La Organización Mundial de la Salud (OMS) pronostica que para 2050, casi 2500 millones de personas tendrán algún grado de pérdida auditiva y al menos 700 millones necesitarán rehabilitación auditiva. Y en la actualidad, Más del 5% de la población mundial (430 millones de personas) padece una pérdida de audición discapacitante y requiere rehabilitación.
Sin embargo, este trastorno de salud muchas veces está desatendido, a pesar de sus graves consecuencias. Entre ellas, las personas que experimentan pérdida auditiva tienden a apartarse de sus entornos sociales y familiares, lo cual se ha asociado, según varios estudios, a un mayor riesgo de demencia.
Según explicó a Infobae el doctor Ricardo Allegri (MN. 63538), jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsiquiatría y Neuropsicología de Fleni que las investigaciones han demostrado que la pérdida auditiva es un factor de riesgo de demencia.
“Los factores de riesgo modificables de las demencias alcanzan el 45%. En la última publicación de Livigston y cols. (2024) de factores de riesgo potencialmente modificables citan a la hipoacusia en la edad media de la vida con un peso del 7%. Esto se altamente significativo y debe ser evaluado y modificado”, dijo el experto.
Y agregó el doctor Allegri: “Los metaanálisis demostraron que mejorando la audición se retrasa el inicio de la demencia. La pérdida auditiva determina un aislamiento social, y este influye negativamente sobre el paciente. Esta pérdida y también la visual son dos factores a tener muy en consideración, dado que en la mayoría de los casos pueden compensarse”.
Por su parte, María Agustina Leiro, licenciada en Fonoaudiología (MN 8343) explicó a Infobae: “Los estudios sugieren que la pérdida auditiva puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de demencia en adultos mayores. Si bien el vínculo causal no se ha podido establecer aún, se cree que la pérdida auditiva conduce al aislamiento social, factor que se ha demostrado contribuye a la demencia. Otra explicación podría ser que la audición y la cognición dependen de recursos neurocognitivos compartidos, y se relacionan entre sí de varias maneras diferentes. Para los científicos que estudian el funcionamiento del sistema nervioso central, la presbiacusia se ha convertido en la señal de alerta temprana del Alzheimer y demencia”.
Qué es la presbiacusia
Primero dejan de oírse los sonidos más agudos, una etapa en la que la pérdida de audición suele pasar desapercibida. Al progresar, la persona afectada deja de percibir sonidos más graves, que incluyen buena parte de los sonidos de las palabras. Es entonces cuando comienza a detectarse el problema.
Explicó la licenciada Leiro: “La sordera por envejecimiento, llamada presbiacusia, que se produce por un deterioro progresivo del oído interno a causa de la edad, suele comenzar entre los 50 y 60 años (incluso algo antes también). Es difícil detectarla inicialmente, ya que suele ser lenta y gradual, y se presenta con síntomas como mala comprensión de las palabras, más aún en ambientes ruidosos. También dificultad para identificar sonidos agudos como puede ser un timbre, la aparición de tinnitus, tener que subir el volumen de la televisión y/o elevar el volumen de la voz”, explicó Leiro, quien integra el equipo GAES Amplifón.
Hay varios estudios que han demostrado esta relación entre pérdida auditiva y demencia. Investigadores de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins descubrieron en un estudio de JAMA del 2023 que la pérdida auditiva moderada a grave se asoció con una mayor prevalencia de demencia entre una muestra representativa a nivel nacional de adultos mayores en EE.UU. Sin embargo, el uso de audífonos se vinculó con una menor prevalencia de esta patología.
Estudios anteriores habían llegado a conclusiones similares. Una investigación publicada en The Lancet, encontró que los audífonos redujeron la tasa de deterioro cognitivo en los adultos mayores que tienen un alto riesgo de desarrollar demencia en casi un 50% durante un período de tres años.
El mejor antídoto es la prevención
La hipoacusia tiene un importante impacto en las personas y más aún en el adulto mayor, produciendo problemas graves como puede ser la soledad, ansiedad, depresión, ya que disminuye su calidad de vida, advirtió la licenciada Leiro. Pero la pérdida de audición es tratable, a todas las edades. Los audífonos, más allá de proteger la salud mental, son importantes para reducir el aislamiento y aumentar la calidad de vida.
La licenciada Leiro recomendó que ante la aparición de síntomas de presbiacusia se debe acudir al especialista otorrinolaringólogo, quien solicitará estudios para determinar el diagnóstico, el tratamiento a seguir y el uso de otoamplífonos.
“Ante la detección de una pérdida auditiva, debemos acudir al médico, hacer los estudios pertinentes y tomar las riendas necesarias para poder mejorar nuestra condición auditiva, porque esto también va a mejorar nuestra condición a nivel personal, a social y por supuesto, a nivel cognitivo”, indicó Leiro.
El uso de audífonos cuando es necesario, se suma a las medidas que se deben tomar sobre los factores de riesgo modificables para prevenir las demencias y en especial la enfermedad de Alzheimer.
Para esto, el doctor Allegri recomendó trabajar sobre todos los factores de riesgo: “Educación, hipertensión arterial, obesidad, dislipemia, diabetes, alcohol, traumatismo de cráneo, tabaquismo, depresión, aislamiento social, contaminación ambiental, inactividad física, pérdida visual e hipoacusia. Fleni publicó un artículo (Calandri et al. 2023), que mostró que los factores potencialmente modificables tienen un peso del 60% y la hipoacusia del 6% en la prevención del Alzheimer. Trabajar sobre todos estos factores es un deber de la salud pública”, finalizó el médico.