Correr un maratón, es decir 42 kilómetros 195 metros, implica un entrenamiento exigente de muchos kilómetros semanales. Lo mismo, por supuesto, para quienes practican ultramaratones. Los triatletas, para completar sus tres pruebas, también pasan horas y horas preparándose.
En los tres casos el cuerpo debe prepararse adecuadamente para poder enfrentarse de forma sólida al desafío. Para muchos entrenadores un trabajo para mejorar es darle a sus atletas lo que se conoce como doble turno. Y ahí va el primer consejo: someterse a esta práctica necesita la guía de un especialista y el acompañamiento también de un nutricionista.
El doble turno, cuando hablamos de correr, consiste en tener dos salidas diarias. Por ejemplo, realizar los trabajos de series o pasadas por la mañana y una segunda salida con un fondo de una hora por la noche. También se puede hacer al revés, el fondo en la mañana y en las series por la noche.
Dos veces por semana para aquellos que ya tienen cinco o seis días de entrenamiento por semana. Esto suma kilómetros y debe realizarse cuando se está apuntando a las carreras largas mencionadas. Los triatletas, particularmente los Ironman, tienen prácticas de doble turno habituales, pero combinando running, natación y bicicleta.
El doble turno permite la mencionada carga, logrando que el corredor acostumbre a su cuerpo a recuperarse más rápido y a tolerar los niveles de esfuerzo necesarios para afrontar con buena calidad la carrera que tiene en su plan. Un doble turno permite que la suma semanal de kilómetros se haga en más sesiones de entrenamiento, para no cargar todo en solo cinco o seis salidas.
El doble turno debe realizarse si se quiere mejorar la marca del maratón, pero reconociendo las limitaciones de cada cuerpo y cada momento. Por eso, siempre, se debe encarar con un entrenador y un nutricionista, además de no perder nunca el sentido común.
No es necesario ser un corredor de élite para poder hacer doble turno, pero sí es importante asumir el compromiso de alimentarse mejor y descansar más. Si no se puede realizar una siesta, al menos se debe buscar la forma de descansar las piernas entre ambos entrenamientos.
Redoblar la atención sobre ambos puntos para evitar un sobreentrenamiento y que lo que debería sumar termine restando. Si por algún motivo no sentimos que sea bueno salir, no hay problema en no salir alguna vez cuando las condiciones no son buenas.
El doble turno debe reducirse y finalmente eliminarse en las últimas semanas antes de la carrera. Parte de la descarga consiste justamente en bajar la carga y el doble turno es lo primero que debe dejar de hacerse.
Para quienes han corrido muchos maratones, la diferencia entre hacer y no hacer doble turno se suele notar, pero si al practicarlo varias veces no nos resulta, entonces debemos tomar otro camino. No hay dos corredores iguales.
Lo más notable del doble turno es que quienes puedan hacerlo sentirán esa energía desbordante producto de esa recuperación que el cuerpo va incorporando.
Quienes amamos correr sentimos en esa doble salida una fuerza mental, no solo física. Un último gran beneficio es una ganancia en seguridad y mayor motivación para correr las distancias más largas.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.
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