Cuál es el ejercicio aeróbico que mejora la memoria espacial

Investigadores argentinos revelaron que tan solo 25 minutos de esta actividad física sería de gran ayuda para una función del cerebro, que tiende a deteriorarse con la edad y en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas

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El momento del ejercicio es clave: realizarlo después del aprendizaje potencia la capacidad de recordar, según el estudio (Getty)
El momento del ejercicio es clave: realizarlo después del aprendizaje potencia la capacidad de recordar, según el estudio (Getty)

La ciencia dio sobrada evidencia del efecto beneficioso del ejercicio físico en la salud cognitiva. Ahora, investigadores argentinos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) fueron más allá y descubrieron un tipo de ejercicio aeróbico específico que puede potenciar la memoria espacial.

La investigación publicada en la revista científica iScience reveló que tan solo 25 minutos de bicicleta fija son suficientes para potenciar esta función cognitiva en adultos jóvenes.

Este hallazgo reafirma los beneficios del ejercicio físico, pero que también abre nuevas posibilidades para intervenciones simples y efectivas en la preservación de la memoria.

La bicicleta fija se presenta como una herramienta sencilla y efectiva para mejorar la memoria en personas sedentarias (Getty)
La bicicleta fija se presenta como una herramienta sencilla y efectiva para mejorar la memoria en personas sedentarias (Getty)

El descubrimiento realizado por el equipo dirigido por Fabricio Ballarini del Instituto de Biología Celular y Neurociencia, Profesor Eduardo de Robertis, destaca un aspecto interesante de este ejercicio físico: su capacidad para influir en procesos cognitivos específicos de manera inmediata.

Para el experto, uno de los puntos originales del reciente trabajo “es que la mayoría de las investigaciones están centradas en el impacto de la actividad física crónica (esto es, regular) sobre la memoria espacial, en cambio, el nuevo estudio también aborda el efecto de la actividad física aguda (aquella practicada por personas sedentarias) en ese tipo de memoria”.

El descubrimiento resulta especialmente relevante para aquellas personas que llevan una vida sedentaria y que no pueden o no desean comprometerse con programas de ejercicio prolongados.

Qué dice la investigación del Conicet

La investigación ofrece nuevas perspectivas para tratar el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento (Imagen Ilustrativa Infobae)
La investigación ofrece nuevas perspectivas para tratar el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento (Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio se centró en evaluar cómo una breve sesión de ejercicio físico puede influir en la memoria espacial. Para ello, los científicos desarrollaron un innovador test en un entorno de realidad virtual y analizaron los resultados obtenidos de 98 voluntarios, todos ellos de entre 18 y 35 años de edad. La tarea consistía en recordar la ubicación de dos banderas dentro de un paisaje virtual bajo diferentes condiciones de dificultad.

Los resultados fueron reveladores: aquellos participantes que realizaron 25 minutos de bicicleta fija después del aprendizaje mostraron una notable mejora en la retención de la información espacial. Este efecto no se observó en quienes realizaron el ejercicio antes de intentar recordar la información, lo que sugiere que el momento en que se practica la actividad física es crucial para maximizar sus beneficios en la consolidación de la memoria.

Además, los resultados subrayan la importancia del momento en que se realiza la actividad física en relación con el proceso de aprendizaje. Según la investigación, realizar ejercicio inmediatamente después de aprender algo nuevo puede ser crucial para consolidar ese aprendizaje en la memoria. Esto sugiere que el ejercicio no solo mejora la capacidad de recordar información, sino que también fortalece la fase de consolidación de la memoria, un proceso mediante el cual los recuerdos recientes se estabilizan y almacenan a largo plazo.

Esta relación entre ejercicio y consolidación de la memoria abre nuevas posibilidades para mejorar intervenciones educativas y terapéuticas.

¿Qué es y por qué es importante la memoria espacial?

La memoria espacial, crucial para la orientación y el reconocimiento de entornos, se ve beneficiada por la actividad física (Imagen Ilustrativa Infobae)
La memoria espacial, crucial para la orientación y el reconocimiento de entornos, se ve beneficiada por la actividad física (Imagen Ilustrativa Infobae)

La memoria espacial es una función cognitiva que permite a las personas registrar y recordar la ubicación de objetos en el entorno. Esta habilidad es esencial para la vida cotidiana, ya que ayuda a recordar dónde se dejan las pertenencias y permite orientarse en nuevos lugares.

La memoria espacial se deteriora con el envejecimiento, y la enfermedad de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, por lo que es importante estudiar formas sencillas de mejorarla”, destacó Ballarini sobre el estudio.

Por esta razón, encontrar formas efectivas y accesibles de mejorar o mantener la memoria espacial es de vital importancia. El estudio del Conicet subraya que no es necesario un régimen de ejercicio intenso o prolongado para obtener beneficios significativos: una simple sesión de bicicleta fija puede hacer una diferencia notable.

Una breve sesión de ejercicio puede ser suficiente para mejorar la memoria, sin necesidad de prácticas prolongadas (Imagen Ilustrativa Infobae)
Una breve sesión de ejercicio puede ser suficiente para mejorar la memoria, sin necesidad de prácticas prolongadas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Este tipo de investigaciones abren nuevas vías para tratar el deterioro cognitivo en la vejez, pero también para motivar a las personas a integrar la actividad física en sus rutinas diarias con un objetivo claro y alcanzable: preservar su memoria y, en consecuencia, su calidad de vida.

Por último, los hallazgos del estudio además plantean interesantes preguntas sobre cómo se podrían diseñar futuros programas de rehabilitación cognitiva para personas con deterioro de la memoria o enfermedades neurodegenerativas.

La simplicidad y accesibilidad de la intervención —de tan solo 25 minutos de bicicleta— hacen que este enfoque sea fácil de implementar en una variedad de contextos, desde programas de salud pública hasta rutinas diarias. A medida que la investigación avanza, estos descubrimientos podrían transformar la manera en que se aborda la prevención del deterioro cognitivo, proporcionando herramientas no farmacológicas que sean eficaces y de bajo costo.

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