Vamos a explciar cómo la alimentación puede influir en nuestra inmunidad frente a las enfermedades. Con la llegada del invierno tenemos que tener las defensas bien altas para hacer frente a las amenazas de virus, bacterias, hongos o parásitos.
El vínculo entre la alimentación y nuestro sistema inmune, es poco conocido para algunas personas. Se estuvo estudiando durante este último tiempo y, justamente, los datos epidemiológicos muestran que existe una asociación entre un déficit de nutrientes y la suba de infecciones, y cierta predisposición a enfermarnos durante todo el año.
El sistema inmunológico está siempre activo, realizando vigilancia, pero su actividad aumenta si patógeno intenta o consigue atacar al cuerpo humano. Esta mayor actividad requiere fuentes de energía, sustratos para la biosíntesis y moléculas reguladoras, que en última instancia se derivan de la dieta.
Por lo tanto, podemos asegurar que una alimentación lo más variada y completa posible, te va a ayudar a tener tu sistema de defensas en óptimas condiciones. ¿Cuáles son esos alimentos?
El alto contenido de proteínas nos va a ayudar a formar anticuerpos que nos van a defender de determinados microorganismos y patógenos. Las proteínas, además, nos aportan vitaminas del complejo B, zinc y ciertos antioxidantes que también van a potenciar esa formación de anticuerpos.
Las vitaminas liposolubles como la A, la D y la E, son fuertes antioxidantes y, además, van a promover el desarrollo de estas células necesarias para formar anticuerpos.
Es muy importante no olvidarse del hierro proveniente de los alimentos que son super necesarios para el desarrollo de estas células y para mantener óptimo el sistema inmune.
Y, últimamente, se viene estudiando mucho todo lo que tiene que ver con probióticos, que son microorganismos vivos que generan anticuerpos en el intestino y mejoran el estado inmunológico del sistema digestivo, la mucosa de los bronquios y las glándulas mamarias. Los probióticos más comunes se ingieren en productos lácteos fermentados como los yogures. Ayudan a reforzar las defensas de nuestra microbiota que va a repercutir en las defensas de todo nuestro organismo.
Más allá de recordar los beneficios de cada nutriente, lo que te recomiendo es que tengas una alimentación lo más amplia y equilibrada posible.
Sistema inmune y COVID-19
La pandemia de COVID-19 que tuvo en vilo al mundo, fue una gran oportunidad científica para evaluar el papel de la dieta en la inmunidad de la población.“Se ha demostrado que varias vitaminas (A, B6, B12, ácido fólico, C, D y E) y oligoelementos (zinc, cobre, selenio, hierro) desempeñan un papel clave en el apoyo al sistema inmunológico humano y en la reducción del riesgo de infecciones”, señaló el doctor Philip C Calder en un estudio sobre alimentación y COVID-19 publicado el año pasado en Nutrition, Prevention & Health del British Medical Journal.
En su documento sobre el rol del sistema inmune y la importancia de la nutrición para protegerse contra el COVID-19, el científico de la Universidad de Southampton, Reino Unido, aseguró que “también son importantes otros nutrientes esenciales, incluidas otras vitaminas y oligoelementos, aminoácidos y ácidos grasos”.
Cada uno de los nutrientes mencionados anteriormente tiene funciones de apoyo a la defensa antibacteriana y antiviral, pero el zinc y el selenio parecen ser particularmente importantes: “Es prudente que las personas consuman cantidades suficientes de nutrientes esenciales para apoyar su sistema inmunológico y ayudarlos a lidiar con los patógenos en caso de que se infecten”, dijo el investigador.
Romina Pereiro es licenciada en nutrición MN 7722
* Edición: Rocío Klipphan/ Producción: Dolores Ferrer Novotny/ Realización: Gastón Taylor
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