El homeschooling, o educación en el hogar, es un enfoque educativo por el cual las familias y tutores legales pueden elegir educar a los niños y niñas en casa en lugar de enviarlos a una escuela tradicional.
El homeschooling es una forma de privatizar la educación de los hijos y este cambio requiere de pensar en algunas consideraciones importantes que las familias deberían tener en cuenta, con respecto a la salud mental de sus hijos e hijas.
Con este método, los padres diseñan o eligen el plan de estudios, enseñan las lecciones o contratan a alguien para que lo haga y supervisan el progreso académico de sus hijos. Las razones para optar por el homeschooling varían, desde la búsqueda de un enfoque educativo más personalizado hasta tener flexibilidad en el aprendizaje y adaptarlo a las necesidades individuales del niño, ideología, credo, religión y/o, dudas sobre los entornos relacionales, disconformidad con el sistema educativo. En sí misma, la opción es solo para familias que puedan solventar los costos financieros y emocionales de la propuesta.
Las últimas transformaciones sufridas por la pandemia del coronavirus en las prácticas escolares modificaron los modos de enseñanza y de estar escolarizado. La virtualización de la enseñanza y aprendizaje confiscó a los niños al espacio del hogar, y ello trajo muchas problemáticas de salud mental.
Por fuera de la virtualidad impuesta por el virus, la escuela es un espacio-tiempo que permite a los niños, niñas y adolescentes la construcción de saberes y herramientas para comprender el mundo y transformarlo. También la necesidad propia del “cachorro humano” de lograr autonomía alejándose de a ratitos del lado de sus papás, es parte de la construcción de su subjetividad.
Así como el bebé, en su primera deambulación, se aleja con sus primeros pasos de al lado de su madre, pero volteando para asegurarse de que está cerca, en la primera infancia lo hace hacia el jardín y la escuela, lugares privilegiados para la exogamia. El niño escolar no se da vuelta a ver a los padres, él les da la espalda, un ratito, para construir identidad compartiendo con otras personas y conociendo otros mundos y así hacer el propio.
Los problemas del homeschooling
Algunos problemas de salud mental que podrían surgir o agravarse con este enfoque educativo incluyen:
- Los niños educados en casa pueden experimentar aislamiento social, lo que podría contribuir a problemas como la ansiedad y la depresión.
- Al perder la estructura y el entorno social de una escuela, algunos niños podrían enfrentar dificultades para recibir el apoyo emocional necesario, lo que podría afectar su bienestar mental.
- Los padres que enseñan en casa pueden sentirse presionados para proporcionar una educación de alta calidad, y esto podría trasladarse a los niños, generando estrés y ansiedad relacionados con el rendimiento académico.
- Falta de diversidad de perspectivas, trayectorias de vida, la interacción con pares y maestras y profesores en entornos escolares expone a los niños a diversas experiencias. La falta de esta diversidad podría limitar su comprensión del mundo y afectar su salud mental al creer que éste es la burbuja de su hogar. Sus expectativas pueden diferir profundamente de la realidad y esto podría conllevar a situaciones de ansiedad, estrés y depresión.
- Algunos niños prosperan en entornos estructurados y pueden sentirse abrumados o ansiosos sin una rutina clara.
- Los niños con necesidades educativas especiales pueden beneficiarse de servicios y apoyos específicos en las escuelas. Sin una identificación y abordaje adecuados, podrían enfrentar desafíos adicionales en el homeschooling.
- Al no estar en un entorno escolar tradicional, pueden tener menos interacción con sus pares. Aunque podría mitigarse mediante actividades extracurriculares, clubes, entre otros, una vez más sería solo para unos pocos.
- Dependiendo de la ubicación y los recursos disponibles, puede ser difícil acceder a ciertos recursos educativos o actividades extracurriculares que podrían enriquecer la experiencia educativa de un niño.
- En algunos casos, los niños educados en casa pueden enfrentar desafíos en la evaluación de su aprendizaje o en el reconocimiento de sus logros cuando ingresan a instituciones educativas formales o buscan ingresar a la universidad.
La plataforma Homeschooling Argentina estima que desde 2020 aproximadamente unas 5 mil familias eligieron esta forma de enseñanza para sus hijos, luego de la pandemia de COVID-19, aunque las cifras no son oficiales.
En los últimos tiempos, el resurgimiento moderno del homeschooling comenzó en la década de 1970 en Estados Unidos. A fines del siglo XX, varios factores contribuyeron al aumento del interés en este enfoque educativo. Algunos padres se sintieron insatisfechos con el sistema educativo tradicional y buscaron alternativas para adaptarse mejor a las necesidades específicas de sus hijos. Factores como preocupaciones sobre la seguridad en las escuelas, problemas de acoso escolar o diferencias filosóficas y religiosas también influyeron en la decisión de optar por el homeschooling.
A medida que creció su popularidad, muchos estados en EEUU y otros países comenzaron a establecer regulaciones y leyes para supervisar y regular el homeschooling. Esto variaba según la ubicación, algunos lugares requerían que los padres presentaran planes de estudio, informaran sobre el progreso académico o permitieran la evaluación de sus hijos por parte de profesionales educativos, mientras que otros no lo hacían y los niños y niñas quedaban en un vacío institucional importante.
En Colombia, en el año 2020 se presentó al Senado el proyecto “Ley homeschooling: Educación en Casa” (Castellanos y Sánchez, 2000), con el cual se busca modificar la Ley General de Educación (1994) y autorizar la realización de la educación preescolar, básica y media en casa. En estos casos los educadores pueden ejercer sus labores sin formación profesional, aunque deben capacitarse o profesionalizarse y buscar el apoyo de instituciones privadas para que les realicen el acompañamiento, verificación, evaluación y seguimiento del proceso educativo (citado en “De regreso a casa: Homeschooling vs Educación”, 2021. Universidade Federal De Santa Catarina, Colombia).
Es importante recalcar que esta no es una opción que podría tomar cualquier familia y tampoco cualquier niño. Educar dentro de la casa requiere de dinero, dedicación y un compromiso diario con respecto a la educación de los hijos, que no todo el mundo puede gestionar con su vida financiera, emocional y laboral. Desde una mirada con perspectiva en infancia, no todos los niños logran aprehender con este sistema y muchos requieren de atención de especialistas. También la educación en escuelas es un sostén para familias con problemas económicos y socioambientales. La escuela es un lugar seguro para los niños y niñas que padecen violencia y malos tratos o son víctimas de violencia de género e intrafamiliar y tienen el espacio adonde recurrir.
En Argentina, según Unicef, dos de cada tres niñas y niños son pobres o están privados de derechos básicos, esta situación de emergencia social hace impensable esta forma de escolaridad para más de la mitad de la población infantil.
Otra dificultad, en relación a la salud mental es para los niños con neurodiversidad (como autismo, TDAH, dislexia, entre otros), el homeschooling puede presentar desafíos adicionales además de aquellos que se aplican a todos los niños. Algunas desventajas específicas podrían incluir la falta de profesionales capacitados, terapias especializadas y recursos específicos para sus necesidades. En casa, puede ser más difícil acceder a estos recursos o requerir esfuerzos adicionales para encontrar profesionales especializados.
Los entornos escolares ofrecen oportunidades para la interacción social y el desarrollo de habilidades sociales. En el hogar, los niños con neurodiversidad podrían necesitar apoyo adicional para encontrar y participar en entornos sociales apropiados para su desarrollo.
Algunos niños con neurodiversidad se benefician de estilos de enseñanza específicos o adaptados a sus necesidades. En el homeschooling, encontrar o adaptar estos métodos puede requerir más esfuerzo y recursos importantes.
El homeschooling puede tener algunos beneficios para las familias que tienen los recursos para llevarlo adelante, pero las desventajas que los niños pueden enfrentar son alarmantes.
Ir a la escuela es un ritual de la infancia donde ocurre el mundo de la niñez, aunque esté normativizado por las reglas de los adultos, los niños se apropian de él. Ir a la escuela es una experiencia inolvidable en múltiples sentidos. Allí nacen las primeras amistades y los primeros amores y desamores, las peleas, reconciliaciones y resolución de conflictos.
Un mundo por fuera de los padres, un ratito, que permite experimentar y ensayar relaciones y conocer otras miradas y que sobre todo conforma identidad.
* Sonia Almada es Lic. en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Magíster Internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO). Se especializó en infancias y juventudes en Latinoamérica (CLACSO). Fundó en 2003 la asociación civil Aralma que impulsa acciones para la erradicación de todo tipo de violencias hacia infancias y juventudes y familias. Es autora de tres libros: La niña deshilachada, Me gusta como soy y La niña del campanario.