizás en Google- saber más sobre algún plan alimenticio que garantice la vida longeva que tan en boga está en estos tiempos. El profesor Valter Longo, de la Universidad de California del Sur, es conocido mundialmente como el “sabio de la longevidad”. El biólogo viene investigando puntualmente cómo cierta dieta equilibrada junto al ayuno intermitente, es una formula muy prometedora para vivir más. Y mejor.
Ahora, el especialista realizó un estudio que busca como revertir la demencia, justamente, a través de la alimentación. La ciencia no da tregua, sigue avanzando y Longo es parte de esta lucha cuerpo a cuerpo que se da contra enfermedades como el Alzheimer. Este estudio indica que una alimentación basada en ciclos que simulan los efectos en el organismo del ayuno, retrasó el deterioro cognitivo y los síntomas como la demencia. Este patrón dietético, probado en ratones, fue diseñado por el doctor Longo, junto a los doctores Christian Pike y Pinchas Cohen de la Escuela de Gerontología Leonard Davis de la Universidad de California del Sur.
Los resultados de este trabajo, que se publicaron en la revista Cell Reports, sostiene que comparados con los ratones del grupo de control que también padecían la enfermedad de Alzheimer, los que fueron alimentados con la dieta simuladora del ayuno sufrían una menor inflamación del tejido cerebral y puntuaban mejor en los tests de capacidad cognitiva.
Se pudo comprobar en el estudio que presentaban niveles inferiores de dos marcadores cerebrales de la enfermedad: beta-amiloide, la proteína responsable de formar placas indisolubles, y proteína tau hiperfosforilada, que contribuye al colapso y muerte de las células cerebrales.
En diálogo con Infobae, el profesor Longo, sostuvo: “Probamos dos tipos de ratones con mutaciones genéticas humanas que causan Alzheimer. Los ciclos de dieta que imitan el ayuno funcionaron en ambos tipos de ratones al retrasar la patología y el deterioro cognitivo”. Según varios estudios, el ayuno intermitente puede ser beneficioso para regenerar células y contribuir a que no se desarrollen distintos tipos de cáncer. Ahora bien: ¿puede ayudar cognitivamente? “Demostramos que reduce la inflamación en el cerebro y también los daños oxidativos”, explicó el investigador.
Este patrón alimentario se caracteriza por una amplia cantidad de grasas insaturadas y un bajo nivel de calorías globales, proteínas y carbohidratos. Esto simula el efecto de una dieta líquida sin prescindir de los nutrientes esenciales. Estos ciclos breves seguidos con periodicidad de dieta simuladora del ayuno, se asociaron con beneficios para la salud, entre ellos, la regeneración de células madre como así también la reducción de los efectos secundarios de la quimioterapia, y menor riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer o la diabetes.
En el estudio, los ratones recibieron la dieta simuladora del ayuno durante cuatro o cinco días, en dos ciclos por cada mes. El resto del tiempo siguieron alimentándose normalmente. Se realizaron dos ensayos al mismo tiempo. En el primero, a largo plazo, se realizaron 30 ciclos dietéticos a lo largo de 15 meses. El segundo, analizó los efectos a corto plazo. En los dos casos se registraron reducciones prometedoras de la beta amiloide y la tau patológica en comparación con los ratones enfermos que no modificaron su alimentación.
En cuanto a la mejora de la inflamación, los roedores mostraron una reducción de las microglías activas, las células del sistema inmunológico que destruyen tanto a los patógenos como a otras células que estén dañadas. Y dieron muestras de un menor nivel de estrés oxidativo, un fenómeno que contribuye al alzhéimer.
¿Es aplicable a seres humanos?
El primer paso para llevar este enfoque a pacientes humanos ha sido un pequeño ensayo clínico en Fase 1. “El estudio contienen datos de los primeros 30 pacientes inscriptos en un ensayo clínico. En los pacientes que realizaron ciclos de la dieta especial imitadora del ayuno para personas mayores, se vio que la dieta era segura y la mayoría la podía completar”, explica Longo a Infobae.
Los participantes fueron personas diagnosticadas o bien con alzhéimer leve o con deterioro cognitivo moderado, sin otros problemas de salud y con una red de apoyo familiar. Se les colocó de forma aleatoria en uno u otro grupo: el primero debía seguir una dieta simuladora del ayuno una vez al mes durante cinco días. El segundo debía comer durante ese tiempo pasta o arroz como comida principal.
El siguiente paso tendrá que registrar si se dan los mismos beneficios para el rendimiento cognitivo y la inflamación del cerebro que se vieron en los ratones.
Cómo es la dieta de la longevidad
“No sé si se vivirá exactamente hasta los 110 años, pero lo que sería muy sorprendente es que se viviera menos”, dijo Longo en en una entrevista cuando le preguntaron por la dieta que propone para vivir muchos años.
Longo viene explorado la relación entre los nutrientes, el ayuno, la genética y la longevidad en especies con una corta esperanza de vida. “En enfoque multisistémico basado en más de un siglo de investigaciones nos permite definir una nueva Dieta de la Longevidad que sirva de fundamento sólido a las recomendaciones nutricionales y las indagaciones del futuro”, dijo el especialista.
Patrones dietéticos tan populares como la restricción calórica, la dieta cetogénica baja en carbohidratos y rica en grasas, las dietas vegetarianas, veganas y la dieta Mediterránea, vienen siendo estudiados en relación al envejecimiento.
En cuanto al ayuno, hay varios tipos. Uno de ellos es el intermitente, dejando espacios de 10 o 12 horas. Hay otro que es el ayuno periódico que abarca hasta 48 horas. Según las investigaciones de Longo y sus colaboradores, una dieta óptima está basada en una ingesta de moderada a alta de carbohidratos no refinados (cereal integral); cantidad baja pero suficiente de proteína vegetal; y suficientes grasas vegetales como para proporcionar el 30% de la energía diaria.
Todas las comidas del día deberían realizarse en un plazo de 11 a 12 horas, completando con un ciclo de ayuno de 5 días por cada tres o cuatro meses.
Longo baja a tierra a Infobae y explica cómo es el plan: “La dieta de la longevidad incluye 2 a 4 ciclos al año de ayuno de 5 días, imitando una dieta similar a lo probado en pacientes con Alzheimer en este estudio. Comer durante 12 horas al día y ayunar durante otras 12 horas. Es importante llevar una dieta vegetariana, con pescado, rica en legumbres, cereales enteros, verduras, nueces y semillas. El pescado debe ser bajo en mercurio y comerse entre dos y tres veces por semana”, apunta Longo.
Y suma para cerrar: “Comer pocas pero suficientes proteínas hasta los 65 a 70 años. Esto es, 0,8 por kilo de peso corporal por día. Y aumentar la ingesta de proteínas en un 20 por ciento después de los 70 años”.
SEGUIR LEYENDO: