En un estudio reciente, un equipo internacional de investigadores concluyó que el consumo regular de pescado puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo en un 30%. El equipo, compuesto por expertos médicos y en nutrición de lugares como Oklahoma, Sudáfrica, Italia y China, revisó 35 estudios individuales que involucraron a alrededor de 850 mil personas en todo el mundo. “Las personas que informan el mayor consumo de pescado frente al menor fueron asociadas con una menor probabilidad de deterioro cognitivo/declive, demencia y enfermedad de Alzheimer”, informaron los investigadores.
El profesor Giuseppe Grosso, coautor del estudio y académico de ciencias biomédicas y biotecnológicas en la Universidad de Catania, en Italia, explicó a Market Watch que aún no se tiene claro cómo o por qué ocurre esta reducción en el riesgo. Podría deberse a los ácidos grasos omega-3 presentes en muchos peces, especialmente en pescados grasos como el salmón, la caballa y las sardinas, que se cree que son buenos para la salud del cerebro. “Podría ser por los oligopeptidos bioactivos – moléculas compuestas de solo unos pocos aminoácidos – que también están presentes en el pescado y son beneficiosas para el cerebro”, dijo Grosso.
Sin embargo, el estudio también advierte sobre una potencial crisis en el suministro de pescado. Una nueva investigación de las existencias mundiales de pescado publicada en la revista Science estima que estas son mucho más bajas de lo que se pensaba. “Poblaciones de muchas especies sobreexplotadas están en mucho peor estado de lo que se había informado”, explica Graham Edgar, autor principal del estudio y biólogo marino de la Universidad de Tasmania.
El informe revisó datos de 230 existencias alrededor del mundo, incluyendo Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Europa, Reino Unido, Canadá, Argentina y Sudáfrica, abarcando 128 especies diferentes. Utilizando nuevos datos computarizados, argumentan que muchas de las aparentes recuperaciones de las existencias pesqueras son ilusorias, lo que llaman “recuperaciones fantasmas”. “Muchos stocks altamente gestionados en todo el mundo podrían estar atrapados en un estado de sobreexplotación, independientemente de un aparente aumento en la biomasa en evaluaciones recientes”, añade Edgar.
Por otro lado, Alzheimer’s Research UK se ha aliado con John West, una de las principales marcas de mariscos del Reino Unido, para sensibilizar sobre la salud cerebral. La compañía donará alrededor de USD 100.000 para apoyar la campaña Think Brain Health y presentará esta iniciativa en 13 millones de paquetes vendidos en tiendas de todo el Reino Unido.
Think Brain Health se basa en investigaciones que demuestran que hasta 4 de cada 10 casos de demencia podrían estar vinculados a factores prevenibles. Sin embargo, en una encuesta reciente sobre las actitudes del público, solo 3 de cada 10 británicos sabían que es posible reducir el riesgo de demencia. “Debemos cambiar eso”, insta Alzheimer’s Research UK en un comunicado.
La iniciativa Think Brain Health se sustenta en tres pilares: ‘Mantente agudo’, ‘Mantente conectado’ y ‘Amar tu corazón’. El último pilar establece un vínculo directo con la asociación con John West, dado que uno de los mejores modos de cuidar el corazón es mediante una dieta saludable y equilibrada, la cual es beneficiosa tanto para el corazón como para el cerebro.
Cómo mantener mejor el cerebro
La adopción de una dieta mediterránea, que incluye gran cantidad de pescado blanco y graso como la caballa y las sardinas, frutas, verduras, frutos secos, semillas y aceite de oliva, se ha asociado a un mejor mantenimiento de las habilidades de memoria y pensamiento. Pese a que la evidencia aún se está desarrollando, algunos estudios sugieren que seguir esta dieta podría reducir el riesgo de demencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya recomienda una dieta saludable para reducir el riesgo de deterioro cognitivo o demencia.
Sin embargo, Alzheimer’s Research UK subraya que sigue siendo necesario investigar cómo los omega-3, presentes en pescados grasos, afectan directamente la salud cerebral. Aunque hay indicios positivos, todavía hay camino por recorrer antes de que haya suficiente evidencia para probar de manera concluyente que los omega-3 en la dieta pueden proteger la salud cerebral y disminuir el riesgo de demencia.