Julio González Montaner, uno de los mayores expertos sobre VIH: “El tratamiento es el arma más poderosa para combatir el estigma”

El científico argentino, radicado en Canadá y pionero en la terapia antirretroviral, impulsó el testeo universal y el rol fundamental de la prevención efectiva ante el virus

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El Dr. Julio Montaner formó parte del desarrollo de la terapia HAART, que cambió el panorama del VIH, y promovió estrategias para reducir su incidencia (Gastón Taylor)
El Dr. Julio Montaner formó parte del desarrollo de la terapia HAART, que cambió el panorama del VIH, y promovió estrategias para reducir su incidencia (Gastón Taylor)

El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) afecta actualmente a alrededor de 40 millones de personas y, según datos oficiales de ONUSIDA, cada año se suman 1.3 millones de casos a esa cifra. La estrategia principal para controlar la epidemia que se encuentra instalada en el mundo desde 1981 se basa en medidas de prevención y tratamientos efectivos que les permiten a los individuos mantener una buena calidad de vida mientras cursan la enfermedad, que en menos de 40 años pasó de ser mortal a convertirse en crónica.

El trabajo del doctor Julio González Montaner, científico argentino radicado en Canadá y Doctor Honoris Causa de la Universidad del Salvador (USAL), fue esencial en el desarrollo de la terapia antirretroviral de alta eficiencia (HAART, por sus siglas en inglés), o cóctel, en la década de los ‘90 que cambió el panorama del VIH de forma definitiva. Desde sus comienzos en la Argentina, se propuso ser un “agente de cambio”, premisa que años más tarde cumplió en la provincia de British Columbia, donde logró implementar programas revolucionarios que disminuyeron la incidencia de la afección de manera contundente.

Visitó Buenos Aires en el marco de una conferencia que realizó en la Academia Nacional de Medicina, y enfatizó la importancia del tratamiento como prevención en diálogo exclusivo con Infobae. “El tratamiento en este momento es el arma clave”, afirmó el experto.

Se trata de una combinación de fármacos que logran evitar la replicación del virus, y se debe tomar durante toda la vida para evitar su resurgencia. Los medicamentos reducen la carga viral y la hacen indetectable. Esto significa que, al seguir esta terapia con constancia, la enfermedad se vuelve intransmisible y la persona ya no contagia por vía sexual.

La estrategia de “tratamiento como prevención” busca ofrecer terapia a todos los portadores para detener nuevas infecciones (Getty)
La estrategia de “tratamiento como prevención” busca ofrecer terapia a todos los portadores para detener nuevas infecciones (Getty)

Además, Montaner hizo hincapié en la importancia de que ese tratamiento se le brinde a los individuos en bien entran en contacto con el virus para controlar la cantidad de casos al evitar nuevas infecciones. “La estrategia es: si les ofrecemos tratamientos a todos, nosotros vamos a lograr terminar la epidemia”, sentenció.

La estrategia de tratamiento como prevención

En el inicio, los tratamientos antirretrovirales eran brindados a los pacientes una vez la infección estaba avanzada. Esto, según Montaner, es un error que se abordó hace años, pero continúa en la actualidad. “La recomendación en ese momento (antes de la Conferencia Internacional de SIDA de Toronto en 2006) era ‘los tratamos cuando están enfermos’. Mi planteo fue: ‘Si ustedes hacen eso, están preservando la infectividad de la comunidad’”, señaló el doctor.

Esto se debe a que la afección tiene un período de incubación de semanas o meses en su etapa aguda, que luego progresa a una fase crónica asintomática. Según el portal de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, MedlinePlus, este período puede durar 10 años o más sin que la persona sepa que es portadora del virus, antes de que evolucione en SIDA, su forma más avanzada. Sin embargo, durante todo ese tiempo los individuos pueden transmitir la enfermedad.

Montaner destacó que el tratamiento temprano del VIH es clave para reducir contagios y controlar la epidemia global (Gastón Taylor)
Montaner destacó que el tratamiento temprano del VIH es clave para reducir contagios y controlar la epidemia global (Gastón Taylor)

Montaner recomienda una solución a esta problemática, que ya está aplicando en British Columbia: “Tenemos que hacer que el testeo sea universal y frecuente. Por ejemplo, cuando yo fui al gobierno y les dije que quería cambiar la tesitura de testeo, el testeo en ese momento era opt in. Quiere decir que vos tenés que ir y pedirlo. Les dije que yo quería que sea opt out. Quiere decir que yo te voy a dar el test, a menos que vos me digas que no lo querés hacer. Nosotros queremos que el test se lo ofrezcan a todas las personas todo el tiempo. Queremos que se testee la gente una vez por año. Todos”.

“Cuando nosotros limitamos el acceso al testeo basado en riesgo, creamos una situación de discriminación. Porque yo te tengo que preguntar sobre tus relaciones sexuales o hábitos de consumo de drogas. En cambo, de la otra manera, se lo puede hacer cuando la chica viene para el chequeo anual o cuando el muchacho va a tomarse la presión”, agregó el experto.

Al abrir las posibilidades de testeo, se genera un cambio en la concepción que la sociedad tiene sobre la enfermedad y los exámenes médicos. Como resultado, se logra incrementar la cantidad de individuos que conocen su estado seropositivo, uno de los objetivos detallados en la meta 90-90-90 de la ONUSIDA, de la cual el Montaner formó parte.

Esta iniciativa buscaba que para el año 2020 el 90% de las personas que tienen VIH sepan sobre su estado serológico, que el 90% de los pacientes diagnosticados reciban la terapia antirretrovírica y que el 90% de quienes se encuentran en tratamiento logren mantener una carga viral indetectable.

Limitar el testeo del VIH basado en riesgo crea discriminación, según Montaner, quien aboga por exámenes universales y frecuentes (iStock)
Limitar el testeo del VIH basado en riesgo crea discriminación, según Montaner, quien aboga por exámenes universales y frecuentes (iStock)

El científico indicó que los valores establecidos en el proyecto fueron alcanzados en British Columbia gracias a los esfuerzos realizados. “Tenemos que llevarlo a 95-95-95 en el 2025 y para el 2030, idealmente, tendríamos que tener 100-100-100. Ahí, la epidemia se muere. Fuimos a las Naciones Unidas, fue aprobado y es política internacional. Pero el problema es que los países dicen que lo van a hacer, pero no lo hacen.”, declaró.

Por ende, el compromiso internacional es vital para terminar con la epidemia y proteger a toda la población de este virus, a través de las terapias disponibles, métodos de prevención, estrategias de testeo y la educación, la cual es fundamental para derribar estigmas.

Con respecto a la vacuna preventiva para el VIH, la cual es un objetivo para miles de científicos alrededor del mundo, Montaner expresó:

“Los desafíos de la vacuna de VIH y SIDA son muy importantes. No es mi tema, pero sí te puedo decir que es muy complicado y lamentablemente los estudios no han funcionado, así que lo único que podemos decir es: sigamos adelante. Para nosotros poder terminar la epidemia, para poderla erradicar, vamos a necesitar una cura y una vacuna. ¿Por qué? Porque siempre va a haber algunos pacientes que se nos van a escapar y algunas transmisiones que no la vamos a poder encontrar, que no vamos a poder frenar”.

El acceso a tratamientos antirretrovirales debe ser inclusivo, sin excluir a quienes enfrentan barreras psicosociales, según Montaner (Gastón Taylor)
El acceso a tratamientos antirretrovirales debe ser inclusivo, sin excluir a quienes enfrentan barreras psicosociales, según Montaner (Gastón Taylor)

Otra arista relevante son los métodos “tradicionales” de prevención, los cuales, según el experto, no deben ser la única barrera para frenar el avance del VIH. El enfoque “ABC”, por sus siglas en inglés, se basan en la abstinencia, la fidelidad y uso del preservativo a la hora de tener relaciones sexuales. Pero Montaner opina que “si no funciona y mi paciente no lo usa, tenemos que hacer algo que funcione”.

Por eso, el tratamiento y la profilaxis Pre-exposición (PrEP), un medicamento contra el VIH que reduce las probabilidades de contraer la infección ante exposiciones durante relaciones sexuales o el uso de drogas inyectables, son opciones necesarias y que deben ser una parte integral en el abordaje de la enfermedad.

“La insistencia obsesiva en que la prevención tiene que ser basada en el comportamiento, lo que hace es castigar a los individuos que tienen un estilo de vida distinto. Desde el punto de vista de salud pública, lo que nosotros tenemos que hacer es abrir el cerebro. Pero no se nace con eso, lo tenés que aprender. Es parte de tu educación”, destacó el doctor.

La importancia de la profilaxis Pre-exposición (PrEP)

“Nosotros en el 2018 trajimos el PrEP (a British Columbia). Tomas una píldora por día de dos drogas y eso es suficiente para que te bloquee el virus si vos te encontrás con el virus porque tuviste sexo, porque compartiste una inyección, o lo que sea”, explicó el especialista. Este tratamiento, que es gratuito en la Argentina según lo estipula la ley 27.675, se utiliza principalmente para las personas que no tienen VIH, pero presentan un alto riesgo de contraerlo.

La profilaxis Pre-exposición (PrEP) bloquea el virus y es un método preventivo esencial para individuos en alto riesgo (NAID)
La profilaxis Pre-exposición (PrEP) bloquea el virus y es un método preventivo esencial para individuos en alto riesgo (NAID)

Para lograr detectar a quienes son susceptibles de contraer el virus, Montaner comentó que se realiza un abordaje a partir de la preexistencia de otras enfermedades como mpox, sífilis, gonorrea o clamidia. Así, los pacientes que pueden llegar a las consultas debido a otras razones, reciben los fármacos que actúan de manera preventiva para crear una barrera entre la persona y una posible exposición al patógeno.

“De esta manera, hemos bloqueado la habilidad de estos individuos de alto riesgo a transmitir. Siguen teniendo un contacto sexual, pero no transmiten. Por eso, por primera vez hemos logrado cambiar esta función de reproductiva entre los que están con carga viral. Para generar nuevas infecciones, se depende de los individuos susceptibles. Lo que hicimos fue disminuir el número de susceptibles, y al disminuir el número de susceptibles, disminuyen las infecciones aún cuando no he podido cambiar la carga viral en la sociedad”, dijo el experto.

El estigma y el acceso a los tratamientos

“El estigma y la discriminación es de la sociedad al individuo, pero también está la propia. Uno se estigmatiza a sí mismo y se marginaliza porque está infectado. Entonces se empieza a esconder, no lo quiere decir porque tiene miedo, entonces le da vergüenza”, comentó Montaner. Por esa razón, muchas personas evitar acudir a consultas médicas e incluso hacerse los testeos, los cuales son necesarios para proteger tanto la salud propia como la de toda la comunidad.

Montaner impulsó en British Columbia el testeo universal opt out, en la cual se les ofrecen pruebas de VIH a todos, salvo ante negativa explícita (Getty Images)
Montaner impulsó en British Columbia el testeo universal opt out, en la cual se les ofrecen pruebas de VIH a todos, salvo ante negativa explícita (Getty Images)

“El tratamiento, y mucho más importante, el tratamiento como prevención y saber que los infectados no son infecciosos en la medida en que estén tomando el tratamiento, es el arma más poderosa para combatir el estigma. ¿Por qué? Porque el estigma es la ignorancia. El estigma es miedo por parte de la sociedad, y luego le contagiamos el estigma a los pacientes y ellos tienen miedo de ellos mismos. Entonces se sienten como que son parte del problema. Y lo que he tratado de cambiar es que si estás infectado, vos sos parte de la solución”, sentenció el científico.

Al respecto opinó que uno de los aspectos vitales es el desarrollo de programas de acceso a las terapias antirretrovirales que sean altamente efectivos a la vez que inclusivos.

“No pueden excluir o negar el acceso facilitado a estos programas en los pacientes que tienen compromisos por razones psicosociales que hacen que sea muy difícil para ellos acceder a estos tratamientos”, concluyó Montaner.

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