Enfermedades respiratorias: la importancia de la vacunación y 10 estrategias para fortalecer las defensas

El frío favorece la propagación de virus como el COVID-19, influenza y VSR, que puede causar desde bronquiolitis hasta neumonías. Los expertos recomiendan intensificar las medidas de prevención y completar el calendario de vacunación

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Los espacios cerrados y la
Los espacios cerrados y la poca ventilación incrementan los contagios de las enfermedades respiratorias en invierno - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Comenzó el frío y con él, el aumento de las enfermedades respiratorias. Estos trastornos son el principal problema de salud que se trata en las guardias médicas durante los meses de invierno y resultan la principal causa de internación. Afectan a toda la población pero, fundamentalmente, a los menores de 5 años y a las personas de más de 65 años.

¿La causa? En los meses fríos se presentan las condiciones ambientales que facilitan la propagación de virus que, al complicarse, pueden causar infecciones respiratorias de origen bacteriano y hospitalizaciones, dicen los expertos.

De acuerdo al Boletín epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación, en las últimas semanas, se ha detectado la circulación de varios virus respiratorios, entre ellos el del COVID-19 (SARS-CoV-2), la influenza, el Virus Sincicial Respiratorio (VSR, que puede causar tanto bronquiolitis, resfríos y neumonías), el adenovirus, el metapneumovirus y la parainfluenza (que puede provocar bronquiolitis, bronquitis y ciertos tipos de neumonía).

“La semana 19 ha mostrado un notable incremento en los casos de influenza y VSR, lo cual ha venido acompañado de un aumento en las hospitalizaciones: 0,68% debido al COVID-19, 14,44% por influenza y 20% por VSR”, destacaron desde la Sociedad Argentina de Infectología.

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En los meses fríos se presentan las condiciones ambientales que facilitan la propagación de virus que, al complicarse, pueden causar infecciones respiratorias de origen bacteriano y hospitalizaciones, dicen los expertos (Imagen Ilustrativa Infobae)

¿Por qué en otoño e invierno aumentan los casos de enfermedades respiratorias? La doctora Leda Guzzi, de la comisión de comunicación de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) explicó a Infobae en una nota reciente que este fenómeno se debe a que las personas están más tiempo en espacios cerrados y hay poca ventilación”.

Otro factor que influye es que “la inmunidad de una persona puede no funcionar tan bien en los meses de invierno. Esto se debe a que las cilias, unas pequeñas proyecciones pilosas de las vías respiratorias superiores que suelen expulsar los cuerpos extraños de la nariz, no funcionan tan bien cuando las temperaturas son más frías y la humedad más baja. Por eso, algunos patógenos pueden persistir en las vías respiratorias altas durante más tiempo”, acotó la doctora Guzzi.

Por otro lado, el doctor Óscar Fielbaum, pediatra broncopulmonar de Clínica Las Condes de Chile, indicó: “Las manos son una de las vías de transmisión que más contagia. El adulto que estornuda, se tapa la boca o se suena la nariz, queda con sus manos contaminadas. Si con ellas alimenta o cambia a un niño, lo va a contagiar. Lavarse las manos después de estornudar o sonarse la nariz, es fundamental”, destacó.

Ante este escenario es importante intensificar las medidas de prevención y recordar las indicaciones de vacunación para completar el calendario.

La inmunidad disminuye en invierno,
La inmunidad disminuye en invierno, facilitando la persistencia de virus en vías respiratorias (Imagen ilustrativa Infobae)

Para prevenir enfermedades respiratorias tales como la gripe, la bronquiolitis, la bronquitis y la neumonía, entre otras, es importante aplicarse las vacunas incluidas en el Calendario Nacional de Vacunación.

Vacunación antigripal

  • De 6 a 24 meses de edad: deben recibir 2 dosis, separadas por al menos 4 semanas si no hubieran recibido anteriormente dos dosis de vacuna antigripal.
  • Personas gestantes (en cualquier trimestre del embarazo) o si no la recibieron antes, durante el puerperio dentro de los 10 días posteriores al parto.
  • Mayores de 65 años
  • Personal de salud
  • Personas entre los 2 y los 64 años que tengan factores de riesgo.

Recordar que la vacuna antigripal puede coadministarse con otras vacunas del calendario y con la vacuna contra COVID-19.

Las vacunas antigripales y contra
Las vacunas antigripales y contra COVID-19 son esenciales para prevenir las complicaciones invernales - (Imagen Ilustrativa Infobae)

Vacunación contra COVID-19

Todas las personas a partir de los 6 meses de edad deben contar con esquema primario y al menos un refuerzo de acuerdo a las siguientes recomendaciones:

  • Riesgo alto de COVID-19 grave: personas de 50 años o mayores, personas gestantes y personas con inmunocompromiso a partir de los 6 meses de vida. Se aplicará una dosis de refuerzo a los seis (6) meses desde la última dosis aplicada y luego continuará con la misma periodicidad (cada 6 meses).
  • Riesgo intermedio de COVID-19 grave o alta exposición laboral a SARS-CoV-2: personas menores de 50 años con comorbilidades no inmunosupresoras (enfermedades crónicas, obesidad), personal de salud y personal estratégico. Dosis de refuerzo a los 6 meses desde la última dosis aplicada y luego continuar con una periodicidad anual.
  • Riesgo bajo de COVID-19 grave: personas entre 6 meses y 49 años inclusive sin comorbilidades. Dosis de refuerzo a los doce (12) meses de la última dosis aplicada y luego continuar con periodicidad anual.
Lavarse las manos es una
Lavarse las manos es una de las mejores estrategias para prevenir contagios de enfermedades (Imagen ilustrativa Infobae)

Vacunación contra VSR

Está indicada en personas gestantes entre las semanas 32.0 a 36.6 del embarazo, durante la temporada de circulación del virus, para proteger al recién nacido contra la bronquiolitis y neumonía por VSR durante los primeros 6 meses de vida.

Vacunación contra el neumococo

Deben recibir la vacuna los bebés a los 2, 4 y 12 meses de vida. Los que no completen ese esquema de tres vacunaciones, deben hacerlo antes de los 5 años. También deben recibirla los niños y adultos con factores de riesgo y adultos mayores de 65 años (esquema secuencial de dos vacunas).

10 medidas de prevención

El consumo de legumbres, verduras
El consumo de legumbres, verduras y frutas ricas en vitamina C es muy importante para cuidar el sistema inmunitario - (Imagen Ilustrativa Infobae)

1. Dieta equilibrada: Consumir una variedad de frutas y verduras ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales, como vitamina C (presente en cítricos, kiwi y frutillas), vitamina A (en zanahorias y espinacas) y zinc (en frutos secos y legumbres). La doctora Iva Marques Lopes, miembro de honor y patrona de la Academia Española de Nutrición y Dietética, señaló a la comida ultraprocesada como contraproducente: “Por un lado, altera la microbiota y, por otro, carece de micronutrientes, que son los principales factores nutricionales para el sistema inmune”.

2. Hidratación: se ha demostrado que estados de baja hidratación nos hacen más vulnerables a los gérmenes, por lo que beber suficiente agua es esencial para mantener el cuerpo bien hidratado, lo que beneficia al sistema inmunológico.

3. Descanso adecuado: Dormir de 7 a 9 horas por noche es esencial, ya que el sueño contribuye a la recuperación y reparación del sistema inmunológico.

4. Actividad física regular: El ejercicio moderado puede aumentar la producción de células inmunológicas y mejorar la salud en general. Se recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana.

El descanso adecuado contribuye a
El descanso adecuado contribuye a la recuperación y reparación del sistema inmunológico, lo que protege de las enfermedades (Imagen Ilustrativa Infobae)

5. Lavarse las manos con agua y jabón después de volver de la calle, antes de cocinar o comer y después de ir al baño o cambiar pañales. Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC), “lavarse las manos reduce la posible propagación de gérmenes, incluidos los resistentes a los antibióticos”.

6. Ventilar todos los ambientes a diario.

7. No fumar y mantener los ambientes libres de humo.

8. No automedicarse. El consumo de remedios sin receta puede ocultar los síntomas de la enfermedad, dificultando un diagnóstico correcto y empeorando el cuadro clínico.

9. Mantener reposo en la casa mientras continúen los síntomas. “Puede retomar sus actividades habituales cuando, durante al menos 24 horas, se cumplan estas dos condiciones: que sus síntomas mejoren en general, y que no haya tenido fiebre (sin necesidad de tomar medicamentos que reducen la fiebre)”, aconsejó CDC.

10. Cubrirse la boca al toser o estornudar con un pañuelo descartable o con el pliegue del codo para evitar contagiar a otros, recomendó CDC.

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