El estrés de las vacaciones puede afectar a cualquiera, incluso a los niños. Muchas personas asocian las Fiestas con reuniones sociales, rituales y recuerdos felices. Estas expectativas pueden provocar estrés. Al mismo tiempo, puede volverse abrumador planear los preparativos y hacer que cada regalo envuelto se vea perfecto. Encontrar el tiempo para asistir a cada fiesta o sentir que no ha sido invitado a suficientes encuentros sociales también puede causar estrés. Cuando se agrega la carga financiera, viajar y visitar a otros miembros de la familia, el estrés puede comenzar a acumularse.
“Si pudiéramos tener espacios de descanso suficientes como parte de la rutina diaria, estaríamos en condiciones de finalizar el año sin la sensación frecuente de agotamiento”, esbozó en una entrevista con Infobae Claudia Quiroga Daldi, miembro de la Asociación Argentina de Counselors. Para la especialista “hay, al menos, dos cuestiones para reflexionar. En primera instancia, se podría a modo de balance anual repensar si todos los compromisos que se afrontan son realmente imprescindibles, y aquellos que no lo son: ¿producen satisfacción? ¿Placer? ¿Disfrute? ¿Son motivados por necesidades propias? ¿O ajenas?”. De acuerdo a las respuestas a esas preguntas se podría reconsiderar si seguir incluyéndolos en la agenda el próximo año o no.
Según una encuesta publicada por el sitio web Healthline en 2015, el 62% de las personas dice que las Fiestas son “muy” o “algo” estresantes. Sin embargo, hay muchas formas simples de lidiar con el estrés en esta época del año, pero primero deben comprenderse los factores desencadenantes del estrés. ¿Qué situaciones nos estresan? Para Quiroga Daldi, “reacomodar o descartar aquello que produce cansancio y poca satisfacción requiere de un análisis que sólo se puede realizar mediante un profundo diálogo interior y tomando cierta distancia, como viendo un paisaje, en este caso, el propio”.
1. Primero, establecer prioridades
Cuando estás enterrado bajo el estrés de las actividades festivas y otras tradiciones que una vez esperabas tomarte un momento para evaluar qué actividades en tu lista de tareas pendientes solo estás haciendo porque crees que deberías versus porque realmente desea hacerlo puede servir, y mucho.
Es fundamental reemplazar los “deberes” con “deseos”, ya que es mucho más fácil encontrar la motivación para hacer las cosas que quieres hacer que las cosas que debes hacer.
2. Pedir ayuda con tareas difíciles
Cuando el nivel de estrés es muy alto, es difícil poner un freno y reorganizarse. Por eso, es fundamental intentar prevenir el estrés y la depresión en primera instancia.
Algunas tareas comunes de vacaciones pueden ser desencadenantes de estrés. Decorar el árbol de Navidad por primera vez después de la pérdida de un ser querido, comprar regalos en las tiendas o centros comerciales muy concurridos o asistir a eventos festivos abarrotados puede provocar ansiedad social.
3. Tomar un descanso de las redes sociales
El uso excesivo de las redes sociales puede afectar el sueño, la autoestima y las relaciones personales. Esta iniciativa se presenta como oportunidad para retomar el control de nuestra relación con las redes sociales. Cuando estás estresado o ansioso, ir a Instagram para un scroll sin sentido puede proporcionar una distracción instantánea. Pero con demasiada frecuencia, un atracón de redes sociales te hace sentir peor que antes.
La evidencia emergente genera inquietudes sobre el impacto potencial de las redes sociales en la salud y el bienestar mental de las personas. En 2017, un informe publicado por la Royal Society for Public Health, destacó una gama de posibles efectos negativos de las redes sociales, que incluían desde ansiedad y depresión, imagen corporal negativa, acoso cibernético, falta de sueño y “FOMO”(miedo a perderse de).
Las fotos de amigos, llenas de perfección y alegría festiva realmente pueden afectar a quien no se siente exactamente bien en la temporada. Alejarse del teléfono, o mejor aún, eliminar temporalmente las aplicaciones puede ser de gran ayuda.
4. Reconocer los sentimientos y ser realistas
Si has sufrido la pérdida de alguien cercano recientemente o no puedes estar con tus seres queridos, entiende que es normal sentir dolor y tristeza. Está bien que te des un tiempo para llorar y para expresar tus sentimientos. No puedes forzarte a estar feliz solo porque se trata de esta época del año.
Para la psicoanalista Fiorella Litvinoff, otro factor que incide al malestar en esta época es tener que confrontarse con la soledad. “Las fiestas son sinónimo de encuentro con otros y es en esta época donde quizás algunas personas registran su distanciamiento con los otros. Es importante preguntarse qué les llevo a esta situación y cómo se sienten respecto a esto”, explicó en diálogo con Infobae.
Las Fiestas no tienen que ser perfectas ni iguales a las del año anterior. A medida que las familias cambian y crecen, las tradiciones y los rituales, muchas veces, también se modifican. Optar por mantener algunos y abrirse a incorporar otros nuevos representa el equilibrio perfecto.
5. Meditar
Prestar atención a los patrones de respiración es clave cuando te sientes ansioso o abrumado. En lugar respirar lento y profundo, las respiraciones son probablemente rápidas y superficiales, lo que solo perpetúa el ciclo de estrés en el cuerpo.
Aunque pueda sonar demasiado simple, encontrar una manera de concentrarse en la respiración es una de las formas más fáciles y efectivas para lidiar con el estrés en este momento.
6. No abandonar los hábitos saludables
Salir, aunque sea por un rato, para una dosis saludable de aire fresco puede hacer maravillas. En lugar de simplemente aguantar hasta que termine el año, considerar las alternativas saludables que puedan ayudar a pasar el momento difícil.
Comer un snack saludable antes de la celebración ayuda para no excedersee con los dulces, el queso o las bebidas. A su vez, dormir bien e incorporar actividad física regular a la rutina diaria siempre es una buena idea.
7. Dejar de lado las diferencias y aprender a decir que no
Intentar aceptar a tus familiares y amigos tal como son, aunque no cumplan todas tus expectativas, es un gran consejo para seguir ya sea en esta época del año o en cualquier otra. Postergar los reclamos hasta que haya un momento más adecuado para hablar al respecto y ser comprensivo si otras personas se enojan o sufren cuando las cosas salen mal nunca viene mal.
Decir que sí cuando puedes decir que no puede hacerte sentir resentido y abrumado. Tus amigos y colegas comprenderán si no puedes participar en todos los proyectos o actividades. Si no es posible decir que no, intenta eliminar otra cosa de tu agenda para compensar el tiempo perdido.
8. Estar solo y recargar baterías
Para muchas personas, la temporada de vacaciones significa pasar tiempo con amigos y familiares que a menudo no pueden ver. Si bien esta puede ser una oportunidad maravillosa para conectarse con los seres queridos, también puede dificultar encontrar tiempo para estar solo y recargar la batería.
Meditar antes de que todos despierten, ir a una clase de gimnasia, ofrecer hacer las compras para salir de una casa ocupada por un momento o simplemente decir “no” a ciertas invitaciones son algunas de las alternativas para preservar la energía.
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