Los calambres en las piernas, ejemplos claros de contracciones musculares involuntarias y dolorosas, son episodios comunes que pueden afectar a cualquier persona, en cualquier momento, incluso durante el sueño. Aunque no siempre hay una razón obvia para su aparición, estudios científicos y testimonios de expertos han identificado varias causas y remedios para esta condición.
Estos espasmos son contracciones involuntarias de los músculos que pueden durar desde unos segundos hasta minutos. Los calambres musculares están provocados por una combinación de factores y pueden producirse en diferentes situaciones, tanto en acción como en reposo.
La acumulación de ácido láctico en los músculos es un factor determinante. Los calambres afectan principalmente a los músculos esqueléticos de la pantorrilla, aunque también pueden afectar los muslos y las plantas de los pies.
A nivel general, la deshidratación, la fatiga muscular, problemas circulatorios y ciertas enfermedades o medicamentos son algunas de las principales causas identificadas. Karena Wu, fisioterapeuta y propietaria de ActiveCare Physical Therapy, explicó que “existe un claro patrón estacional en la frecuencia de los calambres musculares, con cifras más altas en verano y más bajas en invierno”.
Los calambres nocturnos, aquellos que despiertan a las personas en mitad de la noche, son particularmente molestos y preocupantes. No hay una única causa que explique por qué se producen calambres en las piernas, destacando la falta de consenso en la comunidad médica sobre su origen exacto. Sin embargo, se sugiere que los estiramientos antes de dormir pueden disminuir su frecuencia y severidad.
Por su parte, Casey Kelley, médico de medicina integrativa y fundador y director médico en Case Integrative Health, sostiene que “la mayoría son de corta duración, con una duración de unos pocos segundos a unos pocos minutos. Sin embargo, una vez que el calambre se resuelve, el músculo puede sentirse dolorido durante unos días”.
Una alteración del equilibrio de electrolitos como el potasio, el magnesio, el calcio y el sodio es una de las principales causas de los calambres. La carencia de magnesio, por ejemplo, es común en los calambres deportivos, mientras que la falta de calcio puede provocar calambres en reposo. La pérdida masiva de minerales y agua durante el ejercicio, lo que lleva a la deshidratación, también contribuye a esta condición.
Recomendaciones para evitar los calambres
Para prevenir los calambres, estos expertos recomiendan varios métodos. Es esencial reponer líquidos y sales minerales, especialmente durante entrenamientos intensos. Aconseja beber agua mineral antes, durante y después del ejercicio, y no subestimar la importancia de una dieta equilibrada que incluya suficientes sales minerales.
Otra medida preventiva es realizar estiramientos post-ejercicio para eliminar el ácido láctico, lo cual forma parte de los remedios inmediatos para combatir los calambres. Cambiar la postura de las piernas mientras se duerme puede ayudar, por ejemplo, manteniendo los pies en una posición relajada si se duerme boca abajo, o apuntando hacia arriba con la ayuda de una almohada si se duerme boca arriba.
Con respecto a los remedios inmediatos durante un calambre, el estiramiento del músculo afectado mientras se contrae el músculo antagonista es una técnica efectiva. Conca desaconseja el uso de hielo o frío, que pueden provocar una mayor contracción muscular. En su lugar, se sugiere un suave masaje relajante o un tratamiento de calor tibio para aliviar el espasmo.
La atención a la ropa de cama también es un consejo útil para prevenir estos episodios nocturnos. Mantener las sábanas y frazadas sueltas para evitar que los pies apunten hacia abajo, lo que puede provocar calambres.
Es importante destacar que los calambres, aunque generalmente no son motivo de preocupación, pueden ser un indicador de un problema de salud subyacente si se producen con mucha frecuencia. En tales casos, Conca recomienda consultar a un médico para una evaluación más profunda.