Sentir las manos y los pies fríos puede ser una de las experiencias más incómodas, especialmente cuando alguien intenta dormir o realizar alguna actividad y las extremidades se sienten inmovilizadas por el frío.
Es que cuando la temperatura del ambiente es baja, el cuerpo se esfuerza por mantener su temperatura normal. Para esto, el corazón bombea más sangre a los órganos vitales, reduciendo el flujo sanguíneo hacia las extremidades. Como resultado, las manos y los pies tienden a enfriarse primero, ya que el cuerpo prioriza proteger sus funciones internas.
Pero pese a que algunas causas pueden deberse a las bajas temperaturas en jornadas frías de invierno, existen otras razones relacionadas con cuestiones de salud que hay que tener en cuenta.
Los motivos por los que se pueden tener las manos y los pies fríos
Como se vio, además del frío ambiente, otros motivos por los que las personas pueden sentir frío en las extremidades pueden estar relacionados con cuestiones fisiológicas.
Algunas de ellas son:
- Mala circulación. Una causa común de las extremidades frías es la mala circulación sanguínea. La vasoconstricción (estrechamiento de las arterias) reduce el flujo de sangre, lo que provoca que las extremidades se enfríen. En casos más graves, como en la vaso-oclusión, los vasos sanguíneos pueden bloquearse, limitando casi por completo el paso de la sangre.
- Anemia. La anemia es otra posible razón para tener las manos y los pies fríos. Esta afección ocurre cuando el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos, que son los encargados de transportar oxígeno a todo el organismo. La disminución del oxígeno reduce la circulación sanguínea, lo que provoca una sensación de frío en las extremidades.
- Diabetes. Esta enfermedad se caracteriza por la falta de producción de insulina, que controla los niveles de glucosa en la sangre. Los niveles elevados de glucosa pueden dañar los nervios de las extremidades, lo que afecta la sensibilidad al dolor y la temperatura, causando frialdad constante.
- Hipotiroidismo. Esta condición ocurre cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas, afectando muchas funciones corporales, incluida la regulación de la temperatura. Las personas con hipotiroidismo pueden experimentar entumecimiento, hormigueo y frío en las extremidades debido a esta disfunción.
Cómo revertir la mala circulación sanguínea
Según el Centro de Medicina Vascular de los EEUU, el primer paso para tratar la mala circulación es una consulta con un médico, quien diagnosticará el problema y formulará un plan de tratamiento. Además de posibles medicamentos o procedimientos, el médico recomendará cambios en el estilo de vida que pueden mejorar la circulación.
Hacer ejercicio regularmente, como caminar, nadar o hacer yoga, ayuda a mejorar la salud del corazón y la circulación. También se recomienda elevar los pies para reducir la hinchazón y usar prendas de compresión con aprobación médica, ya que estas mejoran el flujo sanguíneo en piernas y pies.
Dejar de fumar es fundamental, ya que el tabaco empeora la circulación y aumenta el riesgo de enfermedades graves como infartos y cáncer. Mantener un peso saludable es otro factor clave, ya que el sobrepeso afecta negativamente el sistema vascular.
Finalmente, seguir una dieta saludable como la dieta DASH, que promueve alimentos bajos en sodio y procesados, puede mejorar la presión arterial, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y mejorar la circulación. Estos cambios en el estilo de vida, junto con el tratamiento médico adecuado, pueden marcar una gran diferencia en la salud vascular.
¿Cómo la diabetes hace que tengamos manos y pies fríos?
Según la Mayo Clinic, aunque es menos habitual, las personas con diabetes pueden experimentar entumecimiento, lo que implica una pérdida de sensibilidad y hormigueo. Esto ocurre debido a que niveles elevados de glucosa en la sangre pueden interferir con el funcionamiento adecuado de los nervios. Este síntoma puede manifestarse como escozor en diversas partes del cuerpo, como brazos, manos, piernas y pies.
Por su parte, desde el sitio Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, explicaron que la diabetes puede ocasionar daño en los nervios y los vasos sanguíneos de los pies.
Este daño provoca una disminución en la sensibilidad y entumecimiento, lo que aumenta el riesgo de lesiones en los pies. Además, las heridas en esta área, como ampollas, pueden no ser percibidas, lo que podría llevar a una mayor complicación si no se tratan adecuadamente.
Cómo revertir la anemia y por qué hace que las extremidades se enfríen
Un artículo de los Institutos Nacionales de Salud (NIH por su sigla en inglés) precisó que la anemia ocurre cuando el organismo no dispone de suficientes glóbulos rojos sanos. Esto puede deberse a una cantidad reducida de glóbulos rojos o a la falta de hemoglobina, una proteína rica en hierro. Los glóbulos rojos tienen la función de distribuir oxígeno por todo el cuerpo, mientras que la hemoglobina es la encargada de transportar dicho oxígeno.
Cuando los niveles de glóbulos rojos o de hemoglobina son bajos, el cuerpo no recibe el oxígeno necesario, lo que puede generar una intensa fatiga. Otros posibles síntomas incluyen dificultad para respirar, mareos, dolores de cabeza, palidez en la piel o sensación de frío en manos y pies.
El tipo más frecuente de anemia se origina por una deficiencia de hierro, conocida como anemia ferropénica, que suele aparecer cuando la ingesta de hierro es insuficiente. El cuerpo requiere hierro y otros nutrientes esenciales para producir hemoglobina y glóbulos rojos saludables. Por esta razón, es crucial obtener un suministro adecuado de hierro, junto con vitamina B12, ácido fólico y proteínas, mediante una dieta balanceada o el uso de suplementos nutricionales.
Cómo detectar el hipotiroidismo
Un funcionamiento deficiente de la glándula tiroides es otro de los motivos que pueden generar sensación de frío en las extremidades.
Una publicación de Mayo Clinic señaló que los síntomas del hipotiroidismo pueden diferir entre las personas y suelen ser similares a los de otras afecciones. Por este motivo, el diagnóstico de hipotiroidismo no se basa únicamente en los síntomas, sino principalmente en los resultados de un análisis de sangre.
El examen inicial más común para detectar el hipotiroidismo evalúa el nivel de hormona estimulante de la tiroides (TSH) en el torrente sanguíneo.
Si este nivel es elevado, se realiza una segunda prueba junto con un análisis de la hormona tiroidea T4. Si los resultados indican que la TSH está alta y la T4 baja, se confirma el diagnóstico de hipotiroidismo. En ciertos casos, también se puede medir el nivel de la hormona tiroidea T3 para obtener un diagnóstico más completo.