La postal se repite en distintas plazas y parques de la Ciudad. Practicando actividad física entre conos, cintas, pesas o colchonetas, los espacios públicos porteños funcionan como un gimnasio al aire libre en el que instructores dan clases particulares o grupales de distintas disciplinas.
Hasta ahora los entrenadores no cuentan con regulaciones para ejercer su tarea. Pero en distintas ciudades del país esta libertad para actuar está cerca de cambiar, ya que se están tratando distintas normativas para controlar la actividad, expidiendo una licencia habilitante y obligatoria a los preparadores físicos a partir de cumplir con una serie de requisitos.
En la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires se presentó un proyecto de ley para crear un Registro de Entrenadores cuyo fin es contemplar la necesidad de establecer un ordenamiento en el uso del espacio público y establecer medidas de seguridad para la práctica de deportes al aire libre.
La iniciativa es impulsada por el legislador porteño Diego García Vilas desde octubre del año pasado y por el momento está en comisión. En caso de aprobarse, los entrenadores deberán presentar un título habilitante y tendrán que estar adheridos a un servicio de emergencias médicas.
También deberán poseer conocimientos de primeros auxilios y reanimación cardiorespiratoria (RCP), realizando una capacitación en cursos oficialmente reconocidos por la autoridad de aplicación, con la obligación de ser actualizado cada dos años. Y además deberán detallar el lugar, los días, los horarios y el tipo de actividad a realizar.
De acuerdo a la normativa, los alumnos por su parte tendrán que presentar el certificado de aptitud física expedido por especialistas médicos. "Dicho certificado tendrá validez máxima de 1 año, a partir de la fecha en la que fuera expedido", precisa uno de los artículos.
En tanto que aquel entrenador que ejerza la actividad sin el permiso correspondiente será sancionado de acuerdo con lo establecido en el artículo 83 del Código Contravencional. Las multas van desde los $200 hasta los $60.000, en caso de ser actividades en volúmenes y modalidades similares a las del comercio establecido.
Se prevé que el registro esté bajo la responsabilidad de la dirección general Deporte Social y Desarrollo Deportivo dependiente de la subsecretaria de Deportes de la Ciudad. La credencial habilitante tendrá vigencia de un año y entregará un botiquín de primeros auxilios.
La idéntica propuesta también está en fase de análisis en otras ciudades que concentran una gran cantidad de habitantes, como por ejemplo en Mar del Plata, donde fue planteada por el concejal de la Agrupación Atlántica PRO, Guillermo Volponi.
Al igual que en la Ciudad, las razones que esgrimió el funcionario oficialista fueron garantizar la aptitud profesional, preservar el cuidado de los espacios públicos (la medida impactaría sobre todo en los numerosos grupos de running que utilizan la costa) e igualar los costos y obligaciones de seguridad entre los centros deportivos y los personal trainers.
"En los gimnasios privados el Estado tiene el control a través de la habilitación municipal y la tasa de seguridad e higiene", mientras que los preparadores físicos que trabajan al aire libre "se encuentran exentos de dichas cargas", expresó Volpini.
Por su parte, en Córdoba es donde la iniciativa está más cerca de concretarse, ya que logrando una instancia favorable en la primera comisión (Deportes), la normativa de Abelardo Losano, concejal de Cambiemos, se encamina a ser aprobada en el recinto en las próximas semanas.
Como en los demás casos, la ley obliga a los entrenadores a acreditar un título profesional, y tener conocimientos en RCP y primeros auxilios. El plazo de adecuación será hasta el 31 de diciembre de este 2018, por lo que desde el año próximo tendrán que cumplir con cada una de las exigencias.
La postura de los entrenadores
Las voces entre los expertos son, en general, positivas. Claudia Lescano, licenciada en preparación física y alto rendimiento, considera que "es una buena idea porque se trata de una forma de controlar a quien toma este servicio, acerca del profesional que está contratando, y también para la seguridad de quien está entrenando".
"Si una persona ejerce la medicina y no es médico, se sanciona. Pero en nuestra profesión no pasa nada. Esto una forma de regular nuestra actividad en la que se benefician ambas partes: el entrenador trabaja en forma segura exigiendo un apta físico completo y el alumno sabe que la persona que contrata es un profesional del entrenamiento físico", acotó a Infobae la experta en metabolismo.
Por su parte, Daniel Tangona también manifestó su conformidad. No obstante, indicó: "No vería bien que la Ciudad cobre algún impuesto por hacer gimnasia al aire libre, sobre todo con el nivel de impuestos que existe hoy por hoy. No sería la mejor decisión. Sí sería firme con los controles de salud".
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