Juanita Milagros Sirimarco Díaz, de 13 años, murió al regresar de su viaje de egresados en Villa Carlo Paz a causa de un shock séptico como consecuencia de un cuadro de infección viral. Al volver a su casa comenzó a sentirse mal, por lo que fue ingresada al Hospital Pediátrico Fernando Barreyro de Posadas, donde fue internada para hidratación y estudios médicos, tras los cuales los profesionales confirmaron el diagnóstico de sepsis con resultado positivo para Influenza B.
En general, el virus de la Influenza B no suele desencadenan secuelas graves en el organismo, pero existen casos específicos en los que además de este virus, puede existir una sobreinfección bacteriana causada por la debilidad del sistema inmune. Esto puede generar una condición médica grave que se produce como resultado de una infección generalizada que lleva a una respuesta inflamatoria extrema en el cuerpo.
Si bien todavía faltan datos médicos sobre el caso de la niña, los expertos que la atendieron afirmaron que probablemente desarrolló la sepsis a raíz de una sobreinfección bacteriana causada por la debilidad de su sistema inmune, el cual se encontraba combatiendo al virus.
Cuáles son los riesgos del virus Influenza B
En diálogo con Infobae el doctor Gerardo Laube, médico infectólogo del Hospital Muñiz de la ciudad de Buenos Aires y profesor titular de Infectología, Medicina del viajero y Microbiología de la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló, precisó que la joven había tenido un cuadro viral de gripe que pudo haber predispuesto alguna infección.
“Habrá que evaluar, en este caso en particular, si había una situación inmunológica previa que predispuso a una sobreinfección bacteriana que puede ser grave. Muchas veces terminan siendo bacterianas con cuadros virales previos”, agregó.
En ese mismo sentido, Infobae publicó nuevos detalles sobre la muerte de la menor: el médico que la atendió en Posadas señaló que la Influenza B rara vez provoca cuadros tan graves, pero advirtió que se sospecha de una sobreinfección por bacterias.
El doctor Laube aclaró que no todo cuadro de gripe es sinónimo de evolución parecida a la de este caso: “Lo mismo ha pasado con COVID. Es decir, no todos los pacientes terminaron internados solamente por COVID, sino por factores previos que de alguna manera favorecieron ciertas complicaciones como en su momento fueron personas mayores, personas con inmunodeficiencias o con otras enfermedades que de alguna manera alteran el sistema inmunológico y que predisponen lamentablemente a situaciones no deseadas”, sostuvo el experto infectólogo.
Y agregó: “Lo importante es realizar la consulta adecuada, rápida y que de alguna manera permita una evaluación de cada situación en particular. No hay que generalizar situaciones que son realmente excepcionales que ocurran, pero claro, eh, pueden llegar a tener trascendencia y preocupar a a toda la población.
De la misma manera se expresó el doctor Ricardo Teijeiro (MN 58065), infectólogo del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) al afirmar: “Cualquiera de nosotros puede tener una infección, aunque sea leve, pero que se puede complicar con una bacteria. Entonces lo más importante es el momento de hacer la atención médica. Cuanto más temprana es, menor riesgo se corre. Eso es fundamental”.
“Tanto sea de influenza, u otro virus, puede facilitar una infección y después va a ser el desencadenante. Pero de todas maneras es muy, muy importante tener los signos de alarma. Cualquier signo que sea poco habitual, No solo la fiebre, el malestar general, el dolor de cabeza, los dolores musculares, el decaimiento, lo que sea, tiene que ser un signo de alarma para hacer una consulta temprana”, enfatizó el especialista.
Qué es el virus de la gripe B y cómo influye en el sistema inmunológico
Los virus de la gripe B pertenecen a la familia Orthomyxoviridae, género Influenzavirus B. Puede causar síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, tos, dolor de garganta, dolor muscular y fatiga. Aunque suele ser menos severa que la influenza A, puede dar lugar a complicaciones graves.
La transmisión de este virus se produce a través del contacto de las mucosas, con gotitas procedentes de secreciones orofaríngeas de personas infectadas producidas al toser, estornudar o hablar y, en menor medida, por contacto de las mucosas nasales o bucales con manos, superficies u objetos recientemente contaminados (fómites).
El mayor riesgo de contagio se da en lugares cerrados, con aglomeración de personas o poco ventilados. Una persona es contagiosa desde 1 día antes de desarrollar síntomas y hasta varios días después de la manifestación clínica (5 días en adultos y 7 días en niños). Es responsable de muchos casos de enfermedad nosocomial.
Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford, en EEUU, la haemophilus influenzae tipo b (Hib) puede causar enfermedades graves, entre ellas:
- Meningitis. Es una infección de los revestimientos de la columna vertebral y el cerebro.
- Neumonía. Es una infección de los pulmones.
- Inflamación grave de la garganta.
- Infecciones de la sangre, articulaciones, huesos y revestimiento del corazón.
Según precisan expertos de Mayo Clinic, este virus se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta (superior a 38,5 ºC), pudiendo ir acompañada de escalofríos, sudoración, cefaleas, dolores musculares, astenia, anorexia, conjuntivitis y/o síntomas respiratorios (congestión nasal, dolor de garganta, tos seca).
Además, pueden producirse complicaciones respiratorias (neumonía, bronquitis, laringotraqueobronquitis, sobreinfecciones bacterianas broncopulmonares, sinusitis), auditivas (otitis), cardiovasculares (miocarditis, pericarditis, endocarditis) o neurológicas (encefalitis, síndrome de Reye, síndrome de Guillain-Barré).
También puede producirse deshidratación y empeoramiento de condiciones médicas crónicas preexistentes, como asma, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), fibrosis quística, diabetes o fallo cardiaco congestivo. Las personas que pueden verse más afectadas son los mayores de 65 años, los niños, los inmunocomprometidos, las embarazadas y las personas con enfermedades crónicas cardiacas, pulmonares, renales, hepáticas, sanguíneas o metabólicas.
El caso de la adolescente de 13 años
La adolescente misionera sufrió una sepsis, que es una condición médica grave que se produce como resultado de una infección generalizada que lleva a una respuesta inflamatoria extrema en el cuerpo, según explican desde el portal de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, MedlinePlus.
Esta condición puede provocar un shock séptico, que es una caída peligrosa de la presión arterial y una disminución del flujo sanguíneo a los órganos vitales. Esto puede generar un daño multiorgánico y, si no se trata rápidamente, en la muerte.
Respecto a los tratamientos, las principales acciones suelen apuntar al manejo de los síntomas (con antifebriles), reposo y régimen higiénico dietético con adecuada hidratación. Además de la vacunación antigripal para reducir la posibilidad de complicaciones.
Si bien todavía faltan datos médicos, los expertos que la atendieron afirman que la adolescente probablemente desarrolló la sepsis a raíz de una sobreinfección bacteriana causada por la debilidad de su sistema inmune, el cual se encontraba combatiendo al virus.
Hoy, el infectólogo Oscar Herminio López, que fue el profesional que atendió a Juanita, explicó que el virus de la Influenza B rara vez provoca cuadros tan graves, pero advirtió que existe una “alta sospecha” de que la menor sufriera una sobreinfección bacteriana. “Para confirmar esa posibilidad, tiene que haber rescate de germen, y los laboratorios de bacteriología suelen llevar un tiempo”, explicó.
“Muchas veces los pacientes mueren con cuadros y síntomas compatibles con una infección bacteriana y no siempre se logra rescatar el germen”, agregó el médico que anticipó que ya se trabaja a nivel forense para arribar a las causas precisas de su muerte.
El comunicado de la empresa que organizó el viaje de egresados expresa que la niña había sufrido una caída que le produjo una lesión en la rodilla. El cuadro de Influenza B de la joven le produjo una debilidad inmunitaria que podría haber permitido la proliferación de gérmenes y bacterias luego de acceder al organismo a través la lastimadura.