Desde Pitágoras y su prohibición de comer determinados alimentos hasta Isaac Newton alardeando sobre los beneficios del celibato. Los grandes filósofos, científicos y pensadores de todos los tiempos lograron el éxito por grandes inventos y teorías que se han vuelto cotidianas en la actualidad.
Sin embargo, son también sus rutinas aquellas que los volvían diferentes, y que hoy invitan a reflexionar acerca de si estas costumbres adoptadas en la diaria influyeron posteriormente en su grandeza. Y fue Albert Einstein quien, quizá, se convirtió en el maestro de combinar la genialidad junto a los hábitos extraños.
Dormía 10 horas a diario
Los especialistas aseguran que cuando un ser humano se duerme, entra en una serie de ciclos. Cada 90/120 minutos fluctúa entre el sueño ligero, sueño profundo y la fase REM (movimiento ocular rápido) que, hasta hace poco, se creía que desempeñaba el rol principal en el aprendizaje y la memoria. "Pasamos el 60% de nuestra noche en un sueño no REM", enfatizó Stuart Fogel, neurocientífico de la Universidad de Ottawa, Canadá, asombrado por los detalles que ofrecía la vida del físico alemán.
Para Fogel, "quienes tienen más incidencias de husos del sueño tienden a tener una mayor 'inteligencia fluida', la habilidad para resolver nuevos problemas, usar la lógica en nuevas situaciones, e identificar patrones. Es la clase de inteligencia que Einstein tenía en abundancia y guarda consonancia con su menosprecio por la educación formal y su recomendación de 'nunca memorizar algo que puedas consultar'".
Caminata diaria
Al ir y volver a la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, recorría en total unos 5 kilómetros. "Aquí aparece la 'hipofrontalidad transitoria' que, básicamente, significa moderar la actividad en ciertas partes del cerebro, especialmente los lóbulos frontales que participan en procesos más elevados como la memoria, el juicio y el lenguaje", agregó Fogel.
Comer fideos
Einstein sostuvo durante una entrevista con la revista Life en 1955 que su comida favorita eran los fideos. Y aunque los carbohidratos tienen mala fama, el genio tenía razón. El cerebro devora el 20% de la energía del cuerpo, aunque solo representa el 2% de su peso, prefiriendo azúcares simples, como la glucosa, desglosada de carbohidratos.
"El cuerpo puede recurrir a su propio almacenamiento de glicógeno, liberando hormonas de estrés como el cortisol, pero eso tiene efectos colaterales", apuntó Leigh Gibson, profesor de psicología y fisiología en la Universidad de Roehampton, Inglaterra. "Habitualmente la evidencia sugiere que cerca de 25 gramos de carbohidratos es algo beneficioso, pero si se duplica esa cantidad, en realidad, se perjudica la capacidad de pensar", señaló el científico.
Fumar pipa
Einstein era un fumador de pipa empedernido y conocido en el campus tanto por la nube de humo que lo seguía como por sus teorías. "Contribuye de alguna manera a un juicio calmado y objetivo en todos los asuntos humanos", dijo.
Sin medias
"Cuando era joven, me di cuenta de que el dedo gordo siempre terminaba abriendo un hueco en la media. Así que dejé de usarlas", le escribió a Elsa, su prima y luego esposa. Posiblemente, esa práctica no le proporcionó ningún beneficio y, desafortunadamente, no ha habido ningún estudio que se ocupe del impacto de andar sin medias.
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