Un atracón es un episodio que se da en forma frecuente en el que la persona ingiere mucha comida en poco tiempo y a escondidas. Por lo general, se disparan como respuesta a alguna situación emocional fuerte y son conductas que se dan dentro de algunos trastornos alimentarios.
Generalmente sucede ante ciertos disparadores emocionales como la ansiedad, el estrés, la frustración sumado a ciertos estímulos ambientales como la incertidumbre, entonces se utiliza la comida para tapar esas emociones que incomodan y no nos gustan.
Estos episodios de atracones, pueden llegar a suceder varias veces por semana, y por lo general se eligen alimentos ricos en grasa y/o azúcar: como alguna torta, chocolates, snacks, etc. y generan sentimientos de culpa y frustración.
El plan para prevenir atracones reúne un conjunto de estrategias para identificar las situaciones de riesgo y disminuir la frecuencia de esos disparadores; aumentar la posibilidad de anticiparse y planificar a tiempo respuestas eficaces usando habilidades específicas. Esto favorece el control de impulsos y el autodominio, factores que lo ayudarán a responder a las situaciones difíciles de una manera diferente.
Diferentes tipos de atracones
Atracón: comer gran cantidad de comida en un corto período. Sensación de descontrol y culpa posteriores. Hacerlo a escondidas. Sin compensación posterior.
Atracón nocturno: comer gran cantidad de comida en un corto período. Sensación de descontrol y culpa posteriores. Hacerlo a escondidas. Sin compensación posterior. Pero de noche.
Síndrome de comedor nocturno: necesidad de levantarse de la cama y comer algo (por lo general algo muy calórico) para volver a dormir. Consumir la mayor cantidad de comida diaria durante la cena y posteriormente. Falta de apetito durante la mañana y mala distribución de las comidas (sólo 1 o 2 por día). Está relacionado con el estrés y la excesiva ocupación diurna. No hay sensación de descontrol.
Bulimia: incluye los síntomas del atracón acompañado por compensación a través de vómitos, actividad física intensa, ayuno prolongado o uso de laxantes o diuréticos.
Anorexia durante el tratamiento para perder peso: terror a engordar. Restricción alimentaria con el propósito de adelgazar. Actividad física exagerada.
¿Cómo hacer para salir de esta situación?
Primero, tratar de identificar cuáles son los detonantes y ponerles nombre a esas emociones y analizar, ¿Qué necesito?¿Qué otra alternativa se me ocurre qué puede hacerme sentir mejor?
Intentar tener una mirada más amorosa con uno mismo, rescatar habilidades, intentar conectar con pensamientos positivos. No recomiendo realizar ningún tipo de dieta en ese momento, y mucho menos sin control profesional.
Y, por último, pero más importante: pedir ayuda. Es fundamental contar con alguien para conversar y que acompañe el proceso de recuperación. Buscar ayuda profesional. Hoy en día los tratamientos cognitivo-conductuales son muy efectivos y permiten la recuperación completa.
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