Qué le pasa al cuerpo cuando se deja de fumar

Abandonar el cigarrillo desencadena mejoras notables casi de inmediato. Así cómo evoluciona el cuerpo y el impacto en la salud a lo largo del tiempo

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El cese del tabaquismo mejora la salud cardiovascular y reduce riesgos de enfermedades (Imagen Ilustrativa Infobae)
El cese del tabaquismo mejora la salud cardiovascular y reduce riesgos de enfermedades (Imagen Ilustrativa Infobae)

Dejar de fumar es una decisión trascendental que puede tener un impacto enorme en la salud y el bienestar general de una persona. A medida que la conciencia sobre los riesgos del tabaquismo aumenta, cada vez más individuos están optando por abandonar este hábito perjudicial. Sin embargo, pocos conocen en profundidad las transformaciones que experimenta el organismo tras la última bocanada de humo.

El proceso de dejar de fumar desencadena una serie de cambios fisiológicos y psicológicos en el cuerpo. Desde las primeras horas hasta varios años después de abandonar el tabaco, el organismo inicia una laboriosa tarea de recuperación y regeneración. Estas modificaciones abarcan una amplia gama de aspectos, desde la mejora de la función pulmonar hasta la reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Comprender las etapas y efectos del cese del tabaquismo puede ser una herramienta poderosa para quienes buscan dejar de fumar. A través de una visión detallada de estos cambios, es posible valorar los beneficios tangibles que se obtienen al optar por una vida libre de humo, proporcionando una motivación extra para mantenerse firme en esta decisión.

Qué sucede en el cuerpo cuando se deja el cigarrillo

A los 20 minutos

El ritmo cardíaco y la presión sanguínea comienzan a disminuir, mejorando la salud cardiovascular.

A las 12 horas

El nivel de monóxido de carbono en la sangre desciende a niveles normales, aumentando la cantidad de oxígeno disponible en el cuerpo.

De 2 semanas a 3 meses

La circulación sanguínea mejora y la función pulmonar aumenta, facilitando actividades físicas cotidianas.

De 1 a 9 meses

Se reduce la tos y la dificultad para respirar. Los cilios en los pulmones, que se encargan de eliminar mucosidades, comienzan a funcionar de manera más eficiente, disminuyendo el riesgo de infecciones pulmonares.

Al 1 año

El riesgo de padecer cardiopatía coronaria se reduce a la mitad en comparación con una persona que sigue fumando. El riesgo de sufrir un ataque cardíaco disminuye significativamente.

A los 5 años

El riesgo de cánceres de boca, garganta, esófago y vejiga se reduce a la mitad. El riesgo de cáncer de cuello uterino se iguala al de una mujer que nunca ha fumado. El riesgo de accidentes cerebrovasculares puede reducirse al nivel de una persona que no fuma.

Abandonar el cigarrillo inicia cambios fisiológicos y psicológicos positivos en el cuerpo (Imagen Ilustrativa Infobae)
Abandonar el cigarrillo inicia cambios fisiológicos y psicológicos positivos en el cuerpo (Imagen Ilustrativa Infobae)

A los 10 años

El riesgo de morir por cáncer de pulmón se reduce aproximadamente a la mitad del que tiene una persona fumadora. Disminuye el riesgo de cáncer de laringe y páncreas.

A los 15 años

El riesgo de sufrir cardiopatía coronaria se equipara al de una persona que nunca ha fumado, completando la recuperación cardiovascular.

Beneficios adicionales

Dejar de fumar reduce el riesgo de diabetes, mejora la función de los vasos sanguíneos y contribuye a una mejor función cardíaca y pulmonar. Además, dejar de fumar a cualquier edad puede añadir años de vida que de otro modo se perderían debido al tabaquismo. Otros beneficios incluyen una mejor percepción del gusto y el olfato, una apariencia más saludable y un ahorro económico considerable.

Técnicas para dejar de fumar

Técnicas de relajación y ejercicio contribuyen a gestionar el estrés al dejar de fumar (Imagen Ilustrativa Infobae).
Técnicas de relajación y ejercicio contribuyen a gestionar el estrés al dejar de fumar (Imagen Ilustrativa Infobae).
  • Terapia de Reemplazo de Nicotina (TRN): Utilización de parches, chicles o pastillas que liberan pequeñas dosis de nicotina para reducir gradualmente la dependencia.
  • Medicación: Prescripción de medicamentos como bupropión o vareniclina, que pueden ayudar a reducir los antojos y síntomas de abstinencia.
  • Terapia Conductual: Sesiones con un terapeuta para identificar y cambiar los factores desencadenantes y comportamientos asociados al tabaquismo.
  • Aplicaciones y Recursos en Línea: Utilización de aplicaciones móviles y sitios web diseñados para proporcionar apoyo, seguimiento y consejos para dejar de fumar.
  • Grupos de Apoyo: Participación en grupos de apoyo para compartir experiencias y recibir motivación de otras personas en proceso de dejar de fumar.
  • Técnicas de Relajación: Prácticas como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración para manejar el estrés y la ansiedad que pueden desencadenar el deseo de fumar.
  • Evitar Desencadenantes: Identificación y evitación de situaciones o personas que puedan inducir al consumo de tabaco.
  • Recompensas Personales: Establecimiento de un sistema de recompensas personales para mantener la motivación, celebrando hitos importantes en el camino hacia dejar de fumar.
  • Ejercicio Físico: Incorporación de actividad física regular para mejorar el bienestar general y reducir el estrés.
  • Consultas Médicas Regulares: Seguimiento periódico con profesionales de la salud para evaluar el progreso y recibir apoyo.
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