La manicura en gel actualmente ganó popularidad por su durabilidad y apariencia profesional ya que puede llegar a durar hasta dos semanas. A diferencia del esmalte de uñas tradicional, el esmalte en gel requiere una luz UV o LED para endurecerse y fijarse en la uña, lo que permite que cure en solo minutos, mientras que el esmalte regular puede tardar hasta una hora en secarse en su totalidad al aire. Esta rapidez y acabado duradero han hecho que muchos opten por estos kits para uso en casa.
Sin embargo, el peligro radica en la exposición a químicos presentes en esos productos, especialmente cuando son adquiridos a través de internet sin un control regulatorio adecuado. Muchos de los kits caseros no cumplen con las regulaciones de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Productos Sanitarios (ANMAT) y son fabricados por empresas poco fiables. Estos kits a menudo contienen altas concentraciones de resinas adhesivas que permiten que el esmalte en gel se adhiera a la uña, lo que puede tener un costo para la salud.
Si no se aplican correctamente, los químicos pueden causar reacciones alérgicas, incluyendo irritación, hinchazón, enrojecimiento, e incluso lesiones abiertas o pérdida de la uña. Además, el uso de productos de baja calidad o con ingredientes potencialmente dañinos incrementa la posibilidad de desarrollar problemas de salud.
Sustancias químicas peligrosas
Uno de los químicos más preocupantes en los esmaltes en gel es el metacrilato de hidroxietilo (HEMA), que se encuentra en esmaltes, acrílicos y pegamentos para uñas. Cuando se expone a la luz UV o LED, el HEMA se endurece y otorga ese brillo duradero tan característico. Sin embargo, debido a su pequeño tamaño molecular, ese químico puede penetrar la piel con facilidad. Una vez que se desarrolla una alergia a este compuesto, cualquier producto con acrilatos o metacrilatos puede provocar reacciones, incluidos productos médicos y dentales que contienen estas sustancias.
Además, otro componente utilizado como adhesivo, el acrilato de isobornilo (IBOA), fue nombrado “alérgeno de contacto del año” en 2020 por la Sociedad Estadounidense de Dermatitis de Contacto. Este químico ha causado reacciones alérgicas en pacientes que usaban dispositivos médicos como bombas de insulina y sistemas de monitoreo de glucosa, lo que resalta la capacidad de los productos químicos presentes en los kits caseros de uñas para causar reacciones graves en quienes los usan.
Manicura en pandemia
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto directo en el aumento del uso de kits caseros de manicura en gel. Con el cierre de los salones de belleza, muchas personas recurrieron a estos sistemas como alternativa para mantener sus uñas arregladas. Debido a que estos kits se comercializan en línea y a menudo provienen de fabricantes con poca o nula regulación, los riesgos de salud asociados se han visto incrementados.
La exposición continua y prolongada a estos químicos peligrosos, especialmente cuando se usan de forma incorrecta, aumenta las probabilidades de desarrollar alergias y complicaciones cutáneas. La aplicación incorrecta del esmalte en gel —como capas demasiado gruesas o tiempos de curado insuficientes bajo la luz UV o LED— puede dejar productos químicos sin curar en la uña, que luego pueden filtrarse a la piel a través de actividades cotidianas como el lavado de manos.
Jim McConnell, un químico cosmético citado por The Washington Post, enfatiza que, a diferencia de profesionales capacitados, quienes se hacen las uñas en casa pueden no tener el conocimiento adecuado para aplicar el esmalte correctamente, lo que incrementa el riesgo de desarrollar alergias. Por su parte, Vitaly Solomonov, dermatólogo y químico cosmético, también advierte: “Nadie intentaría tratar o reemplazar sus propios dientes sin la ayuda de un dentista. Las tecnologías modernas para el cuidado de las uñas [...] requieren habilidades y conocimientos profesionales”.
Prevenir riesgos en cada pincelada
La respuesta más sencilla para prevenir los riesgos asociados con los kits caseros de uñas en gel puede no ser la más popular: dejar de usarlos. Los expertos insisten en que los posibles ahorros económicos que conlleva hacerse la manicura en casa no compensan los riesgos de salud derivados de la exposición a químicos peligrosos. El químico cosmético, afirma: “No se hagan las uñas en casa”, en referencia a los kits de gel. Recomienda abandonar los kits de gel y regresar al uso de esmaltes tradicionales, que, si bien no ofrecen la misma durabilidad, son considerablemente más seguros.
Solomonov aconseja: “Recomiendo a las personas que no escatimen en servicios profesionales, ya que intentar ahorrar en pequeños gastos puede acabar pagando con la salud”. Ante cualquier reacción alérgica, como irritación o hinchazón, se debe retirar el esmalte de inmediato y buscar atención médica.
Para quienes desean optar por uñas en gel, es mejor acudir a un salón profesional con técnicos certificados, ya que estos conocen prácticas seguras y utilizan productos de calidad para minimizar la exposición a químicos. Esto evita problemas de curado incorrecto y contacto con sustancias peligrosas. Además, los salones suelen seguir regulaciones de seguridad.
Medidas preventivas y de control en salones de uñas
La seguridad tanto de los clientes como de los trabajadores en salones de uñas se basa en el control de la exposición a los productos químicos utilizados en la aplicación de uñas en gel. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el uso de mesas de trabajo ventiladas ayuda a reducir la inhalación de sustancias químicas como el metacrilato de etilo (EMA), que puede causar irritaciones en la piel y ojos, asma y dermatitis.
Se recomienda mantener bien tapadas las botellas con líquidos de uñas y mejorar los hábitos de trabajo. Los técnicos deben usar equipos de protección personal y lavarse frecuentemente para eliminar residuos químicos. El CDC sugiere no comer, beber o fumar en áreas de aplicación de uñas para evitar la ingesta de químicos y prevenir accidentes con productos inflamables.