Todo lo que la mujer consuma durante el embarazo y la lactancia llega a su hijo, primero por la placenta y luego a través de la leche materna. De ahí que en ese tiempo deba tenerse especial cuidado con lo que la madre toma y come, en pos de no "transportar" al organismo de su bebé alcohol, medicamentos,u otras sustancias.
Hay quienes incluso aseguran que alimentos como el brócoli, la cebolla cruda o los picantes podrían modificar el sabor de la leche materna y generar rechazo en el niño.
En algo de eso deben haber basado su estudio investigadores estadounidenses, que concluyeron que "el amamantamiento podría ayudar a los niños a comer todo tipo de vegetales después de la exposición a su sabor a través de la leche materna".
Según los investigadores, los bebés cuya madre come muchos vegetales en su dieta mientras amamanta tendrán muchas menos probabilidades de rechazar esos alimentos
Así, los científicos habrían encontrado el secreto para que los niños adquieran el saludable hábito de comer verduras, que muchas veces tanto cuesta a los padres establecer. Según los investigadores, los bebés cuya madre come muchos vegetales en su dieta mientras amamanta tendrán muchas menos probabilidades de rechazar esos alimentos cuando deban comenzar a incorporarlos a su alimentación.
Y tras asegurar que los recién nacidos expuestos al sabor sutil de las verduras a través de la leche materna se acostumbran mejor a la presencia de ellos en su dieta, los investigadores remarcaron que "esto hace menos engorroso el proceso de servir 'verdes' en el plato cuando comienzan a comer sólidos".
Los investigadores, que estudiaron a 97 flamantes madres que amamantaban, publicaron los resultados de su estudio en el American Journal of Clinical Nutrition.
Para el estudio, dividieron a las madres en dos grupos: uno bebió jugo de verduras durante uno a tres meses, mientras que el otro bebió sólo agua en el mismo período. Cuando los bebés tenían ocho meses, los investigadores supervisaron sus respuestas frente a las verduras y los resultados mostraron que aquellos cuyas madres habían bebido jugo mostraban mejor predisposición a comer sus vegetales, incluso si su madre había bebido el jugo de verduras por sólo un mes.
La edades tempranas pueden ser un tiempo óptimo para ‘enseñar’ el gusto por la alimentación sana
En un informe sobre las conclusiones, los científicos aseguraron que la alimentación de las madres lactantes es de gran influencia en lo que los niños comerán a futuro. "La edades tempranas pueden ser un tiempo óptimo para 'enseñar' el gusto por la alimentación sana", destacaron.
Un estudio de 2016 encontró que sólo uno de cada 200 bebés en el Reino Unido es amamantado hasta los 12 meses, comparado con los cuarto (cada 200) en los EEUU y tres en Noruega. En India, el 92% de las mujeres amamanta a sus hijos al menos hasta el año.
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