(Por Dennis Thompson - HealthDay News) -- Las prohibiciones de los teléfonos celulares en las aulas deberían ayudar a mejorar los entornos de aprendizaje en las escuelas, señala un experto en desarrollo infantil.
Mantener los dispositivos fuera de las aulas ayudaría a enfocar la atención, mejorar la resolución de problemas y, al permitir que los niños caigan ocasionalmente en el aburrimiento, estimularía la creatividad, dice Jon Piacentini, psicólogo de niños y adolescentes de UCLA Health.
“Hay más daños asociados con el uso del teléfono celular en la escuela que los beneficios”, señaló Piacentini, padre de tres hijos, en un comunicado de prensa de la UCLA. A medida que comienza un nuevo año escolar, los funcionarios de los distritos escolares de todo Estados Unidos están sopesando las restricciones a los teléfonos celulares”, dijeron los expertos.
Casi el 84% de los adolescentes de 16 a 19 años tienen un teléfono celular, lo que hace que los dispositivos sean tan omnipresentes como las mochilas, los resaltadores y las carpetas de tres anillos, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Además, los niños de EEUU de 8 a 12 años pasan unas seis horas al día frente a las pantallas, a veces mientras están en clase, según los NIH. ”Sabemos que muchos niños pasan tiempo en su teléfono durante la clase o durante el recreo”, dijo Piacentini.
Dividir la atención entre la clase y un teléfono inteligente puede dificultar que los estudiantes se concentren o resuelvan problemas, anotó. Los estudiantes que no pueden concentrarse “no tienen la capacidad de tomar múltiples perspectivas o ver los problemas desde múltiples enfoques”, dijo Piacentini.
Los teléfonos celulares también pueden dañar la imaginación y las habilidades de pensamiento crítico de los niños al no permitir que sus mentes divaguen, y el aburrimiento en realidad estimula la creatividad en los niños, explicó. “Si los niños están en sus teléfonos las 24 horas del día, los 7 días de la semana, no les ayuda a desarrollar la sensación de que pueden crear, comprender y generar pensamientos e ideas”, sostuvo Piacentini.
Los teléfonos inteligentes también pueden obstaculizar el desarrollo social de los niños. Las formas tradicionales de juego y conexión están siendo reemplazadas por los videojuegos y las plataformas en línea, según el experto. Como resultado, es posible que los niños no estén preparados para participar socialmente en persona con otras personas que no conocen.
Los algoritmos de las redes sociales también pueden aumentar la ansiedad de un niño al difundir información errónea o reforzar los sesgos, precisó Piacentini.
Los niños pequeños que no tienen la capacidad y el contexto para entender e interpretar esos mensajes pueden llegar a creer “que el mundo da miedo”, dijo. Los padres pueden ayudar a las escuelas que prohíben los teléfonos celulares en las aulas reflejando esas restricciones en casa.
Por ejemplo, los padres pueden exigir que no haya teléfonos celulares en la mesa o en el dormitorio antes de dormir, dijo Piacentini. Los padres también pueden crear más oportunidades para que los niños guarden sus teléfonos y disfruten de actividades sin pantallas con familiares y amigos.
Más información: La Asociación Nacional de Educación ofrece más información sobre las prohibiciones de los teléfonos celulares en las aulas. FUENTE: UCLA, comunicado de prensa, 12 de agosto de 2024
* Dennis Thompson HealthDay Reporters ©The New York Times 2024