La memoria desempeña un papel fundamental en la vida de las personas, dado que permite recordar experiencias pasadas, aprender nuevas habilidades, reconocer personas y objetos, acordarse de cosas planeadas para el futuro y tomar decisiones basadas en las diversas vivencias.
Existen diferentes tipos de memoria, uno de ellos es la memoria prospectiva. En línea con ello, la licenciada Lucía Bachetti, psicóloga e integrante del departamento de Neuropsicología de INECO comentó: “Este tipo de memoria funciona como un asistente personal del futuro, ayudándonos a recordar, realizar acciones en momentos específicos”.
A su vez, la profesional explicó: “Podemos categorizarla en dos tipos: memoria prospectiva basada en eventos (generalmente guiada por una señal externa como, por ejemplo, recordar comprar los ingredientes para la cena de la noche al pasar por un supermercado) y memoria prospectiva basada en el tiempo (por ejemplo: recordar asistir a citas médicas o tomar medicamentos en horarios específicos).”
La memoria prospectiva está directamente relacionada con las funciones ejecutivas, las cuales son una función cognitiva que nos permiten planificar, organizar y tomar decisiones guiadas por nuestras intenciones.
Por esa razón, la memoria prospectiva depende de las mismas para lograr planificar cuándo y dónde realizar una acción, ser capaces de mantener esa intención en la mente e incluso cambiar de una tarea a otra si es necesario.
A continuación, la licenciada Bachetti brindará cuatro ejercicios prácticos que se pueden incorporar fácilmente a la rutina para mejorar la memoria prospectiva.
Esta técnica propone que las personas imaginen un lugar muy conocido por ellas, utilizando la memoria visual, para que sea de ayuda al momento de recordar las tareas que se quiere realizar.
Por ejemplo: si se tiene como objetivo recordar, comprar los ingredientes necesarios para la cena, se puede hacer el recorrido mental de dónde se almacena dichos productos en el hogar y, de ese modo, facilitar el recuerdo una vez que se está en el supermercado.
También se puede aplicar este ejercicio para el trabajo, al asociar reuniones o tareas importantes con un lugar específico de la oficina. Por ejemplo, asociar una reunión de equipo con la sala de conferencia o una llamada importante con la sala de descanso. La clave está en asociar de manera significativa los elementos o tareas que se quiere recordar con lugares familiares o que puedan visualizarse fácilmente en el entorno.
Tal como es conocido, la repetición es una técnica que beneficia y facilita el recuerdo, ya que permite que la información se mantenga activa una y otra vez en el cerebro, influyendo directamente en la etapa de almacenamiento o guardado de la información.
Por este motivo, repasar la información que a uno mismo le gustaría recordar ayudará a favorecer el recuerdo a futuro.
Programar alarmas en el teléfono sin etiquetarlas e intentar recordar para qué fueron establecidas es otro ejercicio recomendable. Esta técnica combina la utilidad de las alarmas con la estimulación de la propia memoria.
Utilizar la técnica de asociación al combinar información nueva con aquella que ya se tiene almacenada. Los recuerdos serán más resistentes al olvido al asociarlos con información que ya resulta conocida o familiar. Esta técnica puede ayudar a vincular momentos específicos del día con ciertas tareas. Por ejemplo, asociar la toma de medicación con un hábito ya instalado, como puede ser desayunar por las mañanas.
Para concluir, la licenciada Bachetti expresó: “La memoria prospectiva es una gran aliada en la vida cotidiana, ya que nos permite recordar eventos a futuro y tomar decisiones. La incorporación de este tipo de ejercicios a la rutina nos ayudará también en la creación de hábitos difíciles de sostener, con el objetivo de promover un estilo de vida más organizado y fomentar el bienestar mental y emocional a largo plazo. La clave está en la constancia, por lo cual es importante mantener el compromiso con estas técnicas”.