Cada argentino consume en promedio tres veces más de azúcar de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en alimentos como gaseosas, golosinas e infusiones.
En cuanto a la sal, el consumo promedio es de 12 gramos al día, cuando lo recomendado es no superar los 4 gramos diarios.
Estos nutrientes críticos en exceso, favorecen la malnutrición por exceso aumentando el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, obesidad, diabetes, hipertensión, entre otras.
¿Cómo podemos mejorar nuestros hábitos?
En cuanto al azúcar, es importante que sepas que puede recibir diferentes nombres, por eso es importante leer las etiquetas de los productos.
Los más comunes son: sacarosa, melaza, jarabe de maíz de alta fructosa, syrup o azúcar invertido.
Tanto el azúcar mascabo, como el azúcar integral, rubia o la miel tienen el mismo valor calórico que el azúcar blanca. La única diferencia es que están menos refinadas. Por eso, si lo que buscás es disminuir la cantidad de azúcar en tu alimentación, no sirve sustituir una con otra. En ese caso te recomiendo usar algún edulcorante natural.
En cuanto a la sal, el 70% de la cantidad que ingerimos proviene de alimentos procesados y luego de la sal que agregamos cuando cocinamos o cuando la llevamos a la mesa.
Un estudio realizado el año pasado, por Fundación UADE y Voices!, en el marco de las actividades del Centro de Investigaciones Sociales (CIS), relevó las percepciones y hábitos de los argentinos en torno a la alimentación.
En ello indicó que casi la mitad de los argentinos no controla el azúcar (47%) ni las grasas que ingieren en las comidas (49%). Ambas prácticas son menos comunes entre los hombres (55% y 56% respectivamente no controlan la ingesta) y entre los más jóvenes (61% de los habitantes entre 16 y 29 años no hace controles al respecto en ninguno de los casos).
Asimismo, más de la mitad de la población (54%) no controla su colesterol, afirmación que es más común entre los hombres (59% vs. 49% de las mujeres) y entre los más jóvenes (77% de quienes tienen entre 16 y 29 años).
Algunos datos:
La sal marina y la sal del himalaya tienen la misma cantidad de sodio que la sal fina de mesa. La sal reducida en sodio o sal light tiene entre un 40 a 60% menos sodio (ojo, si agregás el doble no sirve para reducir sodio).
Existen sales dietéticas sin sodio, a base de cloruro de potasio y magnesio. No son para cualquier caso, consultá con tu cardiólogo. Hay muchos alimentos dulces o light que suelen tener gran cantidad de sodio para mejorar el sabor, postrecitos, jugos, galletitas integrales.
En conclusión, como siempre te digo, más comida casera o mínimamente procesada. Frutas, verduras, legumbres, huevo, queso y yogur, darte tiempo para acostumbrarte a los nuevos hábitos, pero tomar la decisión firme que pequeños cambios cotidianos, podemos generar un buen impacto en nuestra salud.
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