El cuerpo humano está creado para disfrutar del sexo. El acto sexual libera una cascada de hormonas que desencadenan el placer, la felicidad y la unión, entre otros múltiples beneficios.
“La sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida, se expresa de diferentes maneras y es fuente de placer y bienestar y contribuye a la realización personal y la satisfacción general”, afirma la Declaración de Derechos Sexuales de la World Association for Sexual Health (WAS). Sin embargo, aún existen muchos mitos y tabúes al respecto en las personas de más de 50.
“Se suele creer que, al superar esa edad, ya no es posible tener relaciones coitales, que las personas tienen que ser ayudadas por alguna medicación cuando no hay erección, que no existe la posibilidad de tener una orientación homosexual, que ya no se masturban y que el cuerpo ya no es erótico”, sostuvo a Infobae la licenciada Viviana Wapñarsky (MN 24.433), miembro de la sección Sexología, perteneciente a la División Ginecología del Hospital de Clínicas de Buenos Aires.
A pesar de que en el área reciben cada vez más consultas de este grupo etario, “que disfruta de la sexualidad” según los especialistas, la información sobre este nuevo momento vital no abunda ni está en la agenda social, cultural ni política.
“En este país hace falta mucha educación sexual con perspectiva de edad, donde se incluya la mirada del envejecimiento con una aceptación y una calma para poder entender los procesos de esta etapa como algo natural y esperado, empezar a estudiarlos desde chicos y llegar a una edad madura con buena calidad de vida y bienestar”, destacó Wapñarsky, quien explica que la invisibilización de este tema está asociada al “viejismo, es decir, a todos los prejuicios y estereotipos que se adjudican a las personas mayores simplemente por ser mayores, que tienen que ver con la utilidad, la productividad, la estética y la política de estos cuerpos que van envejeciendo”.
Por su parte, la doctora Silvina Valente (MN 87.798), también integrante de la Sección Sexología de la División Ginecología del Hospital de Clínicas, brindó un ejemplo a Infobae de esta problemática: “Se da cuando los hijos empiezan a tratar a los padres como hijos o como niños pequeños en vez de hacerlo como adultos mayores que son y proveedores de vida y de sostén en muchas actividades”.
Vinculado a esto, “los parámetros para estudiar la sexualidad muchas veces no están hechos con lo que requieren las personas arriba de los 50. Entonces, estamos hablando de necesidades sin saber realmente lo que se necesita. Lo que sí se sabe es que el envejecimiento viene atravesado de la caída de las hormonas, el climaterio en la mujer y la andropausia en el hombre”, sostuvo Valente.
Cómo cambia la sexualidad
La doctora Laura Maffei (MN 62.441), endocrinóloga, especialista en estrés y directora de Maffei Centro Médico explicó a Infobae que la sexualidad sufre cambios a lo largo de toda la vida. “A partir de los 40 años las mujeres experimentan una reducción de una hormona que es la masculina, la testosterona, y puede influir en el deseo. Esta es una disminución progresiva, lenta, que en algunos casos afecta un poco más, en otros menos”.
Y completó: “En realidad, existen varios factores multicausales que pueden incidir en el deseo y en la sexualidad en general. e incluyen aspectos emocionales, hormonales, estrés, impacto de la vida y etapas vitales”.
Y los hombres también experimentan cambios: “Existe una disminución más baja, más progresiva de la testosterona, que es la hormona que guarda mayor relación con el deseo. También pueden tener una reducción en la potencia, por lo tanto, hoy en día existe la opción de utilizar fármacos como el sildenafil y otros, que aumentan la probabilidad de tener erecciones y así mejoran significativamente la función eréctil y por lo tanto, la sexualidad, siempre hablando en términos genitales”.
Aunque tanto en las mujeres como en los hombres existe una disminución del deseo, en ellas puede intensificarse luego de la menopausia. “En esta etapa las mujeres experimentan muchas veces un cambio significativo. La disminución de los estrógenos puede ocasionar una mayor sequedad vaginal y esto tiene solución porque existen estrógenos a nivel local, vaginal, que se pueden aplicar y que protegen toda el área urogenital de la mujer. De esta forma se reduce la frecuencia de infecciones urinarias, que también a veces se vuelven más comunes y se mejora la lubricación, porque muchas mujeres pueden experimentar un cierto dolor durante la penetración”.
La experta también señaló que el estrés puede suprimir el deseo, así como inhibir la erección y los ciclos menstruales. “Los anticonceptivos también pueden reducir el deseo en algunas mujeres, dado que afectan los niveles hormonales. Es esencial abordar tanto los aspectos físicos como emocionales y hormonales para mantener una vida sexual saludable tras la menopausia”.
Un nuevo enfoque de la longevidad
Teniendo en cuenta todo este contexto, las especialistas buscan reforzar una nueva mirada de esta etapa de la vida. “La sociedad, la tecnología y los adelantos van proporcionando nuevas posibilidades para una vida más placentera, disfrutable y en armonía. Empezar a mirarnos desde esta nueva longevidad, es hacer de esta etapa un momento hermoso con todos los beneficios que nos puede acarrear”, dijo Wapñarsky.
Y agregó: “Estas ventajas tienen que ver con la posibilidad de que haya calidad en el vínculo; de no estar pendientes de si hay peligro de embarazo si no lo queremos; con la chance de conocernos y conocer al otro; saber lo que nos gusta, lo que no nos gusta; tomar con más pausa y calma el encuentro sexual sin el ritmo rápido de la adolescencia o de la juventud. Entonces, pensar la sexualidad así es pensar las características y el enriquecimiento que podemos tener en esta etapa. La sexualidad no se acaba ni se arruina con el paso del tiempo”.
De acuerdo a distintas investigaciones, la sexualidad arriba de los 60 mejora la salud en diversos aspectos: la incidencia de hipertensión, el colesterol, la glucemia en sangre, el sistema inmune, entre otros. De acuerdo a un estudio publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, “aunque los andrógenos, hormonas masculinas, promueven algunos aspectos de la patología relacionada con la edad (por ejemplo, el cáncer de próstata), parecen proteger contra muchos otros (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares, sarcopenia, osteoporosis)”, detallan los investigadores. Más allá de las relaciones sexuales, “también es importante mantener una buena alimentación, balanceada y saludable, hacer ejercicio al aire libre o actividades con movimiento, en pareja o en grupos y reírse, inclusive de los cambios que se producen en los cuerpos”, concluyó Valente.
Por otro lado, la doctora Maffei destacó que para tener una buena vida sexual “debemos considerar que en todas las etapas de la vida la sexualidad no se limita únicamente a lo genital, también incluye el abrazo, la cercanía, el beso, el juego previo, el tiempo que dedicamos a excitarnos, a sentirnos, a estimularnos, estos son todos factores importantes que contribuyen al deseo, también a lo genital en algunos casos, y a mantenernos erotizados”.
¿Cómo seguir disfrutando del sexo con el paso de los años? La doctora Maffei aconsejó: “Yo sugeriría realizar los controles médicos necesarios, utilizar todas las herramientas que la medicina pueda ofrecer para mejorar las erecciones o para corregir hormonalmente algunos déficits. También, recordar el abrazo, la ternura y el tiempo, porque en cierta medida lo que puede ocurrir es que se tarde más en lograr una erección, y tanto la mujer como el hombre pueden requerir más tiempo en alcanzar un orgasmo. Pero lo más importante de todo es mantener el contacto sexual, ya que esto crea un bienestar muy significativo”.
7 beneficios del sexo a los 50
1. Favorece la salud cerebral. Diversos estudios realizados por especialistas de las universidades de Oxford y Conventry, en el Reino Unido, han analizado las relaciones entre la frecuencia de la actividad sexual y las habilidades cognitivas en personas mayores de 50 años. Uno de ellos, publicado en 2016, se basó en un conjunto de 6.833 personas de hasta 89 años, que forman parte del llamado Estudio Longitudinal Inglés sobre el Envejecimiento. Encontró “asociaciones significativas” entre la vida sexual y la capacidad cognitiva. “Mantener una vida sexual saludable en la vejez podría ser fundamental para mejorar la función cognitiva y el bienestar”, dijeron los investigadores.
Otro trabajo llegó a conclusiones similares, observando a 73 personas dentro del mismo rango de edad. Las conclusiones de este segundo estudio establecen que “los hombres y mujeres mayores que practican una actividad sexual de forma regular tienen un mejor funcionamiento cognitivo que quienes no lo practican o que quienes lo hacen con poca frecuencia”.
2. Aumenta la libido. “Tener relaciones sexuales mejorará el sexo y mejorará la libido”, dice Lauren Streicher, profesora clínica asistente de obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago. Según la experta, “para las mujeres, tener relaciones sexuales aumenta la lubricación vaginal, el flujo sanguíneo y la elasticidad, todo lo cual hace que el sexo se sienta mejor y ayuda a desear más”.
3. Hace verse y sentirse más joven. Varios estudios demuestran este beneficio de tener sexo. Un estudio publicado en 2017 en Irlanda por el Trinity College Dublin, basado en encuestas a más de 8.000 adultos mayores de 50 años, encontró que las personas sexualmente activas tienen una percepción más positiva de su propia edad y son menos propensas a sentirse viejas y a pensar en las consecuencias negativas del paso del tiempo. Además, se ven a sí mismas más saludables y experimentan menos signos de depresión.
4. Favorece el corazón. Según una investigación elaborada en Estados Unidos y publicada en 2016, tener sexo con frecuencia (una vez a la semana o más) beneficia a las mujeres pero, en los hombres mayores, duplica el riesgo de padecer problemas cardiovasculares.
En las mujeres, los investigadores descubrieron que la frecuencia y la calidad de las relaciones sexuales disminuyen el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, tales como taquicardia, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.
Tales hallazgos “desafían la suposición generalizada de que el sexo trae beneficios uniformes para la salud de todos”, apuntó la directora del trabajo, Hui Liu, de la Universidad Estatal de Michigan, quien no descartó la posibilidad de que los fármacos para aumentar la potencia sexual, como el sildenafil, tengan su influencia sobre estos resultados.
5. Reduce el riesgo de cáncer de próstata. Un estudio publicado por la revista European Urology, basado en la investigación de casi 32.000 hombres a lo largo de 18 años, determinó que cuanto mayor es el número de eyaculaciones (sin importar si es con alguien o por una masturbación) más bajo es el riesgo de padecer ese tipo de cáncer. El trabajo estableció en 21 eyaculaciones por mes la cantidad “apropiada” para reducir el riesgo de cáncer de próstata.
6. Combate el insomnio. La actividad sexual provoca la liberación de oxitocina y endorfinas, sustancias que producen efectos anestésicos y de bienestar. Por ello, en general el sexo calma el dolor, también la ansiedad, y ayuda a dormir mejor, afirman los expertos. La sexóloga integrante de la Junta Norteamericana de Sexología y doctora en conducta humana, Jenny Marques comentó en una nota reciente en Infobae: “Al tener un orgasmo, el cuerpo libera prolactina, una hormona que fomenta la relajación y los hará dormir más y mejor”, sostuvo el especialista”.
7. Es bueno para la pareja y hace sentirse más feliz. La actividad sexual, y en general la intimidad física, ayuda a que las parejas tengan mayores niveles de satisfacción matrimonial. Así lo comprobó un estudio de la Universidad de Chicago, que analizó los casos de 500 parejas cuyos miembros tenían entre 58 y 85 años; la mayoría llevaban juntas al menos 40 años. De manera que una buena vida sexual en esta etapa de la vida se presenta como clave también para una buena vida en pareja.
También el sexo ayuda a sentirse más pleno. Según una encuesta de la Sociedad Gerontológica de Estados Unidos, el 60% de las personas de 65 o más años de edad que en el último año habían tenido sexo al menos una vez por mes se declararon “muy felices” con su vida en general. Entre quienes no habían mantenido relaciones sexuales en los doce meses previos, esa cifra alcanzó solo el 40%.
Recomendaciones para una buena vida sexual
Desde el Hospital de Clínicas brindan los siguientes consejos:
- Autoexploración. Es fundamental descubrir lo que nos gusta y lo que podríamos querer experimentar.
- Comunicación. Expresar al otro los propios deseos de manera clara y sin miedos es esencial para una sexualidad plena.
- Vivir el presente sin presiones por alcanzar el clímax. Es vital disfrutar de cada instante de la previa y del encuentro sexual sin centrarse únicamente en el orgasmo o en las expectativas.
- Apertura hacia nuevas experiencias. Estar dispuestos a probar nuevas experiencias, siempre con la seguridad de poder establecer límites cuando sea necesario.
- Autoconocimiento y respeto. Conocerse a sí mismo, respetar los límites y permitirse jugar y experimentar es fundamental para ampliar el horizonte a nuevas experiencias sexuales.