Las razones detrás del aumento en los casos de cáncer colorrectal en los adultos jóvenes, según los expertos

El cáncer colorrectal, una enfermedad asociada históricamente con adultos mayores, está afectando en los últimos años a un número creciente de personas menores de 50 años en todo el mundo.

Un ejemplo de esta nueva tendencia mundial fue la noticia en la últimas horas del diagnóstico de esta enfermedad en el actor James Van Der Beek, conocido por su papel en la serie de los años 90 Dawson’s Creek, quien reveló públicamente que le habían diagnosticado la enfermedad a sus 47 años.

El cáncer colorrectal, también conocido como cáncer de colon o de intestino, está mostrando un patrón ascendente entre los millennials y la generación X. Según distintas estadísticas publicadas por diversas asociaciones de cáncer, esta enfermedad ha aumentado un 50 % entre las personas menores de 50 años en las últimas tres décadas.

La Alianza contra el Cancer Colorectal de EEUU afirma que esta enfermedad aún es uno de los cánceres más comunes. Y la Sociedad Estadounidense del Cáncer estima que en 2024 se diagnosticará cáncer de colon a 152.810 personas en los EEUU y que 53.010 morirán a causa de esta patología.

Si bien la cantidad de personas diagnosticadas ha disminuido de manera constante desde mediados de la década de 1980 debido al aumento de las pruebas de detección y los cambios en los estilos de vida, los datos y las estadísticas sobre el cáncer de colon en personas más jóvenes son alarmantes.

En los EEUU, aproximadamente el 10 % de los casos de cáncer de colon se diagnostican en personas menores de 50 años. Esas cifras aumentan entre un 1 y un 2 % cada año y los investigadores aún están descubriendo las razones detrás de este incremento.

Los adultos jóvenes son el único grupo de población que experimenta un aumento en el cáncer colorrectal y, “actualmente, es el tumor más mortal entre los hombres jóvenes y el segundo más mortal entre las mujeres jóvenes”, precisa la institución médica.

Esta tendencia ha despertado preocupación en la comunidad médica y plantea nuevos interrogantes sobre los factores de riesgo involucrados. Investigaciones recientes señalan que el estilo de vida, el consumo de alimentos ultraprocesados y otros aspectos ambientales podrían estar impulsando este aumento inesperado de casos.

El doctor Darío Niewiadomski, médico oncólogo, miembro de la Sociedad Argentina de Cancerología, precisó a Infobae que el cáncer de colon es el segundo tumor en frecuencia, tanto en el sexo femenino como el masculino, fundamentalmente en los países occidentales.

“Se ven reportes de pacientes ya a mediana edad, a partir de los 40 o 45 años, pueden desarrollar esta enfermedad y por lo general está relacionado con la dieta rica en carnes, carnes procesadas, azúcares y grasas, además de una dieta baja en frutas o verduras, que pueden aumentar el riesgo. También el sedentarismo y la obesidad. El sobrepeso se asocia con un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon”, sostuvo el experto.

Para Niewiadomski, el estilo de vida sedentario y la falta de actividad física regular puede estar relacionado con el aumento del riesgo. La enfermedad inflamatoria intestinal, como la colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, son factores que también pueden aumentar el riesgo de desarrollo de cáncer de colon, así como el abuso de alcohol y de tabaco también están relacionados con el aumento de riesgo.

“Respecto a los factores genéticos, hay que destacar que existen personas que tienen predisposición genética que les hace aumentar el riesgo de padecer cáncer de colon. Trastornos hereditarios como el síndrome de Lynch o Poliposis adenomatosa familiar pueden elevar las chances de desarrollar la patología”, precisó el especialista.

El cáncer colorrectal se desarrolla cuando las células del colon o del recto comienzan a multiplicarse de forma descontrolada, formando tumores malignos. Este tipo de cáncer abarca tanto al colon como al recto, ya que ambas áreas del intestino grueso presentan características similares. Según la American Cancer Society, el adenocarcinoma es el tipo de cáncer colorrectal más frecuente y se origina en las células glandulares encargadas de producir mucosidad en el colon y el recto.

Además del adenocarcinoma, existen variantes menos comunes de cáncer colorrectal, como los tumores carcinoides (originados en células productoras de hormonas), linfomas (que afectan a las células del sistema inmunitario) y sarcomas (que surgen en los tejidos conectivos, como los músculos). Aunque son menos frecuentes, estos tipos de cáncer presentan particularidades que pueden influir en las opciones de tratamiento y en el pronóstico del paciente.

Aunque el cáncer de colon afecta mayormente a personas de más de 50 años, su incidencia en este grupo etario ha disminuido o se ha mantenido estable en países como Estados Unidos y Reino Unido, mientras que en los más jóvenes ha tenido un marcado crecimiento. Los expertos señalan que, además de los factores genéticos, como el síndrome de Lynch o la poliposis adenomatosa familiar, su aparición temprana también podría estar influenciada por aspectos del estilo de vida.

“La detección se torna más frecuente a edades más tempranas porque hay como un mayor grado de conciencia y esto hace que nos hagamos los estudios en tiempo y forma. Y esto puede detectar el tumor en etapas más iniciales. Por eso siempre es recomendable que todos los pacientes hagan un control clínico esporádico y que se hagan los estudios”, precisó Niewiadomski.

Una investigación reciente publicada en Annals of Oncology confirma esta tendencia y anticipa que las muertes por cáncer colorrectal entre adultos de 25 a 49 años aumentarán en varios países europeos, una alerta que ya se había observado en Estados Unidos.

Carlo La Vecchia, profesor de estadística médica y epidemiología en la Universidad de Milán y autor principal del estudio, indicó que el “sobrepeso o la obesidad, junto con el consumo de alcohol y la reducción de la actividad física”, son los factores clave detrás de este aumento. La obesidad, que afecta cada vez a más personas jóvenes, tiene un efecto directo en el sistema digestivo y se ha relacionado con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer colorrectal.

Además de estos factores, los científicos han observado una conexión entre la dieta baja en fibra y rica en grasas, el consumo de carnes procesadas y el aumento de la incidencia de este tipo de cáncer. La obesidad, el sedentarismo y el abuso de alcohol y tabaco también se identifican como causantes potenciales.

Sin embargo, algunos expertos consideran que estos factores no son suficientes para explicar la tendencia en personas jóvenes que, como Van Der Beek, mantienen un estilo de vida aparentemente saludable.

Una de las teorías que está cobrando fuerza en la investigación de este tipo de cáncer en jóvenes es el consumo de ultraprocesados (UPF), que incluyen productos como pan, cereales, aderezos para ensaladas y otros alimentos altamente industrializados. Los UPF se caracterizan por su contenido de ingredientes artificiales, que mejoran el sabor, la textura y la vida útil de los productos, pero que también pueden alterar el microbioma intestinal.

El doctor Joe O’Sullivan, oncólogo de la Queen’s University de Belfast, afirma que “el aumento en las tasas de cáncer entre los jóvenes tiene que deberse a algo que estamos consumiendo”, y menciona a los alimentos ultraprocesados como el principal cambio en la dieta en los últimos 40 años. En tanto, según el doctor Chris van Tulleken, autor del libro Ultra-Processed People, los estudios han mostrado una relación entre el consumo de UPF y el cáncer, un vínculo que algunos especialistas consideran tan alarmante como el del tabaco con el cáncer de pulmón. De acuerdo con un estudio de 2019, los ultraprocesados representan el 57 % de la dieta promedio en el Reino Unido, una cifra que aumenta al 80 % en las poblaciones de menores ingresos.

Los ingredientes de estos alimentos pueden modificar el equilibrio del microbioma intestinal, que es el conjunto de bacterias y otros microorganismos en el sistema digestivo. Fang Fang Zhang, epidemiólogo de cáncer en la Universidad Tufts en Boston, explicó que algunos ingredientes presentes en los UPF “pueden reducir las bacterias buenas y agregar bacterias malas, dañando el revestimiento más interno del colon y provocando el crecimiento de tumores allí”.

Entre los ingredientes de mayor preocupación están los emulsionantes, que suelen utilizarse en productos como helados y aderezos para ensaladas. Al afectar la capa de mucosidad que protege las paredes intestinales, estos aditivos pueden hacer que las bacterias entren en contacto directo con el colon, un factor de riesgo en el desarrollo de tumores.

La detección de cáncer colorrectal en personas jóvenes suele ser tardía, lo que dificulta el tratamiento y reduce las probabilidades de supervivencia. De acuerdo con un estudio reciente en Taiwán que analizó a más de 5.000 pacientes, el 62,4 % de los menores de 50 años recibió el diagnóstico en etapa avanzada, es decir, en etapa tres o cuatro. Entre los adultos mayores, el diagnóstico en etapas avanzadas es menos común, con un 50,3 % de los casos.

Cedrek McFadden, oncólogo en Carolina del Sur, indicó que entre los pacientes jóvenes, el síntoma inicial suele ser el sangrado rectal, mientras que el dolor abdominal aparece en etapas más avanzadas de la enfermedad. En ese tono, el especialista explica que “muchos pacientes jóvenes atribuyen el sangrado a hemorroides y no consultan a un médico”, lo que permite que el cáncer avance.

Asimismo, los médicos advierten que es fundamental que las personas jóvenes presten atención a síntomas como el sangrado rectal, la pérdida de peso inexplicada y los cambios en los hábitos intestinales, como diarrea o estreñimiento prolongados.

Ante esta preocupante tendencia, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos recomendó en 2021 que las pruebas de detección del cáncer colorrectal comiencen a los 45 años, en lugar de a los 50 como era habitual. Para las personas con factores de riesgo, como antecedentes familiares de cáncer de colon o enfermedades inflamatorias intestinales, es aconsejable realizarse los estudios incluso antes de esa edad.

En términos de prevención, los médicos recomiendan cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a reducir el riesgo. Dejar de fumar, reducir el consumo de alcohol, aumentar la ingesta de fibra y realizar actividad física regular son algunas de las medidas que pueden contribuir a evitar la aparición de cáncer colorrectal. La Sociedad Americana del Cáncer también sugiere que el consumo de frutas, verduras, legumbres y otros alimentos ricos en fibra puede tener un efecto protector en el colon.

A medida que la medicina y la tecnología avanzan, el diagnóstico temprano y los tratamientos continúan mejorando las perspectivas de los pacientes. Sin embargo, la tendencia creciente de cáncer colorrectal en personas jóvenes subraya la importancia de adoptar un enfoque preventivo y de realizar investigaciones adicionales para comprender las causas de esta enfermedad en un sector de la población que hasta ahora no se consideraba en riesgo.