El Día Internacional del Beso se celebra el 13 de abril en todo el mundo en honor al beso más largo que se haya registrado en la historia. Una pareja de Tailandia se besó sin parar durante más de dos días (exactamente 58 horas, 35 minutos y 58 segundos), y entraron así en el libro Guinness de los Récords.
En diálogo con Infobae, la doctora Beatriz Literat (MN 50294), sexóloga clínica y ginecóloga, expresó: “Desde los primeros días de vida hasta las relaciones humanas más íntimas, este acto no solo despierta emociones profundas, sino que también tiene efectos positivos en nuestra salud física, mental y emocional”.
Al besar se ponen en acción 146 músculos y se pueden llegar a intercambiar hasta 80 millones de bacterias nuevas, según un estudio. Sin embargo, más allá de esa acción puramente física y muscular, ese acto tiene un alto poder protector del cuerpo y del alma. La doctora acotó: “La sola palabra beso nos transporta a situaciones de calma, atracción, amor, encuentro, entrega y muchos otros sentimientos de afecto”.
Y señaló que desde la neurociencia se pueden explicar estos sentimientos “por los neurotransmisores y hormonas que se vuelcan a la circulación y logran una maravillosa sincronización con los sentidos, el tono muscular, la frecuencia cardíaca y respiratoria, disparadores, tanto de la respuesta sexual erótica como de actos de ternura, dependiendo de, con qué intencionalidad el ‘disco rígido’ de nuestra increíble computadora cerebral, accione el mensaje en nuestro ‘software neuronal’”.
Expresó también que durante y después de un beso amoroso, amistoso, de reencuentro o de reconciliación, la química corporal se transforma en un verdadero y saludable elixir de la juventud.
“No sucede igual cuando las intenciones no se corresponden con la acción física del beso. En ese caso, esa magia química no se produce. Por lo cual los sexólogos recomendamos a nuestros pacientes los besos bien intencionados como parte de las terapias sexuales y, desde el ángulo de las relaciones familiares y sociales, se alienta a expresar el cariño a los hijos, otros familiares y amigos, a través de los besos, como un lenguaje sin palabras”, describió la doctora Literat, integrante del departamento de Gineco-Sexo-Estética de Halitus Instituto Médico,
Por su parte, el médico cardiólogo Mario Boskis (MN 74002), miembro titular de la Sociedad Argentina de Cardiología, actual director del Instituto Cardiovascular San Isidro (ICSI), del Sanatorio Las Lomas en Buenos Aires y del Grupo Cardiológico Boskis, explicó a Infobae:
“Se ha comprobado que al besarse, se generan estímulos en el cerebro que favorecen la liberación de la hormona oxitocina, la cual produce un sentimiento de afecto y apego, sumada a otra potente sustancia, la dopamina que genera un sentimiento de recompensa y placer”. Asimismo, agregó el doctor, “se estimula el sistema simpático, con lo cual se libera adrenalina , que actúa directamente sobre el corazón y es la responsable de acelerarlo y aumentar su fuerza de contracción. Esto hace que muchas veces digamos que podemos sentir al corazón ‘latir de emoción’ ante una alegría o también sentir palpitaciones y taquicardia ante una noticia que nos causa tristeza o ira”.
La antropóloga Helen Fisher, experta mundial en biología del amor, profesora en la Universidad Rutger y autora de “Por qué amamos”, ha analizado la función del beso y aseguró que “besar es un poderoso mecanismo de adaptación” presente en más del 90% de las sociedades humanas. Para la especialista, el beso es fundamentalmente una cuestión química, que nos hará saber si estamos frente al compañero más idóneo porque en ese primer contacto íntimo, a través de los olores, sabores y señales químicas, percibimos el estado de salud y personalidad del otro.
El licenciado en Psicología Alexis Alderete (MP 85367), especialista en Trastornos de Ansiedad y Entrenamiento en Habilidades (Fundación Foro), explicó a Infobae que cuando dos personas se besan se disparan varios procesos hormonales y fisiológicos.
“Se liberan diversos neurotransmisores cómo la dopamina, conocida como la “hormona del placer”, llevando a un momento de gran euforia y alegría, las personas involucradas en el beso querrán tener mayores encuentros. Luego de unos minutos de continuar besándose aparece la serotonina, llamada la “hormona de la felicidad”, que regula el estado de ánimo, sensación de tranquilidad, suele ir acompañada de momentos de relajación luego del pico de excitación, además contribuye a reducir el estrés y la ansiedad, lo que explica porqué algunas personas nos dan esa sensación de bienestar y paz”, señaló.
Y agregó: “Otro neurotransmisor que se encuentra involucrado es la oxitocina, conocida como “hormona del amor”, que se dispara cuando tenemos momentos de contacto físico íntimo, como las caricias, besos, especialmente cuando estamos enamorados de aquella persona que se encuentra frente a nosotros y empezamos a sentirnos seguros y protegidos”.
Los beneficios de los besos
La ciencia ha investigado mucho sobre el tema y existen varias teorías sobre cómo se originó el beso y por qué los humanos tenemos esa costumbre. Algunos científicos creen que besarse es un comportamiento aprendido. Otros creen que besarse es instintivo y está enraizado en la biología.
El doctor Boskis señaló que en estudios los investigadores detectaron que las parejas que se besaban con frecuencia disminuían la liberación de una hormona responsable del estrés crónico, llamada cortisol, al cual se lo ha responsabilizado de aumentar la glucemia y producir una inflamación orgánica crónica que puede favorecer la aparición de ateroesclerosis acelerada.
“Por otra parte, es interesante la aparición de estudios en la literatura científica que asocian el hecho de que besarse con frecuencia puede disminuir significativamente los valores de colesterol y presión arterial si se los compara con parejas que no lo hacen, tanto es así que la propia Asociación Americana del Corazón, rectora en el mundo en prevención cardiovascular, recomienda esta práctica así como lo hace con otros factores como bajar de peso o practicar actividad física”.
Por su lado, el licenciado Alderete explicó que los besos contribuyen a reducir el nivel de ansiedad de las personas, aumentan la autoestima y fortalecen el vínculo emocional en las personas involucradas. “A medida que transcurre el tiempo de conexión íntima con quien se besa, mejora la intimidad entre ambos, se empiezan a comunicar aquellos aspectos guardados por protección social, se logra una mayor confianza y estimula el apego con quien recibe nuestros besos”, describió el psicólogo.
Además de fortalecer las defensas, disminuir la presión arterial y calmar los dolores, los besos tienen grandes beneficios psicológicos y emocionales:
1. Ayudan a evaluar a una potencial pareja. Además de ser una expresión de amor, el beso tiene utilidades ancestrales para la especie: es un método de evaluación química del compañero y un instinto natural para estimular los mecanismos de la reproducción.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford afirmó que besar ayuda a evaluar a las parejas potenciales y a mantener una pareja a largo plazo.
2. Aumentan la liberación de la “hormona de la felicidad”. Los besos hacen que el cerebro libere un cóctel de sustancias químicas que encienden los centros de placer del cerebro. Estas sustancias químicas incluyen oxitocina, dopamina y serotonina, que pueden hacer sentir euforia y fomentar sentimientos de afecto y vinculación.
“Si te sientes estresado, besar un poco o hacer el amor es verdaderamente el elixir que necesitas para... sentirte mejor”, afirmó Andréa Demirjian, autora del libro “Besos: Todo lo que usted siempre quiso saber acerca de uno de los placeres más dulces de la vida”. “Te relajará, restablecerá y revitalizará... Los químicos del cerebro que te hacen sentir bien comienzan a propagarse”.
3. Producen un “shock” de oxitocina, la hormona del amor. Besar provoca una reacción química en el cerebro, que incluye la liberación de la hormona oxitocina. A menudo se la conoce como la “hormona del amor” porque despierta sentimientos de afecto y apego. Según un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, la oxitocina es particularmente importante para ayudar a los hombres a vincularse con una pareja y permanecer monógamos. Las mujeres experimentan una inundación de oxitocina durante el parto y la lactancia, lo que fortalece el vínculo madre-hijo.
4. Favorecen el apego y la satisfacción sexual. Un estudio publicado en Sexual and Relationship Therapy proporcionó evidencia de que la frecuencia de los besos es un fuerte indicador de la buena salud de una relación. Los resultados sugieren que “la frecuencia de los besos podría considerarse una especie de indicador para determinar si el vínculo de la relación es fuerte y la calidad sexual es alta”, según los autores de la investigación.
5. Reducen los niveles de cortisol y el estrés. Los besos y otras comunicaciones afectivas, como abrazar y decir “te amo” o “te quiero”, tienen un gran impacto en los procesos fisiológicos relacionados con el control del estrés. Una nueva revisión de estudios publicada en el último número de Nature Human Behaviour, confirma los beneficios del contacto físico con abrazos tanto en parámetros de salud física como mental, a todas las edades y en diferentes contextos.
6. Reducen la ansiedad. La oxitocina, la “hormona del amor”, disminuye este malestar psicológico y aumenta la relajación y el bienestar.
7. Aumentan el deseo sexual. Los besos románticos conducen a la excitación sexual y, a menudo, son la fuerza impulsora detrás de la decisión de una persona de tener sexo. La saliva también contiene testosterona, una hormona sexual que desempeña un papel en la excitación sexual. Cuanto más tiempo y más apasionado es el beso, más testosterona se libera, dicen los expertos.
Cuando faltan los besos
¿Qué ocurre cuando los besos escasean? “La falta de besos en una pareja puede provocar desconexión emocional, se va perdiendo la intimidad y a largo plazo afecta los momentos placenteros, ya que los encuentros sexuales suelen iniciarse siempre con los besos, aseguró el licenciado Alderete. “Ya que los besos liberan hormonas de felicidad y placer, uno de los involucrados puede empezar a tener un mayor estrés acumulado por su cotidianidad, contribuir a conflictos y peleas constantes, llevando al alejamiento de la pareja”, respondió el licenciado Alderete.
Y completó: “Es una señal de alerta que en una pareja establecida se vayan perdiendo los besos de un momento a otro, lo que va acompañado de un lenguaje corporal esquivo, un clima tenso y casi de ruptura, donde uno de los dos empezará a sacar conclusiones de que es el inicio del final”.
El psicólogo aseveró que se debe fomentar en la pareja el hábito de la intimidad emocional para cultivar un vínculo sólido y duradero, “los besos no siempre deben llevar al encuentro sexual, deben ser parte de los momentos buenos y malos. Los besos fortalecen el amor mutuo, contribuyendo a construir un refugio emocional donde cada uno pueda expresar las alegrías, preocupaciones y miedos sin temor a ser juzgados. Es en estos instantes de vulnerabilidad compartida donde se fortalece la confianza y se fomenta la intimidad emocional”, destacó.
Finalmente, la doctora Literat afirmó que así como los sentimientos impulsan al beso, los besos generan calma, seguridad, autoestima y conciliación, que “son características que hacen mucha falta hoy día entre las personas. Sin lugar a dudas, el beso es un gesto cargado de significado en diversas culturas y contextos humanos. Disfrutemos, entonces de besar y ser besados con el alma y el corazón, no solo con los labios”, concluyó.