Mudarse de casa implica más que simplemente trasladar pertenencias de un lugar a otro. La selección, embalaje, clasificación y, en algunos casos, descarte de objetos personales son pasos esenciales en este proceso.
Cada uno de estos momentos requiere tiempo y dedicación, desde decidir qué llevar y qué dejar, hasta empacar de manera segura y ordenada. Sin embargo, una mudanza va más allá de los aspectos prácticos: el componente emocional y el estrés significativos no deben subestimarse.
Es que cambiar de hogar se encuentra entre los eventos más estresantes que una persona puede experimentar, ya que puede generar una mezcla de emociones, desde la nostalgia por el lugar que se deja atrás hasta la ansiedad y la incertidumbre por lo que está por venir. La conexión con el hogar y los recuerdos hacen que el traslado sea un desafío tanto físico como mental.
A pesar de estos retos, especialistas consultados por Infobae dejaron una serie de consejos útiles y prácticos que pueden ayudar a minimizar el estrés y el impacto de una mudanza. Con una organización adecuada, es posible transformar este paso en una experiencia manejable e incluso emocionante que marca el inicio de una nueva etapa.
1- Crear un espacio acogedor desde el primer día con pequeños detalles
Los expertos sugieren llevar algunos objetos significativos y de valor sentimental que se puedan colocar en el nuevo hogar de inmediato, algo que puede ayudar a crear una sensación de familiaridad y confort. Esto puede incluir fotos, mantas favoritas, aromatizantes o cualquier cosa que nos haga sentir en casa.
En ese sentido, la psicóloga Alicia Galfasó, especialista en psicotraumatologia y psicología de la emergencia, le dijo a Infobae: “Es muy común que cuando uno llega a un lugar nuevo le parezca absolutamente no solo desconocido, sino también impersonal. Decís ‘esto no es mío todavía’, y hay quienes decir que ‘tenés que hacerlo tuyo’. ¿Qué significa hacerlo tuyo? Sumarle aroma, ruido, sonidos, perfumes, espacios o determinados colores, entre otras cosas”.
“La casa es el espacio físico, pero el hogar es todo eso que se construye, lo que hace que sea propio. Se pone mucho de lo afectivo en este lugar. Este cambio genera estrés, pero tenemos que tratar de que ese estrés se conecte con algo agradable, y no hay que hacer cambios radicales al principio. Después, de a poco, podemos ir introduciendo cambios. Eso facilita mucho llegar a la sensación de sentirse en casa”, planteó Galfasó.
A su turno, Alicia Stolkiner, ex profesora titular de la cátedra de Salud mental y Salud pública de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, reflexionó en diálogo con Infobae:
“Probablemente, hay un duelo al dejar una casa y ocupar otra. Esto depende mucho del momento vital de cada uno. Recientemente, me decía una persona que su hija besaba las paredes de la casa de la cual se mudan porque decía ‘yo nací en esta casa”. Es una nena de ocho años, entonces, aunque se muden a una casa mejor, más grande, que le permitirá tener un dormitorio para ella sola y que la madre está contenta, para ella es una despedida muy importante, ya que toda su vida estuvo contenida en ese lugar. Si hay niños hay que hablarles y permitirles la despedida del lugar”.
2- Cuidar las expectativas y darse tiempo
Para Galfasó, “la mudanza tiene que ver con expectativas, en muchos casos: solemos poner demasiadas o a veces las ponemos en muy corto plazo. Entonces, aparece la frustración porque no llegué tan rápido como quería a decorar todo o a acomodar”.
“De ese modo, no le damos el tiempo suficiente al proceso y eso genera angustia o malestar. Entonces, una de las recomendaciones es no generar muchas expectativas, en el sentido de no imaginarme muchas cosas: más bien, dejar que simplemente suceda”.
En esa línea, por su parte, Laura Orsi, médica psicoanalista y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), apuntó en conversación con Infobae: “Para que la mudanza no se convierta en una experiencia caótica, es fundamental dialogar -si nos mudamos con alguien- y preparar el proceso de cambio, acompañar, contener, y darse tiempo para el duelo de dejar el hogar anterior y la adaptación a lo nuevo”.
Para Orsi, “es necesario un cierto tiempo de adaptación al nuevo espacio. La angustia y el temor frente a lo nuevo y diferente abarca distintas etapas, así como la expectativa y la ilusión. Como todo cambio, suele generar angustia, pero también puede ser un gran motivo de entusiasmo. La mudanza es una de las causales más importantes de estrés, como lo son la separación, el despido y la muerte de un familiar. Es un tiempo de transición, de duelo, pero también de nuevas oportunidades al ordenar y planificar”.
Galfasó sumó: “Es bueno armar una planificación a corto plazo y saber que eso que soñamos va a llevar tiempo, y que es muy probable que eso que soñamos como producto final no sea tal cual. Hay que ‘negociar’ y adaptarse a esa nueva casa”.
3- Establecer un sistema de organización con listas
Utilizar listas de verificación para cada etapa de la mudanza, desde el embalaje hasta la instalación en el nuevo hogar, ayuda a mantener todo bajo control. Dividir las tareas en pasos pequeños y manejables puede hacer que el proceso sea menos abrumador y más satisfactorio, sin dejar de lado que no hay que ponerse plazos inalcanzables.
“Es importante organizarse con tiempo para superar la experiencia y pensar cómo realizar el trabajo pesado”, propuso Orsi. Mientras que la doctora Leticia Fiorentini, del Servicio de Psiquiatría de Fleni, aportó ante la consulta de Infobae: “Hay que ser realista con las expectativas que se asocian a habitar el nuevo lugar. Debemos planificar con tiempo, organizar pautando tiempos y evitar decisiones precipitadas”.
“Las mudanzas constituyen una situación difícil, ya que hay un cúmulo de eventos: exigen gestionar trámites, conllevan costos económicos, confrontan con la incertidumbre, y requieren muchos cambios, a veces motivados por la expectativa de alcanzar una situación de mayor bienestar, pero en otras ocasiones no, como por ejemplo, las personas que deben mudarse para achicar costos”, consideró Fiorentini.
Stolkiner indicó: “Ante las mudanzas, hay que tener una capacidad de selección muy buena de las cosas que se van a retener y de las que nos vamos a desprender. Hay que aprender a hacer el duelo correctamente, y, en todo caso, si es posible, colocar algo de orden con respecto al proceso de mudanza, porque uno de los problemas que suele agregar mucha angustia es el desorden, el caos, las cosas que se pierden y que no se sabe dónde están”.
“No hay una única forma de mudanza: hay diversas formas que intervienen. Todas producen estrés en el sentido de que es un movimiento, un desplazamiento, una transformación de la rutina y de la vida cotidiana. Es una revisión de lo que se tiene y una revisión de la historia, muchas veces, porque a veces para mudarse hay que desprenderse de cosas que forman parte de la historia familiar o personal. En síntesis, yo creo que una mudanza es una de esas circunstancias que marcan un corte temporal en la vida de una persona y necesariamente van a producir estrés”, sostuvo Stokliner.
4- Mantener una rutina y hábitos saludables
Si bien el proceso de mudarse puede ser tedioso y, en muchos casos, obliga a pausar algunas actividades diarias como la actividad física o la preparación de comidas caseras, los expertos llaman a mantener, en la medida de lo posible, una rutina ordenada y saludable.
“Ante estas situaciones, resulta indispensable mantener un buen descanso, no restar horas de sueño, realizar ejercicio físico e intentar sostener las rutinas. Es positivo tener un poco de estrés, porque ayuda a realizar las actividades diarias, pero cuando pasa a ser excesivo tiene consecuencias físicas y psíquicas”, dijo Fiorentini.
Al tiempo que añadió: “Si en este proceso nos cuesta relajarnos, nos sentimos ansiosos o irritables o tenemos dificultad para concentrarnos, podemos estar experimentando un elevado nivel de estrés que afecta a nuestro funcionamiento. También podemos experimentar dolores físicos, malestar gástrico o insomnio. Si estos síntomas se vuelven persistentes y afectan nuestra vida o nuestro desempeño, entonces debemos consultar con un especialista”.
Laura Orsi cerró: “Algunas mudanzas están relacionadas con crecimientos: irse a vivir solos, comenzar una convivencia, casarse, y aquí también implica pactar con el otro cómo será la vida en una nueva casa y su dinámica. Cuando observamos que continúa el malestar (desadaptación) o aparecen otros síntomas psicosomáticos o depresión, es conveniente consultar con un profesional”.