En las últimas horas, se conocieron los resultados de la pericia que le realizaron a los restos de Florencia Yturrioz, la nutricionista de 26 años que falleció el pasado domingo 14 de enero, después de haber asistido a una fiesta electrónica en un boliche del Sur de Mar del Plata. Según confirmaron fuentes de la investigación a Infobae, la mujer habría ingerido éxtasis. Qué es esta sustancia y cuál es su impacto en el organismo, según cuatro expertos consultados.
De acuerdo a lo que pudo saber este medio, el resultado comprobó aquello que había anticipado el examen de sangre que le realizaron a la mujer en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) y en el que se detectó la presencia de anfetamina y metanfetamina. En tanto, la Fiscalía N°4, a cargo de Fernando Berlingeri, espera los resultados de la pericia histopatológica, complementaria a la autopsia, para terminar de esclarecer los motivos de la muerte de la joven, siendo que el primer análisis reveló que falleció como consecuencia de una “insuficiencia respiratoria que podría ser consecuente o posterior a una intoxicación por ingesta de drogas”.
De acuerdo al “Estudio Epidemiológico sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en personas universitarias de Argentina, un trabajo realizado por el Observatorio Argentino de Drogas”, publicado en 2021, “la mayoría de los que han consumido éxtasis en el último año (64,5%) refirió consumir en promedio una única pastilla en un solo día”, mientras que aquellos que registraron un uso combinado con otras sustancias, “las más nombradas han sido marihuana (71%) y alcohol (59%). Otras sustancias registradas son bebidas energizantes (24%), alucinógenos tales como el LSD (23%) y ketamina (15%)”.
“Las metanfetaminas y las sustancias sintéticas a las que pertenece este grupo son las cuartas sustancias más consumidas en el país de las ilegales, después de la cocaína y la marihuana. Luego vienen las sintéticas y en el medio tenemos el tabaco y los medicamentos. Los psicofármacos son sustancias muy consumidas hoy en día, sobre todo en adultos, jóvenes y en la adolescencia tardía”, señaló a Infobae el doctor en medicina Carlos Damín (MN 81.870), especialista en toxicología, jefe de Toxicología del Hospital Fernández, profesor de toxicología de la Universidad de Buenos Aires e integrante de la Red Científica Internacional de la Comisión de Drogas y Crimen de Naciones Unidas.
En ese sentido se expresó también Aldo Sergio Saracco (MP 4679), médico especialista en toxicología, medicina legal y emergentología, expresidente de la Asociación Toxicológica Argentina y miembro de la Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental: “El consumo de éxtasis en Argentina ha aumentado significativamente en los últimos años. Un informe de la Sedronar indica que el consumo de éxtasis se incrementó entre jóvenes casi un 200 % entre 2010 y 2017, con una edad promedio de inicio a los 22 años, aunque la mitad de las personas comenzó a los 20 años o antes. El mayor consumo se observa entre los 18 y los 34 años”.
“El Observatorio Sedronar hizo una presentación de la magnitud del consumo de varias sustancias en 2023, que es un trabajo que hizo junto con el INDEC. Relacionado al consumo de éxtasis, la prevalencia en la población que va de los 16 a los 75 años de edad, en algún momento probó éxtasis. Esta prevalencia es del 1,5 %, con mayores tasas entre los hombres y adultos de 25 a 34 años, mientras que anfetaminas en general es del 0,4% y metanfetaminas es del 0,2%“, explicó a Infobae Elena Gómez (MN 102.881), médica especialista en toxicología del Hospital Fernández y profesora adjunta cátedra de toxicología de la Facultad de Medicina de la UBA.
En ese sentido, la experta destacó que en “los estimulantes del tipo de metanfetaminas, anfetaminas y éxtasis tenemos una alta prevalencia a partir de los 50 años, con una mayor tasa está entre los 50 y los 65 años. Y lo que es grave de la situación es que aumentó el número en la población de 16 a 24 años en relación a la edad de inicio del consumo de éxtasis”.
Qué es el éxtasis y cuál es su impacto en el organismo
Dentro de las denominadas drogas de diseño, el éxtasis ha ganado notoriedad en varios momentos por sus efectos y, en algunos casos, las muertes que se relacionan con su consumo.
“El éxtasis o MDMA es una droga psicoactiva semisintética que posee propiedades alucinógenas y estimulantes. Es una anfetamina metoxilada de ‘diseño’ que contiene variaciones químicas que hace que la toxicidad por su consumo pueda ocurrir debido a la mezcla con otras sustancias”, destacó Saracco. En ese sentido, advirtió que algunas de las sustancias que se venden bajo ese nombre “pueden no contener MDMA en absoluto, sino que pueden contener una combinación de otras sustancias no especificadas que aumentan el potencial riesgo de toxicidad, por lo que no hay una forma segura de saber con qué viene cortado o mezclado”.
En ese tono, Gómez agregó: “Es un grupo de sustancias que forma parte de los llamados nuevos productos de síntesis, donde están, por ejemplo, el éxtasis, el GHB (éxtasis líquido), la ketamina y otras que anteriormente se conocían como drogas de síntesis o drogas de diseño. Algunas sustancias ‘son viejas’ y se han vuelto a poner de ‘moda’ y otras son nuevas. Pero todas tienen la característica de que se generan a partir de precursores químicos, se hacen en laboratorios clandestinos sin control y los precursores van cambiando para eludir la ley”.
Al tiempo que Damín agregó: “Las anfetaminas y metanfetaminas pertenecen al mismo grupo de sustancias químicas estimulantes. El éxtasis es un derivado de la metanfetamina y lo que producen claramente es una estimulación de todo el sistema nervioso central y una estimulación de todo el aparato cardiovascular. Eso quiere decir que va a haber una agitación, una euforia que puede llegar hasta las convulsiones sobre el sistema nervioso y un aumento de la frecuencia cardíaca y de la tensión arterial que puede terminar con arritmias cardíacas y de hecho producir un paro cardiorrespiratorio que termine con un desenlace fatal”.
“Este es básicamente el efecto que pueden tener tanto el éxtasis como las anfetaminas y el cristal, que es la metanfetamina pura. También esto está asociado con un aumento de la temperatura, un aumento de la estimulación muscular que facilita la actividad física y, en casos muy graves, puede aparecer lo que conocemos como síndrome serotoninérgico, que es un cuadro muy grave, que también puede terminar con la vida de la persona”, continuó el jefe de Toxicología del Hospital Fernández.
Por su parte, Saracco agregó: “El éxtasis, esta sustancia de características parecidas a la anfetamina no es producto de nueva síntesis, al contrario de lo que podría parecer, sino que procede de fármacos que nunca llegaron a comercializarse o que se abandonaron por falta de eficacia clínica y que pasaron posteriormente al mercado clandestino. Es una sustancia psicoactiva que altera el estado de ánimo y la percepción con efectos adversos tanto a corto como a largo plazo, en el primer caso pueden ser: náuseas, escalofríos, sudoración, visión borrosa, contractura muscular, ansiedad, agitación, alucinaciones y alteración del tiempo, por citar algunos. Mientras que a largo plazo pueden aparecer: deterioro de la memoria, la atención, la concentración y la abstracción, pérdida de apetito, y alteraciones psiquiátricas, entre otros”.
El doctor Enrique De Rosa Alabaster, especialista en temas de salud mental, médico psiquiatra, neurólogo y médico legista, en diálogo con Infobae describió: “Es una alteración sobre la neuroquímica cerebral, en particular, la serotoninérgica pero también la adrenérgica. Tenés la norepinefrina y adrenalina y en alguna medida, la dopamina. ¿Qué es lo que eso ocasiona? En realidad tiene que ver con alteraciones en todos los circuitos: alteraciones de conciencia, el estado excitatorio, el estado de bienestar, y la cuestión alucinatoria. El problema es que a su vez se producen luego efectos respiratorios y cardiovascular, con aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión”.
“Pero además, se producen modificaciones en cuanto a la electricidad cortical y, finalmente, también alteración del medio interno, en los electrolitos y demás. ¿Resultado? Una secreción inadecuada de hormona antidiurética, alteración del medio interno, estado de excitación, posiblemente hipertensión. Luego se producen efectos posteriores, como la destrucción de musculatura estriada por la deshidratación y por la modificación del medio interno. Todo eso termina dando falla respiratoria, renal y cardíaca que finalmente pueden llevar al coma y muerte”, agregó el psiquiatra.
En tanto, Gómez añadió: “El éxtasis atraviesa el sistema nervioso central y genera un efecto entactógeno y empatógeno. En el primer caso, el sujeto tiende a aumentar la percepción que tiene de sí mismo y de lo que lo rodea desde el punto de vista sensoperceptivo; mientras que en el segundo aumenta la sociabilización, la hipererotización y la tensión, pero por esta cantidad de serotonina tiene otros efectos: aumento del tono muscular (rigidez), se dilatan las pupilas y hay movimientos repetitivos, pero también pueden aparecer convulsiones, mioclonías, alteración del estado mental y síndrome confusional”.
“¿Qué significa esto? La toxicidad es neurológica, cardiovascular, con arritmias, hipertensión, paro, edema agudo de pulmón, paro cardiorrespiratorio, arritmias e hipertermias e insuficiencia renal; un conjunto de cuadros que llevan a la muerte”, recalcó la experta.
Aumento de toxicidad
Todos los expertos advierten que, pese a que con el solo consumo de éxtasis puede provocar la muerte, muchos consumidores deciden sumar otras sustancias. De este modo, incluso, se eleva el nivel de toxicidad. En el caso de la nutricionista fallecida, aunque aún restan resultados de la pericia, el primer análisis forense aseguró que su deceso habría sido como consecuencia de una “insuficiencia respiratoria que podría ser consecuente o posterior a una intoxicación por ingesta de drogas”.
“Por lo general, el éxtasis puede venir cortado con efedrina, ketamina u otras nuevas drogas psicoactivas. Estas sustancias pueden aumentar los riesgos de intoxicación, como el temido síndrome serotoninérgico, la presencia de arritmias, de convulsiones y la muerte. Por eso, es muy importante evitar el consumo de éxtasis y otras drogas, ya que pueden tener consecuencias graves para la salud física y mental”, afirmó Saracco.
Además, agregó que “la insuficiencia respiratoria puede ser resultado de un edema pulmonar por éxtasis, que es una complicación grave y potencialmente mortal que puede ocurrir por el consumo de esta droga, que puede causar un aumento de la presión en los vasos sanguíneos de los pulmones, que lleva a que el líquido se filtre hacia los alvéolos y dificulte la respiración. El éxtasis puede provocar una hipertermia o un aumento excesivo de la temperatura corporal, lo que agrava el edema pulmonar y puede dañar otros órganos como el sistema nervioso central”.
Damín, en tanto, resaltó que “la insuficiencia respiratoria suele ser como consecuencia de alteraciones cardiovasculares, es decir, hay alteraciones cardíacas primeras que terminan con la insuficiencia respiratoria. Es muy frecuente que haya algún tipo de asociación con otras sustancias. En general, cuando tenemos cuadros fatales, es porque ha habido asociación y la asociación más frecuente son el alcohol o la marihuana”.
Pero eso no es todo. Según el experto, “muchas veces hay enfermedades de base que nunca se detectaron ni se diagnosticaron, y que muchas veces son las sustancias las que ponen de manifiesto esa enfermedad. Entonces se produce un desenlace fatal por una enfermedad preexistente desconocida”.
“Más que pensar en si fue por éxtasis, qué es lo que se encuentra en los exámenes toxicológicos. Es importante recalcar que el gran problema de la mezcla de fármacos, en realidad, psicofármacos básicamente y psicoactivos en realidad, es que uno puede, aún en bajas cantidades, modificar la acción de otro y ese otro termina resultando en definitiva siendo letal”, advirtió de Rosa.
Por último, Gómez evaluó: “Las sustancias de síntesis, drogas de diseño, tienen adulterantes. El éxtasis se puede consumir de muchas formas y formatos, pero nunca son iguales, porque no tienen control sanitario. Cada pastilla tiene entre 20 y 150 miligramos de éxtasis, pero hay algunas que tienen más de 500, que es la dosis letal y suelen estar adulteradas con otras sustancias que imitan el efecto del éxtasis y son muy tóxicas”.