La enfermedad de la visión asociada a la diabetes que la mayoría de los pacientes desconoce

El avance de la diabetes en el mundo es un signo de nuestra época, y esto se debe a que este aumento es impulsado principalmente por los casos de diabetes tipo 2, cuyos principales factores de riesgo son el sobrepeso y la obesidad, derivados de la mala alimentación.

A esta realidad no escapa la región: en América Latina la población con diabetes crecerá 180% para 2050, según un estudio publicado el año pasado en la revista The Lancet.

Cuando una enfermedad aumenta su prevalencia también lo hacen las complicaciones de salud derivadas. En este caso, esto implica un mayor riesgo de sufrir enfermedades graves asociadas a la diabetes, como las afecciones cardiovasculares, la insuficiencia renal o la pérdida de visión, que sin diagnóstico ni tratamiento médico puede avanzar hasta la ceguera.

El primer paso para tratar una enfermedad es diagnosticarla ya que no se puede tratar aquello que no se conoce y una barrera importantísima para la prevención radica en que la mayoría de los pacientes desconocen las enfermedades de la visión asociadas a la diabetes y al envejecimiento.

Un relevamiento con entrevistas a 8.000 personas en Brasil, Colombia, Argentina y México, reveló que el 66% no conoce qué es la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) y el 76% ignora qué es la retinopatía diabética, una condición que puede causar el Edema Macular Diabético (EMD) y que constituye la principal causa de pérdida de visión en personas con diabetes.

Otro dato preocupante mostró que el 57% de los encuestados cree que la falta de control de la diabetes es una de las principales causas de ceguera, mientras que el 51% piensa que la pérdida de visión se debe a una infección ocular.

Los datos surgen de un informe al que accedió Infobae, elaborado por la consultora brasileña Ipec, presentado en San Pablo, Brasil, y encargado por el gigante farmacéutico Bayer.

La vista es, posiblemente, el más valorado de los sentidos del ser humano. Y no es casual, ya que pensamos, soñamos y recordamos los momentos más felices de la vida asociados a las imágenes que grabamos en nuestra retina a lo largo de los años.

En los mayores de 50 años, dos de las principales causas de pérdida de visión son la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) y el edema macular diabético.

La degeneración macular relacionada con la edad implica la degradación del área central de la retina y afecta principalmente la visión central. Los síntomas habituales incluyen visión borrosa en el centro del campo visual o la aparición de un punto ciego. La DMAE se presenta en dos variantes: húmeda y seca. La forma seca constituye el 90% de los casos y se distingue por su progresión más lenta. En contraste, la forma húmeda es más agresiva y puede llevar a una pérdida rápida de la visión central.

En las personas con diabetes, cuanto más elevados son los niveles de glucosa en sangre del paciente, más rápido aparecen las enfermedades oculares graves que dañan los vasos sanguíneos de la retina. Una de estas afecciones es el edema macular diabético, que consiste en una hinchazón en la mácula, la región central de la retina y la que permite ver los detalles finos.

La retina recibe el estímulo visual y lo envía al cerebro a través del nervio óptico. En los pacientes con edema macular diabético se produce un engrosamiento de la retina debido a la acumulación anormal de fluido, lo que se traduce en visión borrosa, líneas rectas que se ven curvas, dificultad par ver cuando hay resplandor o luz brillante o para ver los colores vibrantes.

Infobae recorrió, junto a un grupo de periodistas de América Latina, el Hospital Santa Casa de San Pablo, una institución pública brasileña de referencia en la región integrada por unidades de atención ambulatoria, un hospital central de alta complejidad y un centro de formación universitaria. Más de tres millones de personas de distintos puntos de Brasil se atienden en el complejo sanitario cada año.

El médico oftalmólogo Ronaldo Sano, jefe del sector de retina en el Hospital Santa Casa de San Pablo Brasil, advirtió a Infobae que en pacientes con controles inadecuados, cuando los niveles de glucosa en sangre permanecen altos por mucho tiempo, la diabetes puede dañar los vasos sanguíneos en la parte posterior del ojo y causar lesión en la estructura ocular.

Una de las condiciones más prevalentes en estos pacientes es el edema macular diabético, cuyos síntomas incluyen fluctuación de la agudeza visual durante el día, debido a los picos de glucemia, y la sensación de pérdida de visión central, acompañada de la observación de “moscas volando” o puntos negros, detalló el oftalmólogo quien también es doctor en Neurociencias por la Universidad de San Pablo.

El primer paso para prevenir estas secuelas es la consulta médica periódica, es decir, hacerse los controles para evaluar el estado de la visión.

“En América Latina, el control del diabetes no es adecuado, por ejemplo, en Brasil solo se controla el 20% de los pacientes”, advirtió el doctor Sano quien resaltó, además, que “el 50% de los pacientes nunca se ha realizado un examen de fondo de ojos”, lo que incrementa el riesgo de complicaciones.

Entre las opciones terapéuticas disponibles, la terapia con la molécula aflibercept es un tratamiento inyectable para prevenir tanto la progresión de la DMAE en su forma húmeda como el edema macular diabético.

A fin de mayo se aprobó en Argentina un cambio que facilita el tratamiento para los pacientes. Aflibercept está disponible en Argentina desde hace más de una década y ahora la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó una nueva dosificación (de 2mg a 8mg) que extenderá el tiempo entre las aplicaciones, una novedad que apunta a mejorar la adherencia de los pacientes al tratamiento. En la región, este cambio en la dosificación también fue aprobado por las agencias reguladoras de Brasil y México.

Es un medicamento antiangiogénico que se inyecta en el ojo para retrasar la pérdida de la visión ya que bloquea el crecimiento y escape de fluidos de los vasos sanguíneos. La aplicación debe ser realizada por un oftalmólogo y se realiza de forma ambulatoria.

¿Por qué cambiar la dosificación facilita el tratamiento? Porque una dosis mayor de la droga permite ampliar los intervalos entre cada inyección: la versión actual requiere aplicaciones cada 8 semanas y la nueva puede aplicarse de forma más espaciada, lo que podría implicar para los pacientes, recibirla cada cuatro meses o dos veces al año, según lo que evalúe el oftalmólogo.

La versión de 8mg de aflibercept, estará disponible en Argentina en el segundo semestre de este año, según anticipó a Infobae Daniel Londero, presidente de la División Farmacéutica de Bayer para el Cono Sur.

Es importante destacar que la diabetes es la segunda causa de ceguera, aunque la ceguera causada por esta enfermedad es completamente prevenible. El control de los niveles de glucemia y las visitas regulares al oftalmólogo son la principal medida para prevenir problemas de visión.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que mantener una dieta equilibrada, realizar actividad física con regularidad, mantener un peso adecuado y evitar el tabaquismo son medidas efectivas para prevenir o retrasar la diabetes tipo 2. Además, obviamente, es preciso seguir las indicaciones médicas en caso de requerir medicación y realizar los chequeos de salud periódicos.