Stormzy: el camino hacia la excelencia física y artística que lo llevó a la portada de Men’s Health

El ascenso de Stormzy al estrellato no se limitó a su música. Desde sus inicios en Croydon hasta encabezar eventos icónicos como el Glastonbury Festival, su trayectoria es un testimonio de esfuerzo, adaptación y dedicación. En una conversación con la revista Men’s Health, el artista británico reveló cómo transformó no solo su carrera, sino también su cuerpo y mentalidad para afrontar los desafíos más exigentes.

En 2019, Stormzy se convirtió en el primer solista británico negro en liderar el escenario principal de Glastonbury. El evento representó, para él, mucho más que una actuación. Fue un reto físico y emocional que demandó cambios drásticos en su estilo de vida.

Como relató, nunca se había considerado una persona particularmente atlética, pero entendió que el nivel de exigencia de una presentación de 90 minutos requería superar sus límites físicos.

Con este objetivo en mente, el artista reunió un equipo de expertos para optimizar su entrenamiento y alimentación. Contrató a Victoria Idowu, una chef personal conocida por su capacidad para adaptar recetas al alto rendimiento, y a TJ Ossai, un entrenador campeón mundial, con quien perfeccionó su resistencia y control corporal.

Este enfoque, inspirado en figuras como Beyoncé, lo llevó a diseñar entrenamientos específicos para simular las demandas de un concierto, desde micrófonos en mano hasta prácticas de respiración para mantener la energía vocal durante toda la actuación.

James Collins, nutricionista de renombre que trabajó con atletas olímpicos y futbolistas de élite, supervisó su preparación alimenticia. Según Collins, el plan incluyó platos ajustados a diferentes necesidades del día, priorizando proteínas, carbohidratos y vegetales en proporciones meticulosas.

Este método no solo optimizó su rendimiento, también ayudó a reducir sus pliegues cutáneos a niveles típicos de deportistas profesionales.

Más allá de lo físico, Stormzy enfatizó en el impacto positivo que la disciplina tuvo en su estabilidad mental. A lo largo de los años, el artista habló abiertamente sobre su lucha contra la depresión.

En una entrevista, comparó su estado mental anterior con “un tornado en una biblioteca”, donde las ideas y emociones chocaban sin orden. Con el tiempo, aprendió que la estructura era su aliada para mantener el equilibrio. Comenzar el día con ejercicio, aunque no siempre le resultara agradable, le proporcionaba una sensación de control que le permitía abordar sus retos con mayor confianza.

En su música, el artista abordó el estigma de la salud mental, especialmente entre los hombres jóvenes. Canciones como Lay Me Down y Rachel’s Little Brother reflejan su disposición a hablar de temas como la terapia y la importancia de expresar emociones en lugar de reprimirlas.

Stormzy se inspira en un principio simple pero poderoso: la confianza no se basa en palabras, sino en hechos. Este concepto, que toma del empresario Alex Hormozi, guio sus decisiones. Explicó que sus logros tangibles, desde sus tres álbumes número uno hasta su icónica actuación en Glastonbury, le permitieron creer en sí mismo de manera genuina, sin necesidad de afirmar su valía con discursos vacíos.

Para él, las metas son el motor de su vida. Ya sea prepararse para una portada en Men’s Health o crear un álbum inolvidable, Stormzy mantiene un enfoque absoluto en el trabajo diario. En 2024, su compromiso con un nuevo desafío físico lo llevó a ajustar nuevamente su dieta y entrenamiento. Esta vez, el objetivo era conservar su masa muscular, pero definiendo aún más su físico para la sesión de fotos.

El enfoque de Stormzy hacia la nutrición, supervisado por Collins, ofrece enseñanzas valiosas para cualquier persona interesada en mejorar su rendimiento o salud. La clave, según Collins, es la adaptabilidad.

Para Stormzy, esto significaba ajustar las comidas según las demandas de su día, desde sesiones intensas de entrenamiento hasta conciertos nocturnos. Platos como una lubina con salsa verde o una tortilla con salchicha de pollo y boniato ilustran cómo se puede combinar el placer gastronómico con objetivos específicos de rendimiento.

Victoria Idowu, su chef, destaca que una dieta equilibrada no debe asociarse con la privación. Para mantener la adherencia a largo plazo, considera esencial integrar alimentos que el cliente disfrute, adaptados a los requisitos nutricionales de cada etapa. “El objetivo es sostener los hábitos, no sacrificarlos”, explica.

La historia de Stormzy es un recordatorio de que el éxito no se construye únicamente con talento, sino con disciplina, esfuerzo y un enfoque holístico que combine lo físico, lo mental y lo emocional. Su camino hacia la excelencia, tanto en el escenario como fuera de él, sigue siendo un ejemplo de cómo superar barreras, adaptarse al cambio y transformar cada reto en una oportunidad para crecer.