El histórico brote de dengue en la actualidad no es propiedad solo de Argentina. La triste marca récord de infectados por la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti es una urgencia continental.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 2023, la región de las Américas experimentó el mayor número de casos de dengue desde que se tiene registro, con más de 4,5 millones de casos, incluyendo 7665 casos graves y 2363 muertes. Pero hasta el 25 de marzo de 2024, con poco más de 3 millones de casos de dengue reportados en lo que va del año, la región presenta otro número récord.
“Esto es motivo de preocupación, ya que representa tres veces más casos que los reportados para esta misma fecha en 2023”, destacó el director de la OPS, Jarbas Barbosa, durante una rueda de prensa en la que participó Infobae. Allí, Barbosa comunicó que la gran mayoría de los casos se han notificado en Brasil (81%), seguido por Paraguay (6%), Argentina (3,4%), Perú (2,6%) y Colombia (2,2%), que concentran el 92% de los casos y el 87% de las muertes.
Pero después de mostrar los crecientes números de la actual epidemia, se enfocó en otros números más positivos: “Yo quisiera destacar que nuestra primera prioridad en la OPS es evitar muertes. Es el control de la mortalidad del dengue y trabajamos desde hace varios años para mantener ese promedio por debajo de 0,05%. Y en este momento la letalidad en el continente es menor que esa cifra. Es un gran desafío permanente para evitar casos graves y muertes. Y realmente eso está en el centro de la estrategia promovida, integrada y alentada por la OPS.
Y destacó que este hecho ha sido posible gracias al apoyo continuo de la OPS a los países a través de una estrategia integral para controlar el dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos.
Esta estrategia incluye el fortalecimiento de la vigilancia, el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno, lo que ha contribuido significativamente a salvar miles de vidas.
El director de la OPS hizo un llamado a la acción al instar a intensificar los esfuerzos para eliminar los criaderos de mosquitos y protegerse de las picaduras, a preparar a los servicios de salud para el diagnóstico temprano y el manejo clínico oportuno, y a educar a la población sobre los síntomas del dengue para que busquen atención médica de inmediato.
“Hacer frente al dengue es tarea de todos los sectores de la sociedad”, sostuvo el doctor Barbosa y pidió “involucrar a las comunidades para tener éxito en nuestros esfuerzos”.
“Hay acciones que podemos tomar para prevenir y controlar la transmisión del dengue y evitar fallecimientos. Desde 2010, la OPS ha estado apoyando a los países en la implementación de una estrategia integral para controlar arbovirus como el de dengue, que ha ayudado a salvar miles de vidas. Nuestro enfoque incluye el fortalecimiento de la vigilancia integrada de todas las enfermedades arbovirales, incluidas Dengue, Zika y chikungunya. La mejora en el diagnóstico y tratamiento, con énfasis en la detección temprana de signos de alerta y la atención oportuna de los pacientes para evitar complicaciones graves y fatales”, destacó el directivo.
Cambio climático y factor humano
Barbosa señaló el incremento de dengue se debe a la temporada de mayor transmisión en el hemisferio sur, donde la propagación del mosquito Aedes aegypti es más alta debido al clima cálido y lluvioso registrado.
Y añadió que la presencia del mosquito vector y de casos se está extendiendo a nuevas áreas geográficas, lo que plantea la preocupación de que algunos países no estén preparados para enfrentar un aumento en la transmisión.
“Vemos un aumento de dengue en países como Barbados, Costa Rica, Guadalupe, Guatemala, Martinica y México, donde la transmisión suele ser más alta en la segunda mitad del año”, llamó la atención Barbosa.
“Varios factores ambientales y sociales propician la propagación del dengue como los eventos climáticos extremos, el fenómeno de El Niño, el crecimiento poblacional rápido y la urbanización no planificada juegan un papel crucial. Condiciones de vivienda precarias y servicios de agua y saneamiento insuficientes crean criaderos en objetos desechados y en otros utilizados para acumular agua”, sostuvo.
E indicó que “la migración de la población y la urbanización no planificada también pueden impulsar la propagación del dengue. Lo mismo las condiciones de vivienda precarias. Los servicios de agua y saneamiento insuficientes y la eliminación inadecuada de residuos contribuyen a la propagación del mosquito vector de la enfermedad”.
“En condiciones de temperatura y humedad adecuadas, los objetos desechados que puede almacenar agua en cualquier cantidad sirven de criaderos para los mosquito”, sostuvo Barbosa y precisó que hay acciones que podemos tomar para prevenir y controlar la transmisión del dengue y evitar fallecimientos. Desde 2010, la OPS ha estado apoyando a los países en la implementación de una estrategia integral para controlar arbovirus como el de dengue, que ha ayudado a salvar miles de vidas.
“Es importante resaltar que la vacuna no es una herramienta para controlar la transmisión en ese momento, pero los estudios a largo plazo demuestran que en solo ocho años de aplicación podrían tener un impacto importante en la transmisión del dengue”, dijo Barbosa sobre la inmunización que se está llevando adelante en varios países con la nueva vacuna de Takeda, aprobada por la Anmat en Argentina en abril del año pasado.
“El productor Takeda tiene una capacidad muy limitada hoy para la producción de vacunas. Brasil es actualmente el país que mayormente utiliza la vacuna. Argentina también las está aplicando. Esto es importante que ocurra en países que tienen un buen sistema de vigilancia epidemiológica, un buen sistema de registro de eventos adversos de vacunas. Por lo que deben estar preparados o en condiciones de hacer estudios sobre cómo se comporta esta inmunización. Hay que recordar también que es una vacuna nueva que se desarrolló en una época cuando el dengue prácticamente no circulaba, por lo que los datos de eficacia son muy limitados. Ahora con el uso en la vida real, tendremos datos sobre la eficacia de las vacunas. Se están generando muchos nuevos datos”, añadió Barbosa.
Y luego hizo un anuncio: “Quisiera recordarles el desarrollo de una próxima vacuna que nació de una colaboración entre el Instituto Nacional de Salud (NHI) de Estados Unidos y el Instituto Butantan de San Pablo, que actualmente se encuentra en la Fase Clínica 3 y sigue en estudio. Probablemente solo estará disponible para el año 2025″.
Nuevas estrategias científicas contra el dengue
“La gran herramienta para controlar la transmisión del dengue sigue siendo la eliminación de los criaderos de mosquitos, ya sea en las casas o en lugares públicos, como parques, comercios, plazas, etc., a fin de que se reduzca la población de mosquitos y así también reducir la transmisión de la enfermedad. Además de la preparación de los servicios de salud para diagnosticar y tratar adecuadamente los casos que pueden convertirse en casos graves como el dengue”, remarcó Barbosa.
“Nuestro enfoque en la OPS incluye el fortalecimiento de la vigilancia integrada de todas las enfermedades arbovirales, incluidas Dengue, Zika y chikungunya. La mejora en el diagnóstico y tratamiento, con énfasis en la detección temprana de signos de alerta y la atención oportuna de los pacientes para evitar complicaciones graves y fatales”, precisó y resaltó que solo desde 2020 la OPS ha capacitado a más de 360.000 trabajadores de salud en el manejo del dengue a través de sesiones presenciales y virtuales, junto con la implementación de estrategias eficientes y eficaces en las zonas de alta transmisión e incorporen nuevas tecnologías, como la utilización de una bacteria wolbachia que puede prevenir que el mosquito se quede infectado por el virus del dengue.
Consultado por Infobae sobre las nuevas técnicas científicas para combatir la enfermedad, Barbosa precisó que la OPS, busca trabajar nuevas estrategias de control de vector como las pruebas en la esterilización de mosquitos, el uso de la bacteria wolbachia que infecta el mosquito e impide que pueda ser portador el virus del dengue.
“Son estrategias promisorias, pero que todavía van a tomar algún par de años hasta que tenga una factibilidad para el uso inmediato. Pero tenemos ya estrategias que se están utilizando y se puede ampliar, como por ejemplo la estratificación de riesgo para identificar áreas en una ciudad grande donde en general empieza la proliferación más acelerada del mosquito y ahí se concentra los esfuerzos para reducir la transmisión”, sostuvo el funcionario.
Y agregó: “Lo que es muy importante también es llamar la atención para eliminar la gran mayoría, alrededor de 80% de los criaderos de mosquitos, que están en las casas de las personas o en las cercanías de las casas. O sea, debe ponderarse la combinación de una actividad de los gobiernos, pero también con una participación de la comunidad importante. Yo creo que es clave y es una herramienta clave para que se pueda disminuir mucho la posibilidad de los brotes de dengue”.
En tanto, el doctor Sylvain Aldighieri, Director del Departamento de Prevención, Control y Eliminación de Enfermedades Transmisibles de la OPS que también estuvo presente en la conferencia de prensa, destacó las nuevas tecnologías para control de vectores a Wolbachia, como una de las opciones más avanzadas contra la enfermedad en la región.
“Hay otras técnicas, incluyendo las de esterilización del mosquito, que parece ser muy buena para el futuro. En este momento no va a tener el impacto. Estamos en una fase de estudios pilotos a nivel de algunos municipios o departamentos la wolbachia no va a tener un impacto en la dinámica de la de la epidemia que estamos viviendo. ¿Sin embargo, vale la pena realmente ampliar los estudios pilotos ya que es una nueva arma potencial para el futuro”, dijo Aldighieri.
Comportamiento del dengue en la región
El experto señaló que la presencia de los cuatro serotipos de dengue en la región aumenta el riesgo de epidemias y formas graves de la enfermedad dada la circulación simultánea de dos o más serotipos, algo que ocurre en 21 países y territorios de las Américas.
Barbosa indicó que el dengue tiene una transmisión muy fuerte en el primer semestre y en el segundo casi no hay transmisión, que también pasa una falsa impresión de que la enfermedad se fue. “Por eso es muy importante que los países tengan programas permanentes para identificar de manera temprana cuando empieza la transmisión y mismo antes de empezar la transmisión cuando empieza la proliferación de los mosquitos”, sostuvo Barbosa.
Y destacó: “Los países tienen ahora un desafío importante, porque cuando estamos en medio de una epidemia de dengue, la circulación es tan fuerte que prácticamente todas las personas o casi todas tienen contacto con algún serotipo de la enfermedad”.