El paso del tiempo trae consigo cambios hormonales que afectan profundamente la composición corporal. La pérdida de masa muscular, que comienza a partir de los 30 años y puede alcanzar entre un 3% y un 5% por década, se acompaña de un aumento en la grasa corporal. Estas alteraciones están relacionadas con una disminución gradual de la testosterona y otros factores hormonales, según el Hospital de Rehabilitación Spaulding, afiliado a Harvard.
Este fenómeno no solo compromete la estética, sino también la salud. La reducción de masa muscular puede conducir a la sarcopenia, una condición que aumenta el riesgo de caídas y fracturas, además de afectar negativamente la recuperación tras lesiones o cirugías, según expertos del Baylor College of Medicine.
Sin embargo, revertir estas tendencias es posible mediante la recomposición corporal, un enfoque que permite ganar músculo y perder grasa simultáneamente, mejorando la calidad de vida y previniendo enfermedades crónicas.
Cómo ganar músculo y perder grasa en paralelo
Aunque los procesos fisiológicos de ganar músculo y perder grasa suelen ser contradictorios, la recomposición corporal puede lograrse con un plan adecuado que integre entrenamiento, nutrición y descanso.
Algunas de las estrategias principales para lograrlo incluyen:
1- Entrenamiento de resistencia
El levantamiento de pesas es la herramienta más efectiva para preservar y desarrollar la masa muscular. Según la Escuela de Medicina de Harvard, los ejercicios compuestos como sentadillas y peso muerto son ideales para activar múltiples grupos musculares, maximizando el estímulo y el gasto calórico.
2- Déficit calórico moderado
Mantener un déficit calórico leve permite quemar grasa mientras se protege la masa muscular. La clave, señala un artículo publicado en la revista Nutrientes, es equilibrar este déficit con una dieta rica en proteínas y adecuada para las necesidades energéticas.
3- Aumento de la ingesta de proteínas
La proteína es esencial para la síntesis muscular y la preservación del tejido magro. Estudios citados en Diabetes, Obesidad y Metabolismo sugieren consumir entre 1,2 y 3 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día. Fuentes como pollo, pescado y legumbres son ideales para cumplir con este requisito.
4- Entrenamiento de alta intensidad (HIIT)
El entrenamiento en intervalos de alta intensidad no solo quema grasa de manera eficiente, sino que también estimula el metabolismo y ayuda a preservar la masa muscular.
5- Descanso adecuado
El sueño es crucial para el crecimiento muscular y la recuperación. Dormir al menos siete horas por noche mantiene un entorno hormonal óptimo, según el Baylor College of Medicine.
6- Ingesta equilibrada de macronutrientes
Además de las proteínas, los carbohidratos y las grasas saludables son esenciales para el rendimiento y el funcionamiento hormonal. Harvard recomienda cereales integrales, frutas, nueces y pescados grasos como el salmón para una dieta equilibrada.
7- Control del estrés
El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol, una hormona que favorece la acumulación de grasa y dificulta el crecimiento muscular. Técnicas como la meditación o el yoga pueden ser útiles para mantener el equilibrio hormonal.
8- Ejercicios multiarticulares
Movimientos como el press de banca y las sentadillas trabajan varios grupos musculares a la vez, maximizando el impacto del entrenamiento en menos tiempo.
9- Dividir el entrenamiento por grupos musculares
Entrenar diferentes grupos musculares en días alternos permite trabajar con mayor intensidad y dar tiempo suficiente para la recuperación muscular.
10- Monitoreo del progreso
Llevar un registro de las medidas corporales, fuerza y composición corporal es más efectivo que centrado solo en el peso, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Este seguimiento permite ajustar el plan de acción según los resultados.
La recomposición corporal es una estrategia efectiva para contrarrestar los efectos del envejecimiento en el cuerpo. Con un enfoque basado en el entrenamiento de resistencia, una dieta equilibrada en proteínas y un estilo de vida que prioriza el descanso y la gestión del estrés, es posible ganar músculo y perder grasa simultáneamente. Aunque el proceso requiere constancia y dedicación, los beneficios para la salud y la calidad de vida lo convierten en un esfuerzo que vale la pena.