La increíble transformación de Pablo Bragale: pesaba 240 kilos y bajó a 82

En el año 2014 se dio cuenta que padecía una enfermedad. Tres años más tarde, con ayuda de nutricionistas y psicólogos comenzó un descenso impresionante. Hoy pesa 158 kilos menos. En el camino quedaron el bullying y la estigmatización. Pero sabe que no debe flaquear: “La obesidad se queda agazapada en tu cabeza”.

Guardar
Pablo Bragale: El problema de la obesidad

Cuando pesaba 240 kilos, Pablo Bragale (36) comenzó su lucha contra la obesidad. Hasta ese momento, su vida era un infierno: no podía dormir, le costaba respirar, tenia muchos problemas de salud y, además, la gente se le reía en la cara. Un día dijo basta y decidió pasar a la acción para mejorar su calidad de vida. Quería recuperar su autoestima, su seguridad y así disfrutar el resto de vida que le quedaba. En definitiva, sentirse deseado y creer en él.

Comenzó a dar los pasos necesarios para conseguirlo. Decidió cambiar su alimentación y se hizo el cinturón gástrico. En el 2017 aceleró el proceso: hoy, casi tres años después, pesa 82 kilos. Sabe, y lo dice, que la obesidad no se cura. La lucha que emprendió tiene un nuevo round cada día. Los rivales son un plato de comida y la ansiedad. Y su gran aliada es la terapia.

Después de muchas sesiones, hoy afirma que le perdió el miedo a comer, y aprendió, de a poco, a disfrutar cada almuerzo o cena de manera saludable. Y aunque su mente quiera seguir comiendo, sabe distinguir entre el hambre y la ansiedad. Su motor, hoy, es estar bien.

Pablo hoy pesa un tercio
Pablo hoy pesa un tercio que hace tres años.

Mientras duró la obesidad, subir al colectivo, a un avión o pasar los molinetes del subte eran misiones casi imposibles. “Hay una sociedad que no está preparada para ayudar a la gente obesa. Desde el transporte público hasta instituciones de todo tipo. Las personas con sobrepeso se empiezan a debilitar en base a su autoestima, es por eso que algunos caen y quieren la cura mágica. Entonces compran pastillas o medicamentos alternativos a una dieta. Y bajo ese aspecto emocional hay circunstancias ligadas a la depresión, al trauma, a la adicción a la comida, al descontrol de los impulsos o la desorganización como forma de vida. La realidad es que no hay una cura mágica”, dice Pablo.

Llegó un momento en que sentía que no lo aceptaba la sociedad ni él mismo. Su obesidad lo llevó a estigmatizarse, a ocultarse en sus propios complejos. Por ejemplo, sólo usaba ropa negra, no se metía en una pileta o en un río. Nada que lo hiciera desnudar partes de su cuerpo.

Pablo, en épocas donde pesaba
Pablo, en épocas donde pesaba más de 200 kilos.

-¿Cómo fue tu infancia?

-Común y corriente. Recién a los 16, 17 años empecé a engordar. Se ve que el metabolismo hizo algún cambio o lo que sea, y empecé a ponerme gordo por demás. Encima, eso me tocó en la época del secundario... viví mucho bullying, mucho acoso. Porque, aparte, la obesidad no solamente te da el problema de subir de peso, sino mucho más sudor, se te complica higienizarte bien, por ende tenés olores feos, y los pibes te van cargando, además de por el sobrepeso, por eso. Era pelearla con algo que, en ese momento, no sabía que era una enfermedad, y con el bullying. Además muchas veces, no digo que los docentes hayan sido cómplices, sino que estaban como ausentes, no hacían nada en esas situaciones.

Dentro del pantalón que usaba
Dentro del pantalón que usaba cuando estaba obeso. (Matias Arbotto)

-¿Te veías gordo?

-Yo no sé si me veía gordo, yo sí sé que subía de peso. Los circuitos cerebrales te tiran la ansiedad de seguir comiendo, comiendo, comiendo; y encima, como comes rápido, no llega un mensaje de saciedad a tu cerebro. ¡Seguís comiendo y no querés parar de comer jamás! Y eso cuenta tanto para festejar como para borrar una tristeza: te abocás a la comida como cable a tierra.

Pablo durante su participación en
Pablo durante su participación en Cuestión de Peso.

-¿Cuándo te diste cuenta de tu enfermedad?

-El primer día que me pesé, en enero de 2014. La balanza cantó 207 kilos y me acuerdo que llamé a mi papá y le dije: “soy un Peugeot”. Mi viejo me preguntó por qué, y respondí: “porque peso 207”. Hay una la letra de los Redondos que dice que la muerte está tan segura de vencer que te da toda una vida de ventaja. La obesidad hace lo mismo, se queda agazapada en tu cabeza, Vos hacés un tratamiento y está todo bien. Pero ella sabe que en algún momento vas a flaquear, y cuando flaqueás intenta atacar. Si vos no tenés lo que yo denomino educación terapéutica, que son herramientas para zafar de eso, caes de vuelta.

Esperando el ómnibus. La flaccidez
Esperando el ómnibus. La flaccidez en las piernas son secuelas que aún debe tratar. (Matias Arbotto)

-¿La sociedad está preparada para la obesidad?

-No. Y no solamente la argentina, sino a nivel mundial. Ni los medios de comunicación, ni los organismos estatales están preparados. Y tampoco la salud. La medicina avanzó y hay médicos que tratan la obesidad, pero la mayoría, cuando vas te dicen: “¿y cómo hiciste para meterte todos esos kilos encima?” Desde que vos tenés 5 o 10 kilos de más ya empezás a tener problemas. No existe el término gordo sano. Los análisis de sangre te pueden dar perfecto, pero las rodillas se te empiezan a debilitar, empezás a tener problemas para respirar. La obesidad es un negocio redondo. No existen polvitos mágicos, lo que existen son tratamientos que en base a la predisposición y a la voluntad de un ser humano y a la idoneidad y coherencia en los profesionales te pueden llevar a un mantenimiento de esta enfermedad. No existe la cura desgraciadamente. Pero además, los colectivos no te paran, o te paran a media cuadra y tenés que correr, cuando claramente no llegás; es jodido pasar por los molinetes del subte o sentarte en el colectivos. Encima algunos asientos tienen esa tela que resbala, imaginate que se resbala una persona flaca, que dentro de todo se puede acomodar, un obeso termina en el piso. Tampoco a un gordo le dan el asiento por sentirlo discapacitado. En muy pocas provincias le dan certificado de discapacidad a un obeso. El INADI hace un trabajo hermoso con la elección sexual, con la discriminación religiosa, pero el obeso no cuenta.

Pablo, en pleno proceso de
Pablo, en pleno proceso de cambio.

-¿Cómo te cambió estar flaco?

-Empecé a hablar y a interactuar más. Me volví mas sociable. Empecé a salir a bailar, me mejoró el autoestima, la seguridad. Volví a confiar en mi. Antes no salía porque me miraban y la infraestructura de los lugares no ayudan. Las sillas son chicas, los inodoros de los baños son pequeños. No me sacaba fotos, ahora lo hago. Sólo me vestía de negro, ahora uso color. ¿Está la sociedad preparada para la obesidad? No. Y el obeso tampoco está preparado, porque es el primero que niega la enfermedad.

Seguí leyendo

Guardar

Últimas Noticias

Choque en Mendoza: un conductor alcoholizado chocó a un auto y dos mujeres quedaron atrapadas

Ocurrió durante la mañana de ayer en la localidad de Luján de Cuyo. Las dos víctimas fueron trasladadas a un hospital con lesiones leves
Choque en Mendoza: un conductor

Rige una alerta naranja y amarilla para ocho provincias por fuertes tormentas

El Servicio Meteorológico Nacional advirtió a La Rioja, Córdoba y San Luis por fenómenos con capacidad de daño a partir de este lunes por la noche. Hay otras cinco provincias bajo alerta amarilla, entre ellas Buenos Aires. En la Capital Federal se registrarán altas temperaturas y la lluvia se sentirá en la mañana del 24
Rige una alerta naranja y

Está prófugo por homicidio en Venado Tuerto: el intendente difundió la foto del asesino y pidió ayuda a los vecinos

El crimen ocurrió hace un mes a la salida de un bar del distrito. La víctima murió la semana pasada producto de las graves heridas que le provocó el ataque a puñaladas
Está prófugo por homicidio en

Los tres amigos que, unidos por la música, fundaron la movida tanguera de La Plata: “Hacemos lo que nos apasiona”

Junto a otros artistas de la zona, Soledad López, Juan Páez y Juanita Graciani reúnen a los amantes del tango en distintos espectáculos que presentan en la ciudad de las diagonales y sus alrededores
Los tres amigos que, unidos

Guibert Englebienne, cofundador de Globant, en La Escalada: “Fundé y fundí seis compañías antes de encontrarme con mis socios”

Uno de los creadores de uno de los principales unicornios argentinos nació en Mar del Plata en el seno de una familia de emprendedores que impuso su propia marca en la ciudad: los dueños del Pato de Punta Mogotes. Pero cuando su papá le compró una computadora, su vida cambió para siempre. Se considera un programador desde los doce años e inventó desde videojuegos hasta soluciones tecnológicas para el hogar
Guibert Englebienne, cofundador de Globant,