Los días fríos, más cortos y sin sol suelen desanimar a mucha gente. Pero para algunas personas “la tristeza del invierno” produce síntomas de depresión intensos y persistentes que llevan el nombre de trastorno afectivo estacional (TAE).
Esta es una forma de depresión mayor que algunas personas sufren a fines del otoño y durante los meses de invierno. Y más raramente, puede ocurrir a principios de primavera.
La doctora Laura Maffei (MNº 62441), médica endocrinóloga especialista en estrés y directora de Maffei Centro Médico, explicó a Infobae: “El trastorno afectivo estacional es una alteración en el ánimo que puede llegar a una depresión, inclusive una depresión importante, que afecta una etapa del año, cuando empieza el otoño y transcurre a lo largo de todo el invierno. Se caracteriza porque cambia el estado de ánimo de la persona, que está más triste, irritable, se siente desesperanzada, se queja y tiene pensamientos negativos”.
La doctora señaló que la persona afectada no puede disfrutar, “mientras que en el verano puede hacerlo, durante el invierno, no. Le falta energía, está cansada, puede tener un cambio en el ritmo del sueño y una mayor tendencia a comer hidratos de carbono, comidas más calóricas. Otros pueden tener dificultades para concentrarse”, describió la experta.
Cuáles son sus causas
Los investigadores han observado que las personas que padecen TAE suelen tener un desequilibrio en la producción de serotonina (que afecta al estado de ánimo) o de melatonina (una hormona que regula el sueño) y falta de vitamina D.
En una nota reciente, el doctor Diego Golombek, investigador superior del Conicet en la Universidad de San Andrés y en la Universidad Nacional de Quilmes, explicó a Infobae cómo la alteración de los ritmos circadianos provoca una serie de consecuencias que no solo afectan la salud física sino también la mental.
“Cuando disminuye la cantidad de horas de luz por día de un cierto valor crítico en invierno en algunas personas se da un tipo de depresión que se llama trastorno afectivo estacional (en inglés SAD, por sus siglas Seasonal Affective Disorder) y, obviamente, se indica psicoterapia, farmacología, etc., pero a diferencia de otros tipos de depresión también se la puede tratar con luz, con fototerapia, con luminoterapia, que si bien no cura, sí puede hacer que los síntomas disminuyan hasta que vuelva la luz natural y desaparezcan al menos por un tiempo, porque es una enfermedad periódica”, detalló Golombek.
Este trastorno se relaciona con dos neurotransmisores y hormonas, explicó la doctora Maffei. “Todos los individuos, tenemos un antidepresivo natural, que es la serotonina, y que sus niveles incrementan las sensaciones de bienestar. Por eso, para poder mejorar este estado depresivo muchas veces se indica hacer actividad física al aire libre, estar expuesto a la luz solar, pasar tiempos con amigos, pedir ayuda cuando se necesita, estar bien hidratado y comer saludablemente. Todas estas cosas mejoran la serotonina y se trata de estimular la serotonina endógena. Si esto no es suficiente, se tiene que indicar un antidepresivo”, afirmó la doctora.
Por otro lado, se relaciona con la melatonina. “Esta es una hormona que nos permite adaptarnos a la oscuridad, hace que tengamos menos sueño, menos energía. Claramente, los días más cortos y oscuros elevan la melatonina. Entonces, por un lado se reduce el nivel de serotonina y, por el otro lado, se aumenta la melatonina”, dijo Maffei.
En las personas con trastorno afectivo estacional, estos cambios en la serotonina y la melatonina alteran los ritmos diarios normales. Como resultado, ya no pueden adaptarse a los cambios estacionales relacionados con la duración del día, lo que provoca efectos en el sueño, el estado de ánimo y el comportamiento.
Los síntomas más comunes
El trastorno afectivo estacional se manifiesta a través de estos síntomas, según la Clínica Mayo:
- Estado de ánimo deprimido, sentirse más triste y desanimado
- Irritabilidad o cambios de humor
- Problemas para llevarse bien con los demás
- Fatiga y exceso de sueño
- Cambios en el apetito, como antojo de alimentos ricos en carbohidratos
- Aumento de peso
A principios de la primavera, los síntomas pueden incluir:
- Depresión
- Problemas para dormir
- Ansiedad
- Pérdida de peso
Para confirmar el diagnóstico, lo más importante es constatar la presencia recurrente de estos episodios depresivos en una época, sobre todo en otoño o invierno.
El doctor Claudio Fullerton, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes de Chile, señaló: “Debe darse año a año. Incluso, las personas saben que se van a sentir mal”, y agregó que el cuadro es grave, con sintomatología intensa, ”no son las variaciones simples que se puede tener a veces en cuanto al estado anímico cuando hay algún día con menos luz”.
Y recomendó: “Si estos síntomas están interfiriendo con la vida, entonces es necesario acudir a un especialista, principalmente debido a los riesgos que pudiera conllevar. Una depresión puede afectar profundamente lo familiar, laboral, afectivo o social, pero además puede alterar el autocuidado y, en casos severos, llevar incluso a la persona a hacerse daño a sí misma, incluyendo intentos de suicidio. Por lo tanto, es importante siempre tener un cuidado en estos casos”.
Cómo es el tratamiento
Se puede dividir en cuatro categorías principales y utilizarse solos o combinarse, afirmó el Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos:
- Medicamentos antidepresivos
- Fototerapia (terapia con luz)
- Psicoterapia
- Vitamina D
“En la actualidad, el tratamiento del trastorno afectivo estacional se basa en el uso de medicamentos antidepresivos”, explicó el doctor Fullerton.
También se utiliza la fototerapia, que es el uso de luz brillante a través de lámparas específicas para este trastorno. “Se indica tratar de pasar más tiempo a la luz y también tratamiento con terapias lumínicas en las cuales la persona se sienta unos 45 minutos delante de un panel de luz que está colocado sobre una mesa”, indicó la doctora Maffei.
La luz de este dispositivo es aproximadamente 20 veces más brillante que la luz interior normal y filtra la luz ultravioleta potencialmente dañina, lo que hace que sea un tratamiento seguro para la mayoría de las personas, afirmó el instituto.
Y agregó la entidad: “La psicoterapia puede ayudar a las personas con trastorno afectivo estacional al enseñarles nuevas formas de pensar y de comportarse, y al cambiar hábitos que contribuyen a la depresión”.
La terapia cognitivo-conductual es un tipo de psicoterapia destinada a ayudar a las personas a aprender a desafiar y cambiar pensamientos y comportamientos negativos para mejorar sus sentimientos de depresión y ansiedad. Este tipo de terapia se ha adaptado para personas con trastorno afectivo estacional, aclaró el instituto.
Recomendaciones
Dada la estacionalidad que caracteriza este trastorno, es común que las personas diagnosticadas de TAE lo vuelvan a padecer al año siguiente, por eso la prevención es crucial. Reforzar ciertos hábitos saludables, evitar las pantallas por la noche, dar paseos al aire libre, exponerse a la luz natural o tener un buen entorno social, pueden ser de gran ayuda para evitar el TAE.
Además del tratamiento, la Clínica Mayo brindó los siguientes consejos:
- Consumir una dieta bien balanceada. Si no se lleva una alimentación equilibrada, se están perdiendo los nutrientes que promueven un estado de ánimo positivo. Incluir en el menú alimentos como frutas, verduras, cereales integrales y frutos secos.
- Hacer ejercicio moderado de forma regular para mejorar el estado de ánimo y sus niveles de energía.
- Dormir lo suficiente. Cuando esto no ocurre se afectan los pensamientos, estado de ánimo y función cognitiva en general. Las necesidades de sueño varían de persona a persona, pero lo recomendado para adultos es un promedio de 7 horas diarias.