(Carole Tanzer Miller - HealthDay News) -- ¿Puedes confiar en tu instinto? Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés) han demostrado que las personas que tienen un alto nivel de resiliencia, lo que significa que aceptan el cambio de manera positiva y siguen sus instintos, tienen que agradecer en parte a las bacterias que viven en su aparato digestivo.
Su nuevo estudio analizó los cerebros y los microbiomas intestinales de las personas que afrontan eficazmente diferentes tipos de estrés, incluido el aislamiento social y la discriminación. Encontrar formas de prevenir el estrés puede ayudar a prevenir la enfermedad cardiaca, el accidente cerebrovascular, la obesidad y la diabetes, explicaron los investigadores.
"Si podemos identificar cómo son un cerebro y un microbioma sanos y resistentes, entonces podemos desarrollar intervenciones dirigidas a esas áreas para reducir el estrés", señaló la autora principal del estudio, Arpana Gupta, codirectora del Centro de Microbioma Goodman-Luskin de la UCLA.
En el estudio, el equipo de Gupta encuestó a 116 personas sobre su resiliencia y las dividió en dos grupos: uno con una calificación alta en resiliencia y el otro con una calificación baja. Los participantes dieron muestras de heces y se sometieron a resonancias magnéticas cerebrales.
El estudio encontró que las personas que eran altamente resilientes tenían actividad cerebral en regiones asociadas con la regulación emocional y mejores habilidades de pensamiento que el grupo con baja resiliencia.
"Cuando ocurre un factor estresante, con frecuencia acudimos a esta respuesta excitada de lucha o huida, y esto afecta a los descansos en el cerebro", dijo Gupta en un comunicado de prensa de la UCLA.
“Se encontró que los individuos altamente resistentes en el estudio eran mejores en la regulación de sus emociones, menos propensos a catastrofizar y mantener la cabeza fría”, agregó la primera autora Desiree Delgadillo, investigadora postdoctoral en UCLA. Además de las diferencias cerebrales, algo único estaba sucediendo en sus entrañas.
Sus microbios intestinales excretaban sustancias químicas y exhibían actividad genética relacionada con bajos niveles de inflamación y una fuerte barrera intestinal. La inflamación causa lo que se conoce como un "intestino permeable", que afecta la capacidad del cuerpo para absorber los nutrientes necesarios y bloquear las toxinas.
Los investigadores se sorprendieron al encontrar estos rasgos del microbioma en los participantes altamente resistentes.
"La resiliencia es realmente un fenómeno de todo el cuerpo que no solo afecta al cerebro, sino también al microbioma y a los metabolitos que produce", dijo Gupta.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 21 de junio de la revista Nature Mental Health. El siguiente paso es investigar si una intervención para aumentar la resiliencia cambiará la actividad en el cerebro y el intestino.
"Podríamos tener tratamientos que se dirijan tanto al cerebro como al intestino y que tal vez algún día puedan prevenir la enfermedad", dijo Gupta.
Más información
La Asociación Americana de Psicología tiene una guía para desarrollar la resiliencia.
FUENTE: UCLA Health, comunicado de prensa, 21 de junio de 2024