Cómo saber si su aire acondicionado ayuda a cuidar su salud

Infobae trae 3 detalles que hay que tener en cuenta para saber elegir un aire acondicionado que no solo ofrezca un ambiente mucho más fresco, sino también un aire más sano.

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Los aires acondicionados pueden afectar
Los aires acondicionados pueden afectar el sistema respiratorio de las personas. (Shutterstock.com)

En medio de los días de verano, siempre es importante tener alguna forma con la cual disipar un poco el bochorno que genera el calor, especialmente en un espacio cerrado. Ahora, en medio de una temporada de pandemia en la que varios países aún no habilitan el uso de piscinas para intentar refrescarse, se hace necesario contar con un equipo de electrodomésticos que puedan refrescar el aire de la casa y hacer de cualquier entorno un sitio más “vivible”. Por supuesto, el aire acondicionado es una de las mejores opciones. Este tipo de artefactos eléctricos promete refrescar cualquier habitación de una vivienda, en pro de sudar menos y disfrutar más.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta que en medio del afán de conseguir un aire más fresco no se caiga en el error de adquirir un aire acondicionado que termine afectando la salud de las personas, sobre todo en medio de una pandemia que tiene como víctima favorita el sistema respiratorio del ser humano. Por esto, es necesario adquirir un aire acondicionado que mejore la calidad del aire (elimine virus y bacterias), mientras que cumple de forma óptima su función principal: refrescar el ambiente.

Infobae trae 3 detalles que hay que tener en cuenta para saber elegir un aire acondicionado que no solo ofrezca un aire mucho más fresco, sino también un ambiente más sano.

1. No a las corrientes de frío

(Shutterstock)
(Shutterstock)

Siempre se ha escuchado que los cambios bruscos de clima pueden tener graves consecuencias en la salud. Ir en un carro con un ambiente caluroso es algo tedioso de soportar, pero cuando se abre una ventana, el aire que entra de repente refresca inmediatamente a cualquier persona; sin embargo es una práctica que podría resultar perjudicial en el futuro.

Lo mismo ocurre con un aire acondicionado. El objetivo principal de este electrodoméstico es mantener el cuerpo fresco; evitar que un golpe de calor excesivo pueda enfermar a las personas que habitan dentro de un mismo espacio y al mismo tiempo.

No obstante, lanzar una bocanada de aire directamente en los habitantes de una casa puede tener otros efectos como: dolor en el cuerpo, alergias, piel u ojos secos y dolor de cabeza.

En consecuencia, antes de comprar un aire acondicionado lo ideal es revisar y estar seguros de que el aire sea liberado de forma homogénea y no directa. Una fuerte ráfaga de viento frío, en medio de un ambiente caliente, puede causar estragos irreparables en la salud.

2. Sí a los filtros

El funcionamiento de un aire acondicionado es sencillo: el aparato recoge el aire que hay en el ambiente y lo expulsa solo con cambios en la temperatura. Es decir, así tal cual como entra al aire, con todo e impurezas, así mismo sale.

Por esto, es importante al momento de adquirir un aire cerciorarse de que el mismo cuente con filtros que recojan partículas que viven en el aire como polvo, moho, bacterias y alérgenos. De esta forma, no solo se refresca la habitación sino que se logra mejorar la calidad de su aire.

3. Promesa de buen sueño

Las pruebas se realizaron en
Las pruebas se realizaron en salas a diferentes temperaturas entre 16,19 a 32,57 grados centígrados (Shutterstock)

La mayoría de aires acondicionados que existen actualmente, cuentan con opciones que hacen del período de sueño toda una experiencia de paz y tranquilidad. Además de ser electrodomésticos que no generan ruido durante la noche, también cuentan con opciones que regulan la temperatura de la habitación en cada período del sueño.

Así, no hay que preocuparse por levantarse en medio de un cuarto “helado”, ni tampoco en un ambiente bochornoso. Lo ideal es que en cada momento de la noche el aire acondicionado analice las etapas de sueño y regule la temperatura de forma automática para que el clima externo se pueda equilibrar con el corporal.

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