Hay un dato insoslayable en el mundo de las Enfermedades Poco Frecentes (EPOF) que habla por sí solo de la importancia de la aplicación de las nuevas terapias génicas y de la identificación temprana del trastorno: el 80% de estas enfermedades tienen origen genético y, si bien pueden presentarse a cualquier edad, el 75% de los casos se observan en edad pediátrica.
Con el avance de la medicina día a día, las terapias génicas están revolucionando el campo de la salud de las personas, generando nuevos abordajes para el tratamiento de las enfermedades de origen genético y otros trastornos adquiridos, mientras que abren la esperanza a un cambio radical en el abordaje de estas enfermedades que dejan de ser mortales para ser crónicas o hasta superadas.
“Cuando hablamos de enfermedades poco frecuentes generalmente pensamos que afectan a muy pocas personas. Pero como se calcula que hay un listado de 5885 enfermedades poco frecuentes en el mundo donde afectan generalmente entre el 6 al 8% de cada población, estamos hablando por ejemplo de que en Europa hay unos 30 millones de afectados y en la Argentina calculamos más allá de 3.200.000 de personas afectadas con alguna condición de EPOF, lo cual es un montón”, explicó a Infobae la doctora Romina Armando, médica genetista pediátrica (M.N. 104.438), del Servicio de Genética de Hospital de niños Ricardo Gutiérrez y del Hospital italiano de Buenos Aires en una sesión informativa organizada por el laboratorio Novartis.
La experta explicó que las enfermedades genéticas son aquellas que están asociadas a una mutación de un gen y que son transmisibles en forma hereditaria. En ciertas personas recién nacidas, un gen puede ser defectuoso o estar parcialmente incompleto. Y hasta puede cambiar durante la vida adulta. Y estas alteraciones pueden interferir con la producción de proteínas, lo que puede derivar en problemas de salud o enfermedades.
“Es por eso que la terapia génica es una técnica nueva que utiliza uno o más genes para tratar, prevenir o curar estas enfermedades. Generalmente, actúa añadiendo copias nuevas de un gen dañado, o reemplazando un gen defectuoso o ausente en las células del paciente por una versión saludable del mismo”, sostuvo Armando, ex-coordinadora del programa de EPOF del Ministerio de Salud.
Fátima, el ejemplo del éxito de la terapia génica
Un ejemplo de cómo la terapia génica ayuda hoy a pacientes de pocos meses a superar una EPOF es lo que le sucedió a Fátima, una niña que a los 15 meses fue diagnosticada con Atrofia Muscular Espinal (AME) y después de 5 pediatras consultados y varios neurólogos recibió el diagnóstico y posterior tratamiento genético innovador.
“Recibir el diagnóstico fue durísimo por un lado, pero por otro lado sentimos que, por lo menos, sabíamos contra qué estábamos peleando. Ahí hablamos y nos pusimos de acuerdo con algo fundamental que es no dejarnos caer, tomar fuerzas y buscarle la solución a lo que se nos presente”, comentó Patricio el papá de la menor. Sin perder la fe, y luego de un arduo recorrido, en septiembre de 2023 consiguieron administrarle a su hija la terapia génica para su enfermedad. “Luego de meses y meses de incertidumbre, corridas y locuras, por fin el día había llegado y fue lindísimo”, detalló el padre.
“Al mes ella logró pararse, fue un montón. Te ponés a llorar de ver cada logro porque quizás para otros padres es algo totalmente normal pero teniendo este diagnóstico es increíble”, precisó emocionada Gimena, la mamá de la pequeña.
“En el caso de la AME, el gen mutado o ausente en el paciente es el SMN1 y se estima que 1 de cada 40 argentinos es portador genético de esta enfermedad. Este gen es responsable de la producción de la proteína que permite la supervivencia de las neuronas motoras (SMN) o motoneuronas, encargadas de producir los estímulos que provocan la contracción de los diferentes grupos musculares del organismo para funciones básicas y elementales como respirar, tragar o moverse. La pérdida de neuronas motoras provoca la degeneración y debilitamiento progresivo de los músculos”, detalló la doctora Armando sobre la enfermedad de la niña.
La terapia génica resulta esencial para tratar enfermedades poco frecuentes en la actualidad, ya que la expectativa de vida de un niño con AME dependerá del grado de severidad de la misma. En los tipos más agresivos, los niños suelen fallecer en la infancia siendo la primera causa de mortalidad infantil de origen genético más frecuente en menores de dos años.
Al ser una enfermedad degenerativa, el tiempo se convierte en un factor clave independientemente de la tipología diagnosticada, ya que una función motora perdida es muy difícil de recuperar. Esto es así porque del 50 al 60% de pérdida de motoneuronas ocurre entre el nacimiento y los 9 meses de vida. Y el 73% en casos que van desde los 5 y 22 meses. Sin embargo, con un diagnóstico a tiempo y tratamiento adecuado, es posible frenar la progresión de esta patología.
El ejemplo de Fátima es clave para saber que actualmente, en Argentina, la atrofia muscular espinal es una de las patologías que puede ser tratada con una terapia génica, permitiendo cambiar el curso natural de la enfermedad, aunque requiere de varios exámenes para determinar con precisión el tipo de AME que se tiene y el gen defectuoso a reemplazar en el tratamiento intravenoso.
La primera terapia génica aprobada en el país para niños menores de 2 años con AME es una terapia de reemplazo genético que consiste en una única dosis, administrada una vez en la vida a través de una infusión intravenosa de una hora.
Esta terapia aborda la raíz genética de la enfermedad reemplazando el gen SMN1 ausente del paciente por una copia humana sana y funcional del mismo gen.
“En los pacientes con AME, hay una alteración en el funcionamiento del gen SMN1 defectuoso. Entonces, el mecanismo de acción de la terapia génica introduce directamente un gen SMN1 sano, lo que genera un aumento de la proteína SMN en las motoneuronas, mejorando o devolviendo la funcionalidad a la motoneurona con la posibilidad de mejorar el movimiento. Uno de los principales diferenciales de esta terapia es su modo de administración: única vez y por vía intravenosa”, explicó a Infobae el doctor Javier Muntadas (MN 92.221), neurólogo infantil del Servicio de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires y jefe de la Sección de Patología Neuromuscular.
“La inserción de un gen normal se realiza a través de un transportador que viene a infectar la célula. Son virus que cargan con una codificación para producir nuevas proteínas funcionales que no cambian nuestro genoma, sino que se quedan en la célula y comienza a transmitir esas proteínas funcionantes que brindan cambios en los músculos”, agregó el experto.
“Todos los pacientes con AME tratados en etapa presintomática, es decir, en cuanto nacen o al poco tiempo de haber nacido, presentan un desarrollo normal o cercano al normal. Esto es totalmente diferente al curso natural de la enfermedad, y ahí radica la importancia de un abordaje temprano”, concluyó Muntadas.
La importancia del diagnóstico temprano
“A pesar de los grandes avances que actualmente tenemos sobre las denominadas enfermedades poco frecuentes, todavía son muchos los desafíos que tenemos por delante, como la dificultad para obtener diagnósticos tempranos y precisos. Si bien en Argentina hay un recorrido realizado en la temática de las EPOF, aún hay trabajo por hacer para mejorar el en la atención de los pacientes y las familias”, detalló la doctora Armando.
Uno de los puntos a mejorar en el diagnóstico temprano de distintas EPOF es ampliar el listado de enfermedades a detectar en la pesquisa neonatal que se hace en Argentina.
Tal como explicó Infobae, la pesquisa neonatal es una simple extracción de sangre en el talón del bebé, que se realiza en la mayoría de los casos -excepto prematuros- a las 48 horas del nacimiento.
El testeo tiene un carácter obligatorio y está amparado por la Ley Nacional 26.279 sancionada en el año 2007, formando parte de los derechos del recién nacido. La pesquisa permite detectar al menos 6 enfermedades metabólicas congénitas y/o genéticas que tienen pronóstico grave si no se las detecta ni se las trata de manera temprana. Ellas son: fenilcetonuria, hipotiroidismo congénito, galactosemia, hiperplasia suprarrenal congénita, deficiencia de biotinidasa y fibrosis quística.
“Hoy por hoy para nosotros es fundamental como asociación, y tenemos que hacer consciente a toda la sociedad, de que el único camino para que los tratamientos disponibles sean realmente eficaces es la pesquisa neonatal. Cada neurona motora que se pierde es irrecuperable. Lo que la enfermedad hizo, no se revierte”, enfatizó Mariel Centurión, responsable de Familias AME Argentina (FAME), presente en la reunión con periodistas, que está en la lucha para que la pesquisa neonatal abarque a más enfermedades que las 6 descriptas.
En nuestro país, el programa de pesquisa neonatal brinda la posibilidad de detección de 6 enfermedades genéticas, a pesar de que la Ley 26.279 consideró la incorporación de otras anomalías metabólicas genéticas y/o congénitas al momento del nacimiento si la necesidad de la pesquisa es científicamente justificada.
Es por eso que varias asociaciones de pacientes piden una pesquisa neonatal ampliada, un examen que permitiría detectar más de 40 enfermedades congénitas del recién nacido, las que pueden producir discapacidad intelectual o motora permanente o incluso la muerte de no ser tratadas oportunamente. Lamentablemente hoy está disponible para quien puede pagarla.
Según precisó Infobae, en junio de 2022, en el primer Día Internacional del Screening Neonatal, la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (Fadepof), una organización de la sociedad civil (OSC) de segundo grado conformada por 85 organizaciones/grupos de pacientes y/o familiares de distintas enfermedades poco frecuentes, pidió elevar el número de patologías a identificar en recién nacidos.
Desde FADEPOF destacaron que la evolución científica impulsó a “ciertos países a incorporar paulatinamente enfermedades que reúnen los criterios internacionales de Wilson y Jungner a los programas de pesquisa neonatal, ya que esto ha demostrado ser una política sanitaria eficaz para la prevención de discapacidad y muerte evitable por los errores congénitos del metabolismo. En Italia el programa de pesquisa incluye la detección de 40 enfermedades, en tanto en Estados Unidos más de 60 enfermedades”.
“Vivir con una enfermedad poco frecuente es un camino complejo, desde llegar a un correcto diagnóstico hasta acceder al tratamiento y los cuidados complementarios. Los tratamientos vigentes son muy buenos, detienen el progreso de la enfermedad, mejoran mucho la calidad de vida y sostienen al paciente hasta que aparezca la cura. Podemos decir que cambiaron revolucionariamente el futuro de los bebitos que vayan a nacer con esta patología”, comentó Centurión.
Tratamiento y seguimiento
Todo tratamiento médico debe ser acompañado de cuidados integrales. La persona con AME requiere el seguimiento de un equipo multidisciplinario que evalúe los aspectos clínicos generales y particulares (nutrición, aspectos respiratorios, especialista en columna, endocrinólogo, etc).
“Los estándares de cuidados para tener una mejor calidad de vida son muchos y muy importantes. Más allá de los tratamientos farmacológicos, los cuidados complementarios cotidianos o periódicos incluyen kinesiología, terapia ocupacional, fisioterapeutas, internaciones, consultas y seguimiento con diferentes especialistas e implementos como cochecitos adaptados, ortesis, sillas de ruedas, etc.”, puntualizó Centurión.
“Vivir con una enfermedad poco frecuente es un camino complejo, desde llegar a un correcto diagnóstico hasta acceder al tratamiento y los cuidados complementarios. Los tratamientos vigentes son muy buenos, detienen el progreso de la enfermedad, mejoran mucho la calidad de vida y sostienen al paciente hasta que aparezca la cura. Podemos decir que cambiaron revolucionariamente el futuro de los bebitos que vayan a nacer con esta patología”, agregó Centurión.
Sin embargo, todo tratamiento médico debe ser acompañado de cuidados integrales. La persona con AME requiere el seguimiento de un equipo multidisciplinario que evalúe los aspectos clínicos generales y particulares (nutrición, aspectos respiratorios, especialista en columna, endocrinólogo) .
“Los estándares de cuidados para tener una mejor calidad de vida son muchos y muy importantes. Más allá de los tratamientos farmacológicos, los cuidados complementarios cotidianos o periódicos incluyen kinesiología, terapia ocupacional, fisioterapeutas, internaciones, consultas y seguimiento con diferentes especialistas e implementos como cochecitos adaptados, ortesis, sillas de ruedas, etc.”, concluyó Centurión.