Cada año, en Argentina, se diagnostican aproximadamente 130 mil nuevos casos de cáncer, según las últimas estadísticas oficiales. Además, se reportan cerca de 62 mil muertes anuales debido a esta enfermedad. Entre los diversos tipos de cáncer, se encuentra el sarcoma, una patología que, aunque no se puede prevenir, puede ser tratada de manera efectiva si se detecta a tiempo.
“Son tumores originados en huesos, músculos, vasos sanguíneos y grasa corporal, entre otros. Según la célula de origen es el tipo de sarcoma que se diagnostica. A veces es difícil obtener un correcto diagnóstico, ya que hay más de 70 subtipos de estos tumores. Es por ello que el patólogo hoy cuenta con herramientas para establecer el diagnóstico como inmunohistoquimica, test moleculares, traslocaciones y la clínica del paciente. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque las extremidades son la localización más frecuente, seguida del retroperitoneo”, explica la oncóloga Yanina Pflüger (MN 120531), jefa del servicio de Melanoma y Sarcoma del Instituto Alexander Fleming (IAF).
Las cifras oficiales sobre cuántos casos se dan por año en nuestro país son inciertas. Pero los datos a nivel internacional permiten desarrollar algunas aproximaciones. “La incidencia de los sarcomas en Argentina no se conocen con precisión debido a la falta de bases de datos. En Estados Unidos la incidencia es de 2.000 casos por año lo que representa, aproximadamente el 1% del total de los tumores. Si estimamos porcentajes similares en Argentina, podríamos pensar en hay una incidencia de 1.300 casos anuales. Los registros global indica que los casos de cáncer aumentan año tras año y los sarcomas no escapan a esa estadística”, remarca el doctor Tomas Soulé (MN 153912), oncólogo clínico del Área de sarcomas, melanomas y tumores genitourinarios del IAF.
El Día Internacional del Sarcoma se conmemora anualmente el 13 de julio con el objetivo de aumentar la conciencia sobre esta rara patología oncológica. La ocasión se orienta a informar a la población y enfatizar un aspecto crucial en el tratamiento de esta enfermedad: la detección temprana mejora significativamente las perspectivas de tratamiento.
Los síntomas del sarcoma
Una de las dificultades en la lucha contra el sarcoma es que no hay formas de prevenir el desarrollo de este tipo de tumores. ¿Cómo se generan? El doctor Andrés Rodríguez (MN 140049), oncólogo clínico del Instituto Alexander Fleming, explica que “la gran mayoría de estos tumores son esporádicos; es decir que no tiene una causa hereditaria o familiar. Menos comúnmente pueden estar asociados a algún componente hereditario o ser parte de un síndrome familiar como es el ejemplo de neurofibromatosis, Li Fraumeni, Retinoblastoma o la poliposis adenomatosa familiar. También se pueden generar en baja frecuencia en zonas que previamente recibieron tratamiento con radioterapia o en pacientes con afecciones previas como enfermedad de Paget o linfedema crónico”.
El experto agrega que no hay una estrategia sistematizada de detección precoz a través de exámenes periódicos ni tampoco medidas de prevención, por lo que siempre se recomienda hacer una consulta con un especialista ante la sospecha de un síntoma, los cuales pueden variar según el sitio de aparición y el efecto de masa que genere.
“Por ejemplo, en el abdomen, podemos sentir dolor, alteración del tránsito intestinal o deposiciones con sangre. Si es en las extremidades puede aparecer un bulto mayor a 5 centímetros sin causa directa relacionada, que permanece por un largo periodo de tiempo (semanas o meses). Por eso, es importante la primera consulta con un médico de cabecera para derivar, de manera temprana, a los centros de referencia y así poder realizar los estudios diagnósticos”, desarrolla.
Una diferencia clave y los estudios recomendados
Los sarcomas que se desarrollan en las extremidades pueden estar en los huesos o en las partes blandas, lo que representa una diferencia clave en la forma en que se presentan y desarrollan. “Al examen físico los sarcomas óseos se caracterizan principalmente por dolor progresivo, especialmente por la noche, y en casos más avanzados se puede observar y palpar una tumoración. Por el contrario, los sarcomas de las partes blandas son indoloros, salvo que sean muy grandes y que compriman algún nervio, su característica principal es el crecimiento progresivo de un bulto o tumoración visible y palpable en la extremidad afectada”, describe el doctor Erik Pebe Pueyrredón (MN 101707), jefe del departamento de Ortopedia y Traumatología del servicio de Ortopedia Oncológica del IAF.
Una vez que el paciente con una sospecha de sarcoma es derivado a un oncólogo, el especialista decide cuál es la estrategia más adecuada para confirmar o descartar el cuadro. “Los estudios para detectar un sarcoma van desde una radiografía simple en los sarcomas óseos, hasta estudios como la resonancia, donde uno puede caracterizar mejor la lesión en ambos casos. Pero la mejor forma de poder detectarlos tempranamente y estudiarlos, es sospechar de ellos y no confundirlos, como suele suceder, con lipomas, hematomas, abscesos, desgarros o artralgias. Un diagnóstico y tratamiento temprano mejora notablemente el pronóstico de los pacientes”, agrega el doctor Pebe Pueyrredón.
Por su parte, el cirujano Alejandro Pairola (MN 103360), del Staff de Cirugía Abdominal del Instituto Alexander Fleming, remarca que los estudios elegidos para cada paciente dependen “del tipo de sarcoma, su ubicación y para qué momento de la enfermedad se utiliza, si es para diagnóstico o para control de su tratamiento. Es por esto que es muy importante ser evaluado por un médico especialista en esta patología de manera de limitar el número de estudios innecesarios”.
Sobre este punto, los especialistas consultados coinciden en la importancia de que la etapa de diagnóstico sea guiada por expertos en este tipo de tumores. “Solo la biopsia, si no es realizada por un médico especializado en sarcomas, impacta en la supervivencia de los pacientes; por lo que sin lugar a dudas tiene que ser evaluado por un grupo multidisciplinario. Esto ayuda a dar cada paso en el diagnóstico y tratamiento de manera segura y disminuyendo prácticamente a cero errores en procedimientos que perjudiquen a los pacientes”, sostiene el doctor Tomas Soulé.
Cómo se trata un sarcoma
“Es difícil generalizar el tratamiento para todos los sarcomas como tipo tumoral. No todos se tratan de igual manera, ya que esto dependerá de tipo tumoral y de la instancia de presentación de la enfermedad. En general, podríamos decir que, si la enfermedad está localizada, la cirugía debería ser el gesto principal y que se deberá discutir si requiere además quimio y/o radioterapia antes o luego de la misma”, explica la doctora Pflüger.
Aclara además que para aquellos pacientes con enfermedad avanzada o que no puede ser operada, la quimioterapia sistémica es el tratamiento de elección. Y en algunas instancias también lo serán las terapias dirigidas.
Los especialistas destacan que hay dos cuestiones fundamentales para el mejor manejo del paciente: el trabajo multidisciplinario y la atención en centros de referencia.
“El equipo multidisciplinario de mínima involucra oncólogo, cirujano, patólogo, radiólogo y radioterapeuta. La discusión de los casos entre ellos para definir el mejor plan terapéutico es crucial. Si además eso se realiza en centros de referencia, donde la casuística y expertise es mayor, está demostrado que los resultados serán mejores para los pacientes”, concluye la jefa del servicio de Melanoma y Sarcoma del Instituto Alexander Fleming.