Al momento de almacenar alimentos, se tiende a pensar que la heladera es el lugar ideal para conservar todo tipo de productos. Sin embargo, no todas las comidas se benefician de las bajas temperaturas. Algunas pueden sufrir alteraciones en su textura, sabor y propiedades nutricionales cuando se mantienen en un ambiente frío, lo que puede afectar su calidad.
Ejemplos de qué no guardar en el refrigerador: las frutas tropicales, como los plátanos o bananas, necesitan madurar a temperatura ambiente; al refrigerarlas, se interrumpe su maduración y se afecta su textura. El pan pierde esponjosidad con el frío y puede enmohecerse. Los ajos, por su parte, requieren un espacio seco y ventilado, ya que el frío altera su sabor, los vuelve gomosos y favorece el moho.
Por todo esto, es importante conocer qué alimentos es mejor mantener a temperatura ambiente para asegurar que estén en óptimas condiciones y se maximice su gusto y valor nutricional.
Los alimentos que no se deben guardar en la heladera
1. Bananas
Guardar bananas en la heladera puede parecer una buena idea para prolongar su frescura, pero en realidad, este ambiente frío puede dañar su calidad. Las bajas temperaturas interrumpen el proceso de maduración natural de la fruta, lo que provoca que su piel se vuelva marrón. El frío también puede alterar su textura al hacerlas más blandas y menos agradables al paladar.
Son frutas tropicales que prosperan en climas cálidos, por lo que es mejor mantenerlas a temperatura ambiente. De este modo, se permite que maduren adecuadamente, para que desarrollen su dulzura característica. Para disfrutarlas en su mejor estado, lo ideal es almacenarlas en un lugar fresco y seco, alejadas de la luz directa.
2. Pan
En lugar de conservar su esponjosidad y sabor, el pan en la heladera pierde sus mejores cualidades. La experta en tecnología de los alimentos Amparo Gamero, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), comentó en un comunicado de la institución educativa que “meter, por ejemplo, pan de molde en el refrigerador puede resultar contraproducente, porque aumenta la humedad y así el riesgo de que enmohezca”.
Es preferible que esté a temperatura ambiente, en una bolsa de papel o un recipiente que permita la circulación de aire. De esta manera, se preservan su textura y aroma, y se maximiza la experiencia al momento de disfrutarlo. Si es necesario guardar el pan por más tiempo, una buena opción es congelarlo, lo que evita los efectos negativos de la refrigeración.
3. Ajos
La refrigeración puede provocar que los ajos se vuelvan gomosos y, en algunos casos, incluso pueden brotar, lo que altera su gusto significativamente y lo vuelve amargo. Además, la humedad en la heladera puede favorecer la aparición de moho, lo que compromete la integridad del producto.
Para mantenerlos en condiciones óptimas, es mejor almacenarlos en un lugar fresco, seco y bien ventilado. Una malla o una caja con agujeros son excelentes opciones, ya que impiden la acumulación de humedad.
4. Cebollas
El ambiente húmedo de la heladera puede provocar que las cebollas se vuelvan blandas y se deterioren más rápidamente, además de favorecer la aparición de moho. También puede alterar su sabor, volverlas más suaves y menos crujientes.
Para conservar las cebollas en su mejor estado, deben estar en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado. De este modo, se mantendrán firmes y con su gusto característico, listas para ser utilizadas en cualquier receta.
5. Papas
Las bajas temperaturas hacen que el almidón de las papas se convierta en azúcar, lo que puede alterar su sabor y dar lugar a una textura arenosa al cocinarlas. Se las tiene que almacenar en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado, como una despensa o una caja.
En un estudio publicado en la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos los expertos explican que “el endulzamiento inducido por frío (CIS) es la acumulación de azúcares reductores en los tubérculos de papa a bajas temperaturas de almacenamiento. Es indeseable porque da como resultado productos fritos oscuros”.
6. Chocolate
Guardar chocolate en la heladera puede provocar la aparición de una capa blanquecina que se forma cuando la grasa o el azúcar del chocolate se cristalizan al separarse del resto de los componentes debido a cambios bruscos de temperatura. Esto le aporta una textura granulosa poco agradable.
Además, puede absorber olores de otros alimentos en la heladera, lo que altera su perfil de sabor. Es mejor conservarlo en un lugar fresco y seco, lejos de la luz directa y de aromas fuertes. Un contenedor hermético o una envoltura adecuada ayudarán a protegerlo.
7. Café
La humedad y los olores de la heladera pueden afectar negativamente el sabor y aroma del café, ya que suele absorber los aromas fácilmente, lo que provoca que pierda sus características distintivas. Además, la condensación que se forma al sacarlo del frío puede hacer que los granos se humedezcan, lo que a su vez puede llevar a la formación de moho.
Para mantener el café en su mejor estado, es preferible guardarlo en un recipiente hermético en un lugar fresco y oscuro, lejos de la luz y la humedad.