Las ampollas son reacciones orgánicas conocidas por todos. Según el diccionario médico, se trata de lesiones en forma de burbuja, de sacos llenos de líquido, que aparecen en la capa externa de la piel como mecanismo de defensa para proteger el tejido tegumentario interior.
Se forman debido a la fricción (roce o presión), calor (quemaduras solares, químicas o escaldaduras) u otras enfermedades (dermatitis, reacciones alérgicas). Son más comunes en las manos y en los pies, lo que en esencia la convierte en una de las principales afecciones de los runners.
En particular, para los avezados al running aparecen a consecuencia de utilizar la vestimenta inadecuada y la poca prevención. Las costuras duras de las zapatillas, la falta de adaptación de las suelas y las arrugas de las medias son los principales motivos de fricción en los corredores. Durante la actividad, el atleta aumenta la sudoración y la humedad, mientras que su piel se reblandece. Esto hace más propenso los roces que derivan en las ampollas.
Esta lesión, además de perjudicar la salud, incide en el rendimiento. Hace la práctica compleja de llevar, ya que la molestia se incrementa a cada paso. Para no lidiar con ello, "hay varias maneras de evitar las ampollas en los pies, arcos de los pies, hasta inclusive tendón de Aquiles", cuenta el triatleta Guillermo Balmas, que junto a Yasmín Jalil, runner experta en carreras de trail, compartieron con Infobae una serie de tips necesarios para no padecerla.
En principio, recomiendan usar zapatillas acorde según la horma del pie de cada atleta: ancho, fino, supinado, pronado, neutro. El pie suele hincharse durante la actividad, por lo que el espacio se vuelve muy necesario. Para que el calzado no dañe, Balmas comenta que la sugerencia común es elegir uno que sea medio punto más grande.
Cuando se trata de un calzado nuevo, caminando con las zapatillas una o dos semanas las costuras de la capellada no lastiman la piel. Esta regla aplica para todas las prendas. Es una máxima entre los expertos: no hay que estrenar nada durante el día de la carrera. Para el ablande, Jalil aconseja "primero usarlas para caminar algunos días, y luego en entrenamiento cortos".
Otro punto es tener un buen par de medias que le permitan respirar a la piel del pie. "Que no tengan costuras en lugares de pliegues o sobre las uñas o dedos", dijo Balmas. Hay calcetines especiales que están fabricados en materiales sintéticos y tienen un diseño (tienen pocas costuras, refuerzos en las zonas de impacto) que permiten favorecer la amortiguación, mantener el pie fresco y eliminar la humedad.
En tanto que para la protección del pie "al momento de correr puede ayudar usar vaselina entre los dedos, en el tobillo o las partes que roce la zapatillas. Incluso en largas distancias ayuda venderse los dedos con cinta médica para evitar por completo el roce", explica Jalil.
Balmas coincide y aporta que "si todo funciona a la perfección pero aún suelen aparecer ampollas, es conveniente aplicar una película de vaselina sólida a los puntos críticos (se van a arruinar las medias, pero vamos a cuidar los pies) inclusive preventivamente en los lugares donde aún no han salido".
"Ayuda ponerse crema con vitamina A, si es concentrada mejor, todos los días. Sobre todo antes de irnos a dormir", concluyó Jalil. En el mercado existen productos hidratantes que los corredores también emplean para otras zonas del cuerpo, como por ejemplo las axilas.
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