“El consumo agudo de alcohol afecta todos los órganos del cuerpo. Puede provocar desde euforia hasta coma y convulsiones”. El médico especialista en Toxicología del Hospital Durand y director de Toxicología de la Fundación Iberoamericana de Salud Pública, Francisco Dadic (MN 125795) fue contundente ante la consulta de Infobae sobre el impacto en el organismo que representa cometer excesos con las bebidas alcohólicas.
Es que en tiempos de celebraciones y brindis, entender que el cuerpo reacciona de diferentes maneras al alcohol es clave para prevenir complicaciones graves, que pongan en riesgo la salud.
Cuáles son los efectos inmediatos del alcohol en el cuerpo
El alcohol comienza a influir en el cuerpo pocos minutos después de su ingesta.
Según comenzó a explicar a este medio el médico clínico y jefe del Departamento Clínico Adultos de la Clínica Reina Fabiola de la Universidad Católica de Córdoba y expresidente de Sociedad de Medicina Interna de Córdoba, Ignacio Gutiérrez Magaldi (MP 32214 / ME 15051), inicialmente, el consumo de alcohol genera una “sensación de euforia y alteración en tareas que requieren habilidad, como la coordinación”.
Y ahondó que a medida que se incrementan las concentraciones en sangre, pueden aparecer otros síntomas: lentitud mental, ataxia (descoordinación motriz), alteración del lenguaje, vómitos y, en casos extremos, coma.
Por su parte, Dadic añadió que el alcohol tiene una acción directa sobre los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a “hipotermia grave y a cuadros de hipoglucemia, es decir, una baja peligrosa de azúcar en sangre”.
Además, señaló que el consumo crónico afecta sistemas como el nervioso, el cardiovascular y el hepático, con consecuencias a largo plazo como insuficiencia hepática o enfermedades musculares.
Qué factores influyen en la manera en que el cuerpo procesa el alcohol
El metabolismo del alcohol ocurre principalmente en el hígado. Stefania Giselle Lazzaro es jefa de residentes del Departamento de Alimentación y Dietética (MN 10330) del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, y detalló que este proceso depende de enzimas específicas, como la llamada alcohol deshidrogenasa, que transforman el alcohol en sustancias menos tóxicas.
Sin embargo, destacó que factores como la genética, el sexo, la edad y el estado de salud del hígado afectan la capacidad del cuerpo para procesarlo. “La actividad de esta enzima suele ser menor en mujeres, lo que las hace más susceptibles al efecto del alcohol”, precisó Gutiérrez Magaldi.
Asimismo, la composición corporal influye significativamente: “Los hombres, al tener mayor masa muscular y mayor proporción de agua en los tejidos, suelen tolerar mejor el alcohol”, explicó.
Cuáles son los sistemas corporales que más sufren el daño
El alcohol no solo afecta al cerebro y al hígado, sino que impacta de manera significativa en otros sistemas. Según Lazzaro, el sistema digestivo es particularmente vulnerable.
“El alcohol puede inhibir la secreción gástrica, dañar la mucosa intestinal y afectar la absorción de nutrientes”, aseguró la experta. Y agregó que esto puede llevar a deficiencias nutricionales, cuadros inflamatorios como gastritis y problemas como diarrea o vómitos.
En el sistema cardiovascular, Gutiérrez Magaldi, subrayó que el consumo crónico está relacionado con una mayor incidencia de insuficiencia cardíaca, mientras que en el sistema muscular, advirtió que puede provocar “muerte muscular rápida, impactando a nivel renal y produciendo insuficiencia”.
Recomendaciones clave para prevenir daños
A la luz de los múltiples riesgos del consumo de alcohol, los especialistas ofrecieron consejos prácticos para minimizar los daños:
- Evitar consumir alcohol con el estómago vacío. “El consumo con alimentos disminuye la absorción del alcohol a nivel del estómago,” señaló Dadic. Esto permite que el organismo procese la sustancia de manera más gradual.
- Mantener una hidratación adecuada. Dadic explicó que el alcohol inhibe la hormona antidiurética, lo que favorece la pérdida de líquidos. “Beber agua no solo diluye la concentración de alcohol, sino que ayuda a prevenir la deshidratación, una de las principales causas de la resaca”, indicó.
- Evitar mezclas con bebidas energizantes. “Estas bebidas tienen un alto potencial arritmogénico”, advirtió Gutiérrez Magaldi. La combinación puede elevar el riesgo de alteraciones cardíacas peligrosas.
- Hacer un consumo moderado y consciente. Gutiérrez Magaldi enfatizó que el consumo debe ser pausado y limitado en cantidad. “Es crucial evitar la ingesta abrupta de grandes cantidades, ya que el alcohol tarda unos 30 minutos en hacer efecto”, explicó.
- No combinar alcohol con medicamentos de metabolismo hepático. Muchos fármacos procesados por el hígado pueden tener interacciones peligrosas con el alcohol. “Esto puede potenciar los efectos tóxicos”, subrayó el médico clínico.
- Evitar conducir después de consumir alcohol. Según Dadic, el alcohol reduce el campo visual, altera la percepción de distancias y disminuye los reflejos. “Estos efectos influyen directamente en la capacidad de manejar”, concluyó.
Diferencias individuales en el impacto del alcohol
Los efectos del alcohol varían de persona a persona. Factores como el peso, la composición muscular y la proporción de grasa corporal son determinantes clave.
“Las mujeres tienen una mayor proporción de grasa corporal que los hombres, lo que amplifica los efectos del alcohol,” explicó Dadic. Además, la edad juega un papel importante: en personas mayores, el metabolismo más lento y la menor proporción de agua en los tejidos aumentan la susceptibilidad.
El alcohol es una sustancia con efectos complejos y significativos en el organismo. Aunque puede ser consumido de forma lúdica, los especialistas coinciden en que la moderación y la precaución son fundamentales para evitar complicaciones. “El alcohol no es una bebida saludable, pero el consumo moderado y consciente puede minimizar sus riesgos”, concluyó Gutiérrez Magaldi.